El Nuevo Herald
May. 08, 2003

Critican la postura de la Casa Blanca con Cuba

  RUI FERREIRA
  El Nuevo Herald

  Las imágenes de tres balseros intentado esquivar a los guardacostas ante las costas de Cayo Largo han levantado una polémica dentro de la comunidad
  exiliada, donde muchos aseguran que la Casa Blanca no escucha sus clamores y parece prestar poca atención a la situación cubana.

  Los mismos congresistas cubanoamericanos y personal de su entorno, hasta ahora feroces defensores de la administración republicana de George W.
  Bush, se quejan hasta de que no los atienden.

  ''Hace unos tres meses le escribí una carta. Todavía estoy esperando una respuesta y a decir la verdad, no creo que la vaya a recibir nunca'', dijo la
  congresista republicana Ileana Ros-Lehtinen, desde su oficina en el Capitolio.

  La congresista cree que la política hacia Cuba creada por la pasada administración Clinton fue diseñada para favorecer al gobernante cubano. De hecho,
  en sus argumentos ella la llama ''política Clinton-Castro''. Pero, pese el cambio de administración, Ros-Lehtinen no mostró un mayor optimismo.

  ''Me siento muy frustrada, pero no me voy a rendir y seguiré batallando, aunque sea contra una administración republicana, en contra de la tiranía'', agregó
  la congresista.

  El presidente Bush vino a Miami el año pasado y prometió que endurecería la política hacia la isla. Tanto los congresistas por el sur de la Florida, como
  importantes comentaristas, se embarcaron en una ofensiva de apoyo al presidente.

  Pero ahora, escasos 11 meses después, los aplausos se han convertido en quejas que están tocando a la puerta de la Casa Blanca.

  Miembros del entorno de los legisladores, admiten en privado que la Casa Blanca no les está prestando mucha atención, si es que prestan alguna.

  ''Los contactos a veces son de mera cortesía. Otto Reich [enviado especial para Latinoamérica] es el único que contesta el teléfono'', dijo uno de ellos.

  Añadió otro: ``Nosotros estamos literalmente cubriéndole las espaldas al presidente, pero me pregunto durante cuánto tiempo. ¿Hasta cuándo lo vamos a
  proteger cuando la realidad es que, en privado, está pasando otra cosa?''.

  ''Esto se está calentando, no son sólo los congresistas, es también la comunidad que está molesta. La tensión está subiendo y son como dos trenes a
  punto de chocar'', agregó la fuente en el Congreso, que solicitó no ser identificada.

  El novato congresista Mario Díaz-Balart, aunque crítico, fue más cuidadoso.

  ``El presidente es muy firme en relación a las sanciones y el embargo económico, y por eso le estamos agradecidos. Pero creo que por la situación que
  tenemos ahora en Cuba, se debería tomar pasos adicionales para ayudar a que el tirano deje de ser un peligro para Estados Unidos''.

  En la carta enviada por Ros-Lehtinen hace tres meses a la Casa Blanca, la congresista se quejaba abiertamente de que todavía los exiliados no habían
  visto expresiones concretas de un cambio en la política hacia la isla.

  De hecho, los cambios introducidos por la administración republicana no alteraron significativamente la política trazada por Clinton, como la de ''pies secos,
  pies mojados''. Las nuevas medidas que se anunciaron, están paralizadas, argumentan.

  Así, la administración Bush incrementó 10 veces el monto que cada exiliado puede enviar de remesa y, pese a que prohibió los viajes de estudio, los
  estadounidenses siguen viajando clandestinamente como lo hacían antes.

  Por otro lado, las fuentes congresionales aseguraron que la Casa Blanca rebajó a la Agencia Internacional para el Desarrollo (USAID) el presupuesto de
  ayuda a la disidencia interna cubana de $15 millones a $6 millones.

  ''¿Se acuerdan del programa de becas para los disidentes que anunciaron el año pasado? No se puede decir que ese programa esté funcionando, no se
  puede decir que sea siquiera un programa'', añadió la fuente en el Congreso.

  Por otro lado, los cuatro balseros que arribaron la víspera seguían ayer en poder de las autoridades. Tres de ellos estaban en el Centro de Detención de
  Krome, mientras que un cuarto, que nunca llegó a tocar tierra, seguía en custodia del Servicio de Guardacostas.

  Se creía que este cuarto inmigrante era Jorge Parrado, pero luego sus familiares fueron informados de que se trataba de otro hombre.

  ''Estamos perplejos'', dijo Sandy Cobas, de Judicial Watch, que había comenzado a representar legalmente a los familiares de Parrado en sus esfuerzos por
  evitar de que éste fuera repatriado a Cuba. ``Ahora no sabemos dónde está Jorge''.

  Una mujer de Miami reveló que su hermano, Ramón Aguilar, es el balsero que se encuentra en el barco de los guardacostas, explicó Cobas.

  A su vez, otros 12 cubanos se entregaron ayer a las autoridades en Los Cayos después que desembarcaron en dos grupos separados, confirmó el
  portavoz de la Patrulla Fronteriza, Keith Roberts. Un grupo llegó a Cayo Largo y otro a Cayo Hueso. Al cierre estaban siendo procesados en Krome.