El Nuevo Herald
Apr. 17, 2004

Ordenan sacerdotisa a cubanoamericana

GONZALO SALVADOR
Especial para El Nuevo Herald

Por primera vez en el sur de la Florida, una cubanomericana será ordenada hoy como sacerdote episcopal y podrá celebrar misa, indicó ayer monseñor Leo Frade, obispo diocesano de la Iglesia Episcopal del Sudeste de la Florida.

Christina D. Encinosa, de 26 años y residente de Miami, será la primera mujer de descendencia cubana que se ordena como sacerdote en la diócesis.

''Christina es parte de un grupo de cuatro mujeres y tres hombres que se ordenarán mañana en la Catedral Episcopal Trinity'', afirmó monseñor Frade. ``Entre los candidatos también tenemos a un joven haitiano''.

''Nosotros no somos una iglesia protestante'', explicó Frade. ``Mucha gente nos confunde, pero nosotros somos una iglesia de tradición católica pero somos más abiertos en ciertos aspectos''.

Por ejemplo, la Iglesia Episcopal permite el matrimonio a los sacerdotes.

Para Encinosa, convertirse en sacerdote es un acontecimiento que ha estado esperando toda su vida.

''La realidad es que siempre he tenido la habilidad para hacer algo espiritual'', aseguró Encinosa. ``Un día, cuando tenía 19 años, que quería ir a la iglesia encontré que la capilla católica estaba cerrada, pero la episcopal estaba abierta. Entré, y comencé a orar, y asistir a misa''.

Los candidatos a sacerdotes tienen que cubrir ciertos requisitos para poder ordenarse, como tener una educación y una maestría en teología, señaló Frade.

Después de terminar sus estudios en historia del arte y psicología en la Universidad de Miami, Encinosa decidió dejar su maestría en salud mental, para ir a Nueva York a estudiar teología. Ahora que terminó sus estudios religiosos, Encinosa, nacida en Miami de padres cubanos, cree que una de las ventajas de la Iglesia Episcopal es que exista el matrimonio.

''Considero que una de las reformas más importantes en esta Iglesia es que los sacerdotes se puedan casar'', dijo Encinosa. ``La participación de la mujer también es muy importante para la Iglesia. Las mujeres tienen el poder y la vocación para hacer este oficio''.

Según Frade, tras la ceremonia los candidatos tendrán que esperar seis meses para poder oficiar misa, tiempo durante el cual ayudan a los clérigos, dan consejería y reafirman sus creencias.