La Nueva Cuba
Junio 24, 2004

LA HISTORIA DEL ALEGADO FRUSTRADO INTENTO DE REAGAN POR REANUDAR LAZOS CON CUBA

Según Bernardo Benes el mandatario norteamericano intentó sacar a Fidel Castro de la órbita soviética en plena Guerra Fría

En 1985, el entonces gobernante estadounidense, envió a La Habana a un representante especial para ofrecerle al líder cubano el restablecimiento de las relaciones diplomáticas y el fin del embargo a cambio de que dejara de "exportar la revolución" a América Latina. Las gestiones de Reagan estuvieron a pocas horas de lograr su objetivo.

Juan Paulo Iglesias
La Tercera
Chile
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Máximo Tomás
Dept. de Investigaciones

El 15 de mayo de 1985 el Presidente cubano Fidel Castro recibió en su despacho a Bernardo Benes y Guillermo Pujol, dos cubano-americanos recién llegados de Miami. Los hombres estaban en la isla por una razón muy especial. Habían sido enviados por el entonces mandatario estadounidense Ronald Reagan para ofrecerle al gobernante caribeño la normalización de los lazos diplomáticos entre Washington y La Habana.

"Señor Presidente, es posible restablecer las relaciones diplomáticas. Puedo nombrar un embajador y levantar totalmente el embargo. Es posible incluso garantizar una cuota azucarera para Cuba", era el mensaje enviado por Reagan a Fidel Castro. A cambio, el mandatario de Estados Unidos sólo fijaba una condición: que el régimen cubano dejara de "exportar la revolución" en América Latina.

El episodio muy poco conocido del gobierno del recientemente fallecido mandatario estadounidense fue recordado en su última edición por la revista mexicana Proceso. En conversación con La Tercera el principal enviado de Reagan a La Habana, Bernardo Benes, recordó el hecho. Según él, el Presidente cubano se tomó su tiempo para responder a la propuesta. "Necesito 72 horas para pensar esto", le dijo.

La respuesta llegó puntualmente al tercer día del primer encuentro con Castro. Benes fue citado al despacho del líder cubano, quien estaba muy entusiasmado, según recordó el enviado de Reagan. "Dile a tu Presidente que acepto su ramo de olivo", le dijo, apuntándole con el dedo índice en el pecho. E incluso fue más allá. "Me pidió que le dijera a Reagan que él garantizaba a los sandinistas, algo que éste no le había pedido. Su exigencia sólo era que Fidel dejara de exportar la revolución", recordó.

De acuerdo con Benes, él fue contactado por la CIA desde el principio del gobierno de Reagan por sus buenos contactos con La Habana. El entonces director de la CIA, William Casey, "quería sacar a Fidel de la órbita soviética y pensaba que con una oferta de paz lo lograría", asegura Benes. El mismo año de su encuentro con Castro asumió el poder el nuevo secretario general del Partido Comunista soviético, Mijail Gorbachov, quien concentraba la atención de Washington.

El golpe de Radio Martí

Sin embargo, lo que parecía entonces la inminente normalización de los lazos entre Cuba y Estados Unidos -rotos en enero de 1961- y el fin del embargo que afectaba a la isla fracasó pocas horas después. Al día siguiente de que Benes regresara a Miami, la Radio Martí -un servicio del gobierno norteamericano para intentar cambiar al régimen- comenzó a transmitir hacia Cuba. Fidel estimó que había sido engañado y desechó la oferta de Reagan.

"Castro cogió un berrinche del carajo y se sintió traicionado", recordó Benes a la revista Proceso. Por eso, cuando el enviado de Reagan volvió a la isla poco después con un sobre sellado para Fidel, éste se negó a recibirlo. Desde entonces, todos los intentos de acercamiento de Washington con La Habana fracasaron.

Para Benes las transmisiones de Radio Martí fueron un grave error y no un engaño. "En ese momento pensé que Ronald Reagan padecía Alzheimer, desgraciadamente no me equivoqué", señaló a Proceso.

La oferta de Benes a Castro no fue, sin embargo, un hecho aislado en la política de Reagan hacia Cuba, según recuerda Proceso y el libro Secret Mission to Cuba, del ex director de estudios latinoamericanos de la Universidad de Miami, Robert Levine. Desde noviembre de 1981 Reagan inició un proceso de contactos con las altas esferas cubanas.

Así, el 23 de noviembre de 1981 se reunió en el despacho del entonces secretario de Relaciones Exteriores de México, Jorge Castañeda y Alvarez de la Rosa, el secretario de Estado norteamericano Alexander Haig y el Vicepresidente cubano Carlos Rafael Rodríguez, y pocos meses después Reagan decidió enviar a La Habana al hombre encargado de algunas de las misiones más decisivas de esos años: Vernon Walters.

En su viaje, el ex subdirector de la CIA se reunió con Castro. La visita, de quien por esos años también se convirtió en el principal contacto entre Reagan y el Papa Juan Pablo II, habría servido para tantear terreno sobre un posible acercamiento a Cuba. De esta manera, en 1984 comenzaron los viajes de Benes, quien realizó más de 60 visitas a la isla.