El Nuevo Herald
January 7, 1999
 

LINCOLN DIAZ-BALART

Un buen año para Cuba en el Congreso

 Se ha vuelto común escuchar a llamados expertos hablando de ``grandes
 cambios'' en el debate sobre Cuba. Durante los seis años que llevo como
 miembro del Congreso, predicciones sobre ``el fin del embargo'' y la
 ``normalización de relaciones con Castro'' nunca han cesado. Existen
 aquéllos, incluyendo, desafortunadamente, algunos de mis colegas, que
 ignoran la trágica realidad de la Cuba de hoy, y quieren aceptar a
 Castro, negociar con la tiranía, explotar a los trabajadores cubanos y
 mantener al pueblo cubano en su condición de brutal explotación.

 Pero, a pesar del debate en Washington, los temas principales --la
 libertad y la democracia para el pueblo cubano-- nunca cambiarán. La
 abrumadora mayoría en el Congreso --y el liderazgo republicano y
 demócrata-- se opone firmemente a la brutal tiranía castrista, se mantiene
 firme al lado del pueblo cubano. A pesar de los deseos de algunos en la
 administración Clinton, de los mejores esfuerzos de los grupos
 procastristas aquí en Estados Unidos, y de los millones de dólares
 pagados por los intereses empresariales sin conciencia que quieren
 comerciar con Castro, nosotros en el Congreso hemos podido mantener
 intacta la política de Estados Unidos hacia Castro. De hecho, para los
 que desean ver a Cuba libre, 1998 fue un buen año en el Congreso de
 EU. Considere lo siguiente:

    Los que apoyamos la libertad de Cuba en el Congreso logramos
 eliminar la propuesta del senador Christopher Dodd (demócrata por
 Connecticut) que hubiese abierto un hueco inmenso en el embargo al
 permitirles a corporaciones americanas hacer negocios con Castro con
 financiamiento del contribuyente americano.

    Los que apoyamos la libertad de Cuba derrotamos una enmienda en la
 Comisión de Medios y Arbitrios presentada por el representante Charles
 Rangel (demócrata por Nueva York) que hubiera permitido el
 establecimiento de relaciones comerciales normales con la Cuba de
 Castro.

    La legislación Lugar-Hamilton, que restringe la forma en que el
 Congreso puede imponer sanciones económicasfue derrotada en el
 Senado y totalmente frenada en la Comisión de Reglamento de la
 Cámara.

    Los que apoyamos la libertad de Cuba derrotamos los esfuerzos en la
 Cámara para eliminar las transmisiones de TV Martí a Cuba. Una
 enmienda del representante David Skaggs (demócrata por Colorado)
 para hacer esto fue rechazada por 251-139.

    A principios de 1998, la Cámara y el Senado mostraron su
 preocupación por el pueblo cubano al presentar planes de ayuda para
 los que más sufren la opresión de Castro. Legislación que yo preparé en
 la Cámara con mis colegas Ileana Ros-Lehtinen y Robert Menéndez se
 concentró en la necesidad de proporcionar ayuda a ex presos políticos y
 activistas de derechos humanos para luchar por la democracia. Otra
 legislación fue presentada en el Senado por el presidente de la Comisión
 de Relaciones Exteriores Jesse Helms (republicano por Carolina del
 Norte). La Administración Clinton rehusó apoyar cualquiera de los
 planes. Castro rechazó la posibilidad de aceptar cualquier ayuda de
 Estados Unidos para el pueblo cubano.

    La Administración Clinton decidió entonces intentar proveer a Castro
 con ayuda alimenticia por valor de varios millones de dólares a través del
 Programa de Comida de Naciones Unidas. El Congreso se movilizó para
 evitar el gasto de fondos de los contribuyentes para ayudar a Castro, e
 insistió en fiscalizar el proceso. Castro rechazó la oferta de ayuda por
 parte del gobierno.

 Tras varios meses de presión por parte del Congreso, el FBI desbarató
 una supuesta red de espionaje cubana y arrestó a 10 personas. Fueron
 los primeros arrestos de esta índole en 40 años.

 Fondos asignados por el Congreso bajo la Sección 109 de la Ley
 Helms-Burton comenzaron su segundo año y proveyeron más asistencia
 que nunca antes a grupos trabajando con la oposición interna en Cuba.
 El Congreso también aprobó un aumento en los fondos para el año
 1999.

 El Congreso se opuso firmemente a los planes de la Administración
 Clinton para eliminar permanentemente los Capítulos III y IV de la Ley
 Helms-Burton. Las negociaciones de la Administración Clinton con la
 Unión Europea sobre la ley Helms-Burton y la legislación propuesta para
 eliminar el Capítulo IV fueron derrotadas.

 Esfuerzos dirigidos a retirar a la dictadura castrista de la lista de estados
 terroristas del Departamento de Estado, de ignorar la participación de
 Castro en el narcotráfico, y de revisar la decisión del Departamento de
 Defensa sobre la amenaza que representa Castro fueron firme y
 exitosamente rechazados.

 La oposición a la política hacia Cuba por activistas procastristas e
 intereses comerciales inescrupulosos continuará, pero también continuará
 el apoyo del Congreso al pueblo cubano. El debate se intensificará al
 aproximarse el fin de Castro. El debate es bueno y le damos la
 bienvenida. Pero que no haya ninguna duda: el Congreso mantendrá el
 poder para derrotar todos los esfuerzos para debilitar la política hacia
 Cuba.

 El Congreso ha salido al frente como la verdadera fuerza en la política de
 Estados Unidos hacia Cuba y el Congreso se mantendrá firme en su
 propósito de ayudar al pueblo cubano a lograr su libertad. La
 codificación del embargo en 1996 garantiza que las sanciones de
 Estados Unidos no podrán ser levantadas hasta que todos los presos
 políticos sean liberados, hasta que todos los partidos políticos y
 sindicatos obreros sean legalizados, y hasta que elecciones libres,
 supervisadas internacionalmente, sean convocadas en Cuba.

 Cuando haya en Cuba un gobierno que busque normalizar las relaciones
 con su propio pueblo, el embargo de Estados Unidos será el más
 importante instrumento de presión disponible para el pueblo cubano en
 su lucha por lograr elecciones libres y democracia. De igual forma que la
 historia nos enseña que el pueblo cubano no tuvo mejor aliado que el
 Congreso de Estados unidos en 1898, la historia se ha repetido cien
 años después.

 Abogado cubanoamericano, es representante a la Cámara por el distrito
 congresional número 21 de la Florida.
 

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