El Nuevo Herald
14 de marzo de 2001

Moscoso asegura que Posada Carriles no será extraditado

Agence France Presse
PANAMA

El líder anticastrista Luis Posada Carriles, acusado de preparar un plan para
asesinar al gobernante cubano Fidel Castro durante la X Cumbre Iberoamericana
en noviembre pasado, no será extraditado tal como solicitó La Habana, anunció
ayer la presidenta de Panamá, Mireya Moscoso.

``No podemos extraditarlo [a Posada Carriles] porque Cuba es un país donde
hay pena de muerte y en Panamá no (...) Cualquier delito que haya cometido en
Panamá será juzgado en Panamá'', indicó Moscoso en una conferencia de
prensa con la prensa extranjera al responder una pregunta específica sobre el
tema.

La ley panameña --que no tiene pena de muerte ni cadena perpetua- establece
que una persona no se puede extraditar si en el país donde será juzgada
recibiría una pena, por el mismo delito, mayor a la que darían los tribunales
panameños. En el caso del terrorismo, la legislación panameña establece la
pena máxima, que son 20 años de prisión. Con su respuesta, la presidenta
Moscoso se adelantó a la cancillería panameña, la entidad encargada de otorgar
o no la extradición solicitada.

Mireya Moscoso, quien no quiso ahondar sobre el tema, explicó a los
periodistas extranjeros acreditados en Panamá que ``si [Posada Carriles]
cometió un delito en Panamá, y eso lo están investigando las autoridades,
tendrá que ser juzgado en Panamá'' y reiteró que ``Cuba es el único país que
pidió la extradición, pero no lo vamos a extraditar''.

Panamá había anunciado que respondería en enero pasado a la solicitud de
extradición presentada por Cuba, pero hasta ayer la cancillería no se había
pronunciado sobre el tema.

Posada Carriles fue detenido el pasado 17 de noviembre en Panamá junto a
Guillermo Novo, Manuel Díaz, Pedro Crispín Remón y José Hurtado, luego de
que Castro revelara un plan para matarlo. Al grupo se le decomisó una carga de
explosivos, equipos de vigilancia y detonadores, pero no planes para asesinar a
Castro.

El ex procurador panameño Rogelio Cruz, abogado de Posada Carriles y los
demás presuntos terroristas, acusó a Castro de tenderle una trampa a su
cliente, en una operación organizada por los servicios secretos cubanos.