El Nuevo Herald
January 7, 1999
 

Medidas de EU dan que hablar

 RAUL RIVERO
 Especial para El Nuevo Herald

 Las medidas anunciadas esta semana en Washington por el presidente
 Bill Clinton que favorecen la ampliación de contactos y ayuda al pueblo
 cubano suscitaron diversas reacciones en la isla.

 Hector Palacios Ruiz, de 55 años, director del Centro de Estudios
 Sociológicos, dijo a El Nuevo Herald: ``Siempre voté a favor del
 embargo como un mal necesario pero sé que después de la visita del
 Papa, el mundo ha tenido mayor interés por Cuba, y Estados Unidos
 como potencia ha dado un paso positivo para tratar de resolver la crisis
 cubana''.

 ``Estoy a favor de esas medidas, y que con ellas le quiten al gobierno
 cubano un pretexto para sentirse sitiado, y les obliguen a iniciar la
 democratización del país antes de la visita del rey de España''.

 El tema estuvo ausente de los medios de comunicación este miércoles, y
 tampoco apareció entre los trascendidos de un discurso de Fidel Castro
 el martes, cuando habló por cinco horas sobre la lucha contra el delito.

 Un punto que causó disgusto en sectores de La Habana, según la
 agencia Agence France Presse, es la decisión de aumentar los recursos a
 las emisiones anticastristas de Radio y Televisión Martí, porque --incluso
 según sectores de la oposición interna-- esto no aportaría nada al
 relajamiento de las tensas relaciones entre ambos países.

 El resto de las medidas que facilitan el envío de dinero a Cuba desde
 Estados Unidos, incrementan los vuelos charter directos, restablecen el
 correo hacia la isla y permiten intercambios culturales, científicos y
 deportivos, parecen estar siendo estudiadas en La Habana antes de
 emitir una reacción.

 El ayuno informativo en medios de prensa oficiales no impidió, sin
 embargo, que el cubano de la calle recibiera filtraciones de emisoras
 radiales extranjeras.

 Según Adolfo Fernández Sainf, vocero del Partido Solidaridad
 Democrática, el gesto ``es positivo en general. Es bueno que se
 establezcan vínculos directos entre el pueblo cubano y el estadounidense.
 Es una comunicación normal entre personas que se aman, que se han
 visto interrumpidas por las malas relaciones entre los gobernantes''.

 Otro aspecto muy discutido en la isla, fue la negativa por parte de la
 Casa Blanca de crear una comisión bipartidista con el fin de revisar la
 política de Estados Unidos hacia Cuba.

 Manuel Morúa, secretario general de la Corriente Socialista Democrática
 Cubana, lamentó que se rechazara la creación de dicha comisión. ``Lo
 que se impone a fines del milenio es una revisión de la política
 norteamericana hacia Cuba''.

 ``Las medidas son globalmente positivas porque ayudan a aliviar la
 situación de la sociedad cubana y sustituye la diplomacia entre Estados
 por una diplomacia entre ciudadanos. Hay algunas medidas no viables
 como las que hablan de agencias gubernamentales ayudando a los
 independientes''.

 La estudiante Jamile Gorgoy, de 18 años, le dió la bienvenida a las
 medidas. ``No entiendo mucho de leyes y embargo, pero sí creo que
 hace falta aceptar cualquier tipo de ayuda. Estamos pasando mucho
 trabajo y necesidad. Nos hace falta medicina y comida. Ambos
 gobiernos deben pensar en eso''.

 La agencia France Presse señaló que la iglesia católica cubana se
 abstuvo de realizar comentarios sobre el tema. ``De inmediato, por parte
 de la Conferencia de Obispos, no hay ninguna declaración al respecto'',
 dijo el padre José Félix, secretario adjunto de ese órgano.

 La autorización de importar alimentos y productos agrícolas a entidades
 independientes no gubernamentales, y al emergente sector privado fue
 una de las medidas que más extrañeza, dudas y hasta bromas generó
 entre los cubanos.

 La posibilidad de que los propietarios de los pequeños restaurantes
 privados cubanos de doce sillas, conocidos en la isla como paladares, o
 que los vendedores ambulantes de fiambres, puedan importar sus
 insumos de Miami, provocó interrogantes, dudas y hasta sonrisas.
 

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