Granma Diario
26 de agosto del 2004

Declaración del Ministerio de Relaciones Exteriores

Como continuación de las informaciones que se han venido brindando sobre las bochornosas acciones que lleva a cabo el Gobierno de la República de Panamá con el fin de liberar a los terroristas de origen cubano que fueran detenidos, enjuiciados y condenados por planificar un atentado contra nuestro Comandante en Jefe, y que tienen causas pendientes en diversos países, el Ministerio de Relaciones Exteriores denuncia públicamente que personeros de la mafia terrorista de Miami realizan gestiones en países centroamericanos para que autoricen el tránsito de los terroristas por sus territorios o les den refugio.

El Ministerio de Relaciones Exteriores recuerda que durante años, además del territorio norteamericano, donde la mafia terrorista de Miami los protegía, financiaba y les trazaba los planes, hubo países de Centroamérica que se convirtieron en bases para la planificación y ejecución de las operaciones terroristas de Luis Posada Carriles y sus cómplices, desde los cuales actuaron con total impunidad. Tal fue el caso de la preparación de los atentados con bombas que realizaron contra hoteles cubanos a finales de la década de 1990 y del reclutamiento de los mercenarios que directamente realizaron tales actos terroristas, hoy detenidos en nuestro país.

Por tanto, el Ministerio de Relaciones Exteriores advierte con toda seriedad que aquellos gobiernos que permitan el paso de los terroristas por sus países, o les den refugio, se convertirán en cómplices de las acciones que hoy se preparan para dejarlos en libertad, violando todas las normas éticas y legales, y sus compromisos con los convenios internacionales sobre la lucha contra el terrorismo.

Aquellos gobernantes que de una forma u otra brinden protección a terroristas que han perpetrado crímenes monstruosos contra personas inocentes, aviones civiles y misiones diplomáticas, el pueblo y el gobierno de Cuba los considerará responsables de la impunidad y colaboradores de esos asesinos.

La Habana, 26 de agosto del 2004