Fallece el legendario coronel Ramón Barquín, líder de conjura militar contra Batista
WILFREDO CANCIO ISLA
El legendario coronel Ramón M. Barquín López, protagonista de una frustrada conspiración militar que pretendió cambiar los destinos de Cuba en 1956, falleció en Puerto Rico a los 94 años, víctima de una leucemia fulminante.
Barquín murió en su casa de Guaynabo, en las afueras de San Juan, la noche del pasado lunes, rodeado de sus más cercanos familiares.
El hombre que lo arriesgó todo en el intento de derrocar a Fulgencio Batista para reinstaurar un orden constitucional en la isla, quedará en la historia cubana contemporánea como un militar honesto que supo siempre poner el decoro patriótico y el sentido de la justicia por encima de los intereses personales.
Pero no se conformó con sus méritos militares. Fue también un pedagogo de fructífera trayectoria en el exilio, un consejero siempre optimista en el futuro y un esmerado atleta, que llegó a establecer una marca récord para el popular maratón de Nueva York en la categoría de mayores de 80 años.
"Siempre defendió la filosofía de que el triunfo era de quien lograra forjar un carácter fuerte para lidiar con los altibajos de la vida'', recordó anoche su hijo, el ingeniero Ramón Barquín. "Toda su existencia no fue más que una lucha tenaz para sobreponerse a los grandes altibajos que le tocó vivir''.
Nacido en 1914 en un hogar acaudalado de Cienfuegos, antigua provincia de Las Villas, su familia perdió la fortuna durante la gran depresión económica de los años 30, y el joven Barquín, que era el cuarto en una familia de ocho hermanos, se fue a La Habana para incorporarse al ejército tras la caída del gobierno de Gerardo Machado (1925-1933).
Después de dos años como soldado, ganó una plaza por concurso para la Escuela de Cadetes de Cuba, de donde se graduó con honores en 1940, y posteriormente fue seleccionado para estudiar en la Escuela Superior de Guerra de México.
A su regreso a La Habana, Barquín buscó canalizar sus intereses pedagógicos a través de una escuela superior cívica para oficiales, que fundó en 1945. En reconocimiento a su ganado prestigio dentro de las filas castrenses, el presidente Carlos Prío Socarrás lo nombró agregado militar en Washington y representante ante la Junta Interamericana de Defensa, en 1950.
Tras el golpe militar del 10 de marzo de 1952, comenzó a conspirar desde Washington con oficiales cubanos para fraguar un complot contra Batista.
Condecorado con la Medalla de la Legión Americana con grado de comandante, en 1955, retornó a Cuba un año después para consumar la insurrección militar. El plan fue conocido como "La Conspiración de los Puros'' y resultó desarticulado en los primeros días de abril de 1956, luego de la traición de uno de los principales conjurados, el comandante Enrique Ríos Morejón.
Entre los conspiradores estaba el actual vicepresidente del Consejo de Ministros y General de Brigada José Ramón Fernández, quien por entonces era primer teniente en la Escuela de Cadetes de La Habana.
Barquín fue condenado a ocho años en la prisión de Isla de Pinos, pero la caída del régimen batistiano le permitió quedar en libertad en vísperas del 1ro. de enero de 1959.
Voló ese mismo día a La Habana y se instaló en el campamento militar de Columbia en horas de la tarde. Allí hizo el traspaso oficial del mando militar al comandante Camilo Cienfuegos, el 3 de enero de 1959.
"Fidel Castro repetía que quería una república democrática con todos los derechos. El fue un engaño para nosotros, para el clero, para los americanos, para todo el mundo. Fidel tuvo el arte de engañar'', contó Barquín en una reciente entrevista.
Castro llegó a ofrecerle el puesto de secretario de Defensa en el efímero gobierno de Manuel Urrutia Lleó, pero Barquín prefirió una misión diplomática especial que lo llevó con su familia a Francia en abril de 1959.
"Fue un luchador muy íntegro que defendió los derechos constitucionales, enalteció la libertad del pueblo cubano y honró el aparato militar de la nación'', dijo anoche el ex comandante guerrillero Huber Matos, quien fue apresado por supuesta traición y sentenciado a 20 años en los días iniciales de la revolución castrista.
Al conocer del apoyo militar de la Unión Soviética a la isla, Barquín renunció a su cargo en agosto de 1960 y se radicó en Miami, donde se vinculó al grupo anticastrista Movimiento Revolucionario del Pueblo (MRP), junto a figuras como Felipe Pazos, Rufo López Fresquet y Raúl Chibás.
"Al fracasar la invasión de Bahía de Cochinos [en 1961], se dio cuenta que el tema de Cuba la permanencia de Castro en el poder iban para largo y decidió venir con su familia a Puerto Rico'', expresó su hijo Ramón, quien formó parte del grupo de expedicionarios de la Brigada 2506 entrenado en Guatemala.
En Puerto Rico creó una pequeña escuela que en 1963 se convertiría en la American Military Academy (AMA), una prestigiosa institución educacional que cuenta actualmente con más de 1,200 estudiantes en los grados de preescolar a preuniversitario.
"Era un hombre que jamás habló de su pasado heroico'', rememoró anoche Will Martínez, un empresario cubanoamericano que se graduó en la AMA en 1984. "Lo recordaré siempre como alguien que trató de hacer el bien y tuvo una extraordinaria vida en el exilio, dedicado a formar valores entre los jóvenes cubanos y puertorriqueños''.
También fundó en 1983 el Atlantic College de Puerto Rico, especializada en administración de negocios, educación y artes gráficas.
Lo sobreviven sus hijos Ramón y Lilia, seis nietos y nueve biznietos. Su esposa Hilda Cantero había fallecido en el 2004.
Los servicios fúnebres se realizarán hoy, a partir de
las 2 p.m., en la Funeraria Buxeda de San Juan. Mañana jueves habrá
una misa en la AMA, en la sede de Guaynabo, a la 1 p.m.