El Nuevo Herald
27 de septiembre de 1999

La unidad ha sido clave en el éxito de los cubanos judíos

La comunidad hebreocubana genera miles de millones de dólares

DANIEL SHOER ROTH
El Nuevo Herald

Aunque un reloj Movado, una guayabera Romani, una camisa Perry Ellis y un
perfume Halston son artículos completamente distintos, se entrelazan bajo un
denominador común: son la obra empresarial de judíos cubanos residentes en
Miami.

Desde la banca y las ventas al detalle hasta las industrias de confecciones,
calzado, equipos electrónicos y bienes raíces, esta pequeña comunidad hebrea
que emigró de Cuba a principios de los años 60, ha creado en el sur de la
Florida negocios que generan miles de millones de dólares en ventas.

Empresas como Supreme International, French Fragances, Isaaco International,
Rock Enterprises, NewTech, Olem Shoes y South Motors, son algunos de los
emporios de estos individuos, quienes además del amor por Cuba, comparten
una misma religión y un sentimiento de solidaridad por el Estado de Israel.

En estos días en que la Cámara de Comercio del Gran Miami distingue a los
comercios hispanos de la Florida, cabe preguntarse cuál ha sido el secreto del
éxito de la diáspora judeocubana en Miami y qué ha mantenido a esta
colectividad tan fusionada.

Empresarios hebreos cubanos y expertos en el tema coinciden en que el
conocimiento industrial que poseían los judíos que salieron de Cuba sirvió de
base para forjar nuevos negocios en este país que les ofreció terreno fértil para
desarrollarlos. Al igual que los cubanos no judíos, estos nuevos inmigrantes
llegaron con la meta de progresar económicamente.

``Los judíos cubanos, además, entendimos lo que era el nicho de mercado, y
ajustamos nuestros productos a las necesidades de los consumidores locales'',
señaló George Feldenkrais, presidente de Supreme International, una firma con
ventas anuales de $250 millones, catalogada por la Cámara de Comercio como
una de las cinco principales empresas públicas hispanas de la Florida. ``En
Miami nos adaptamos a los gustos del turista latinoamericano y en Nueva York
a la demanda de la población latina residente''.

Los hebreos cubanos dicen haber traído consigo la capacidad creativa que
caracteriza a las poblaciones isleñas. Adicionalmente, heredaron una serie de
valores que les fueron trasmitidos de generación en generación a fin de vencer la
adversidad que el pueblo israelita ha enfrentado a lo largo de la historia.

``Como judíos poseemos persistencia frente a la adversidad, somos
perseverantes y mantenemos un afán por triunfar. Es parte de la educación que
nos dieron nuestros padres, de sus valores intelectuales y éticos'', subrayó
Feldenkrais.

El profesor cubano Jaime Suchlicki de la Universidad de Miami, quien es hebreo,
agregó: ``El judío cubano que salió de la isla no sólo se convirtió en un
inmigrante en Estados Unidos, sino que además era hijo de inmigrantes en
Cuba, por lo que ya antes de abandonar la isla poseía ese afán de superación
que caracteriza a estos inmigrantes''.

Aproximadamente 6,000 judíos nacidos en Cuba viven en Miami. En su mayoría,
pertenecían a una clase socioeconómica media o alta, y aquí la han mantenido.
Pocos hebreos han inmigrado en olas posteriores a la migración de los 60,
señaló el catedrático.

``Si evaluamos los resultados de la comunidad como un solo ente, en el tema de
negocios el resultado ha sido magnífico'', agregó Isaac Zelzer, presidente de
Isaaco International, compañía que fabrica y distribuye accesorios para
caballeros.

Zelzer atribuye la situación privilegiada de su colectividad a que esta emigró
simultánea y conjuntamente, ``por lo que hubo apoyo moral mutuo que ofreció
seguridad y un sentido de comunidad que facilitó el desarrollo''.

La cercanía que existe entre los miembros de la comunidad judeocubana en
Miami, vínculos que datan desde sus tiempos de infancia en la isla, también ha
generado una sana competencia interna, sostuvo Rafael Kravec, propietario de
French Fragances, una firma de perfumes que el año pasado cerró con $309
millones en ventas. Esta es una característica que entre algunas familias judías
estimula el éxito,

``El hebreo inmigrante es un comerciante innato. La segunda generación reúne
profesionales y aquellos que continúan con los negocios de sus padres'', dijo
Kravec. ``Es característica de la migración judía universal''.

La colonia judeocubana en el sur de la Florida se ha mantenido unida en
derredor al Círculo Cubano Hebreo, cuyo templo se encuentra en la calle 17 con
avenida Michigan en Miami Beach, dijo Bernardo Benes, uno de sus fundadores.
Sin embargo, los de origen sefardita, cuyos ancestros provienen de España, se
reúnen en el Templo Moses en 71 Normandy Drive.

Benes destacó que la comunidad no sólo ha producido empresarios --muchos de
los que también se dedican a actividades filantrópicas. Los judíos cubanos están
asimismo representados en los sectores profesionales, artísticos y académicos
del condado.

Quién se imaginaría que un judío cubano exiliado en Miami fuera el responsable
de ``globalizar'' el uso de la guayabera. ``Esa visión me la dio mi cubanía'',
concluyó Feldenkrais, quien además de popularizar el nombre Romani
inaugurará próximamente en Miami la marca Cubavera.