Primera Hora
lunes, 26 de septiembre de 2005

Autopsia revela que murió desangrado

Firuzeh Shokooh Valle  PRIMERA HORA

Filiberto Ojeda Ríos murió con la mano izquierda encima de su única herida y acostado con el pecho contra el piso para detener la hemorragia.

A petición de la familia de Ojeda Ríos, el médico Héctor Pesquera atestiguó la autopsia que le realizaron los patólogos Edda Rodríguez y Francisco Cortés del Instituto de Ciencias Forenses (ICF) entre las 8:00 y 9:30 de la noche del sábado. También estuvo el patólogo José Simons, un amigo de la familia del fallecido dirigente del Ejército Popular Boricua-Los Macheteros.

En el testimonio de Pesquera, copresidente del Movimiento Independentista Nacional Hostosiano (MINH), se destaca que la autopsia reveló que Ojeda Ríos, de 72 años, murió desangrado, que lo mató un tiro certero y por el ángulo debe haber sido de un francotirador.

Desde que agentes del FBI cercaron el viernes, día del Grito de Lares, la finca en la que estaba viviendo Ojeda Ríos en el sector Plan Bonito en Hormigueros, se ha criticado duramente a las autoridades federales por su manejo irregular. Tuvieron que pasar más de 24 horas para que ofrecieran su versión de los hechos, luego de mantener al país en vilo.

Desde el mismo viernes en la tarde, Pesquera, a petición de la familia del líder independentista, le reclamó a los agentes del FBI que le permitieran entrar a la finca para verificar el estado de Ojeda Ríos o, si estaba muerto, para reclamar su cadáver. No se lo permitieron ni a él ni a nadie, ni tan siquiera a las autoridades nacionales.

Pesquera, al igual que otros activistas independentistas y de otras ideologías, sospechaban que Ojeda Ríos murió desangrado porque no se le ofreció atención médica a tiempo. Las sospechas fueron confirmadas por la autopsia del ICF, que, indicó Pesquera, ha determinado que al momento de la autopsia, Ojeda Ríos había muerto hacía "poco más de 24 horas". Según esta cronología, cuando Pesquera estaba allí en Hormigueros reclamando que lo dejaran entrar, Ojeda Ríos estaba vivo todavía.

"Debo aclarar que lo que hay aquí no es un planteamiento de desconfianza a Ciencias Forenses. Como éste es un caso muy sensitivo donde se estaban planteando unas interrogantes de manejo y de manipulación de la escena, el único instrumento que le queda al pueblo de Puerto Rico para descubrir la verdad era el cuerpo de Filiberto Ojeda y había que estar pendiente de cualquier detalle que se le pudiera escapar a los patólogos", relató Pesquera a PRIMERA HORA.

El médico explicó que la bala le entró a Ojeda Ríos por debajo de la clavícula derecha y salió, formando un ángulo de aproximadamente 45 grados, por la mitad de la espalda. Al entrar, la bala fracturó la segunda costilla y al salir fracturó la octava costilla. El único órgano afectado fue el pulmón derecho, en la parte superior e inferior, mientras el lóbulo medio de ese pulmón estaba "intacto" al igual que el resto del cuerpo, que estaba en "perfectas condiciones".

La munición se encontró entre el chaleco antibalas y el uniforme de camuflaje que llevaba Ojeda Ríos puesto. Pesquera indicó que no se encontró ninguna otra bala en el chaleco y en ninguna otra parte de su cuerpo.

Obra de un francotirador

"Lo que se encontró fue a Filiberto Ojeda vestido con un uniforme de camuflaje, completamente ensangrentado, con un chaleco antibalas, pero el tiro que recibió fue de un francotirador porque fue un tiro muy certero en términos de entrar por un área que no está protegida por el chaleco", señaló Pesquera.

Agregó que en la escena del crimen había un charco de sangre, de acuerdo con la fiscalía, y precisó que el uniforme de Ojeda Ríos estaba lleno de sangre. Por la posición en la que se le encontró, se entiende que el líder independentista intentaba detener la hemorragia.

"De acuerdo con fiscalía, el cuerpo tenía la mano izquierda sobre la herida de entrada, aparentemente en un intento por detener la hemorragia, el cuerpo estaba bocabajo y aquellos que tienen nociones de primera ayuda saben que te acuestas sobre la herida para tratar de impedir la hemorragia. El uniforme estaba totalmente ensangrentado, se encontró poca sangre en el sistema, pero había poca sangre en su cuerpo , mucha en el uniforme y, según los fiscales, mucha en el área del crimen. Fue, según los patólogos, una muerte por perforación de órganos y murió desangrado", dijo.

Pesquera, como tantos otros líderes independentistas, asegura que el FBI fue a la finca en Hormigueros con la única misión de asesinar a Ojeda Ríos.

"Vinieron a matarlo, no a arrestarlo. Hubo un doble asesinato, primero lo hieren y al ver que no lo habían matado en el acto lo dejaron desangrar con la excusa de que podía tener una bomba. Pero fueron a matarlo, si hubieran querido arrestarlo lo hubieran detenido durmiendo, vinieron a lincharlo y lo hicieron con un francotirador por el trayecto del proyectil", señaló.

Ojeda Ríos llevaba 15 años en el clandestinaje y estaba en la lista de las personas más buscadas por el FBI por el robo de $7.2 millones a un camión de la Wells Fargo en Connecticut, en 1983.