Primera Hora
lunes, 26 de septiembre de 2005

Estadistas e independentistas condenan operativo federal

Muerte de Filiberto Ojeda Ríos
 
Mariana Cobián  PRIMERA HORA

Terrorismo de Estado, violación crasa de los derechos civiles, espectáculo bochornoso...

Independentistas y estadistas coincidieron ayer en criticar el operativo federal que culminó con la muerte de Filiberto Ojeda Ríos.

El líder machetero pasó horas desangrándose tras recibir un disparo del FBI el viernes pasado en una emboscada en la casa que habitaba en Hormigueros. Esto constituye una violación a los derechos humanos, según la presidenta de la Comisión de Derechos Civiles, Palmira Ríos.

"Ciertamente los tribunales en su día determinarán la legalidad o no de esta acción. No obstante, entiendo que aun en casos de prisioneros de guerra tienen derecho a recibir servicios médicos cuando la persona está en condición crítica que atente contra su vida... Se le permitió morir. El Gobierno de Estados Unidos estaba en la obligación de ofrecerle servicios médicos para salvarle la vida a esa persona. Es una grave violación de los derechos humanos, de no ser así", explicó Ríos.

Esta acción de los agentes federales y la falta de información al respecto demuestra "que ha sido un abuso de poder por parte del FBI en Puerto Rico".

"Es algo inaceptable y entiendo que el Gobierno de Puerto Rico debe exigir al Departamento de Justicia federal que investigue esto", agregó Ríos, quien pidió que se aclare el evento ocurrido el viernes.

Por su parte, el director ejecutivo del Partido Independentista Puertorriqueño (PIP), Fernando Martín, no tiene duda de que el propósito del operativo era asesinar a una de las personas más buscadas por el FBI.

"Este crimen no es ni más ni menos de un acto de terrorismo de Estado y debe llevar a todo el pueblo puertorriqueño a expresar el mayor repudio y la más fulminante condena de estas acciones del Gobierno de Estados Unidos", indicó el ex senador.

Martín comparó la muerte de Ojeda Ríos con los asesinatos de Carlos Soto Arriví y Arnaldo Darío Rosado en el Cerro Maravilla.

"Esto es como Maravilla. Una vez se puso en marcha la operación, no hay otra posible conclusión que la muerte de Ojeda Ríos. En Maravilla, ponen en marcha llevarlos al cerro con la Policía esperando, por lo que tiene como consecuencia inevitable que muchos maten a pocos. Y así ha sido eso", explicó Martín.

Su correligionaria y senadora por el PIP, María de Lourdes Santiago, indicó que someterá una medida investigativa hoy en el Senado, y su compañero legislador Víctor García San Inocencio hará lo propio en la Cámara de Representantes.

"Evidentemente, estamos ante un asesinato perpetrado con toda la intención por los agentes federales... Tenemos que preguntarnos cuál fue el procedimiento seguido por el FBI y el nivel de colaboración del Gobierno de Puerto Rico, que ayer (sábado) sospechaba desde temprano que lo habían herido y que se desangraría, y eso confirma la autopsia. ¿Cómo es que el Gobierno tiene la sospecha y no hace nada?", cuestionó Santiago.

El comisionado residente en Washington, Luis Fortuño, criticó la falta de información de parte de las autoridades federales, quienes hicieron el operativo viernes por la tarde, y casi 24 horas después fue que ofrecieron información al respecto.

Ante el desconocimiento, se dio a la tarea de llamar a funcionarios de la Casa Blanca porque no tenía problema con que se diligenciara la orden de arresto contra Ojeda Ríos, pero habían pasado 20 horas y no se había ofrecido información al respecto, lo que "abre a conjeturas innecesarias y problema de credibilidad". Además, destacó que la situación podría tornarse seria por la fecha en que se llevó a cabo, en la conmemoración del Grito de Lares.

"No hay más remedio que hacer una investigación y esta semana nos reuniremos (con personal de Casa Blanca) para que me mantengan al tanto... La preocupación mayor era la falta de información. Levanta suspicacia innecesariamente", dijo Fortuño.

El presidente del Senado, Kenneth McClintock, no quiso hablar sobre la investigación y posibles irregularidades. Se limitó a decir que "todas las muertes entristecen y cada ser humano escoge cómo vivir, y en el caso de él, él escogió cómo morir".

"Optó por dar una última batalla, conociendo las consecuencias de dar batalla. Obviamente, quien dispara contra tres agentes federales, evidentemente se expone a esa consecuencia", indicó McClintock.

El comisionado electoral del Partido Nuevo Progresista (PNP), Tomás Rivera Schatz, catalogó el resultado del operativo como un "espectáculo bochornoso e inaceptable".

"Un septuagenario ha logrado ridiculizar a las autoridades federales, no tan sólo por el tiempo que pudo evadirlo, sino por la incapacidad del FBI de arrestarlo... Lo han elevado de prófugo de la justicia a mártir de la lucha por la independencia", señaló Rivera Schatz.

El también secretario general del PNP criticó la tardanza de una explicación al pueblo, lo que "levanta serias dudas y sospechas sobre el desempeño del FBI en Puerto Rico y retrata nuestra condición colonial".

"Los agentes que participaron en este cuestionable operativo, además de provocar innecesariamente este incidente tan desgraciado, han procurado destruir la imagen del Gobierno de Estados Unidos de América ante el pueblo puertorriqueño. Ningún agente federal tiene licencia para matar. No pueden imponer la pena de muerte so color de que alguien resistió un arresto. Nadie tiene más recursos que el Gobierno americano para lograr un arresto sin heridos ni muertos. Nadie va a creer que un hombre de la edad y circunstancias de Ojeda Ríos supere en armas y recursos al FBI durante un operativo", opinó Rivera Schatz.