El Comercio (Peru)
Marzo 30, 2001

Madre de "David" se enteró de su muerte cuatro años después

                     Un testigo que estuvo a punto de participar en la toma de la residencia del embajador
                     de Japón, en diciembre de 1996, identificó a tres de sus compañeros que participaron
                     en esa acción y que luego fueron enterrados como desconocidos. El Comercio viajó
                     hasta la selva de Chanchamayo y allí confirmó las identidades de los emerretistas
                     fallecidos con sus mismos familiares, dos de los cuales desconocían sus muertes.

                     Hasta el momento, de los 14 miembros del Movimiento Revolucionario Túpac Amaru
                     (MRTA) que ingresaron a la sede diplomática y que luego fueron muertos por las fuerzas
                     del orden, sólo tres (Néstor Cerpa Cartolini, Rolly Rojas Fernández "El Árabe" y Eduardo
                     Cruz Sánchez "Tito") habían sido identificados. De los once restantes no se sabía nada, lo
                     que dificulta la investigación que están realizando los médicos forenses, luego de la exhumación
                     de los 14 cadáveres.

                     "Encontrar a los familiares de los emerretistas es vital, pues la información que
                     brinden permitirá a los peritos saber a qué persona corresponde cada esqueleto y las
                     causas verdaderas que originaron su muerte", dijo un galeno que participa en la
                     investigación.

                     La identificación fue hecha con la ayuda de fotos que se publicaron, sobre todo las
                     captadas el 31 de diciembre cuando el grupo terrorista permitió el ingreso de
                     periodistas al interior de la residencia japonesa. "David" y "Melissa"

                     Uno de los identificados es Alejandro Arias Contreras, un joven de 16 años cuyo
                     apelativo era "David". Arias es uno de los dos emerretistas que días después de la
                     toma de la residencia subió hasta el techo de esa sede para colocar una bandera con
                     las siglas del MRTA. El otro subversivo fue identificado sólo con el apelativo de
                     "Lucas", pero se sabe que vivió en un caserío cercano a Yurinaki.

                     Arias Contreras vivía en el recóndito caserío de Morlan, ubicado a cuatro horas en
                     camioneta de La Merced, tras lo cual hay que caminar dos horas más por trocha. Su
                     familia recién se enteró de su muerte el domingo 18 de marzo pasado, cuando un
                     funcionario de la Cruz Roja Internacional llegó hasta ese lugar. Su madre, la señora
                     Santosa, rompió en llanto al enterarse de la noticia. Desde 1996, cuando su hijo fue
                     llevado por engaños por "Los Negros", como se les llamaba a los emerretistas,
                     nunca más supo nada de él.

                     Su hermana Gavina también rompió a llorar el miércoles de la semana pasada
                     cuando El Comercio llegó hasta ese lugar. Gavina contó que el domingo, luego de la
                     visita del funcionario extranjero, su madre cogió varias fotos de su hermano y se vino
                     a Lima, sin decir lo que le había ocurrido a Alejandro.

                     Otro de los identificados es Erma Luz Cueva "Melissa", una joven de 16 años que fue
                     secuestrada cuando -junto con su familia-trabajaba arriando ganado en una chacra
                     del caserío de Mellizos, ubicado entre Villa Rica y Puerto Bermúdez.

                     Según el testigo, cuando Erma Luz ingresó a la residencia, en diciembre de 1996,
                     tenía dos meses de embarazo. Lo que significa que cuando ocurrió su muerte, en
                     abril de 1997, tenía seis meses de embarazada. Era la pareja de Eduardo Cruz
                     Sánchez "Tito", uno de los lugartenientes del líder Cerpa Cartolini.

                     El testigo refirió que la emerrestista tenía un puente dental postizo en el maxilar
                     superior. Pobladores de la chacra -donde había trabajado- dijeron que los padres de
                     Erma Luz se habían ido a trabajar a otro lugar, pero creían que su hija estaba viva.

                     "La Gringa"

                     Otro emerretista cuya identidad ha quedado plenamente establecida es Luz Dina
                     Villoslada Rodríguez, una joven de 17 años a quien sólo se la conocía como "La
                     Gringa". Villoslada vivía en el caserío de Puerto Victoria, ubicado a media hora de La
                     Merced.

                     Su madre, doña Eligia Rodríguez, dijo a este Diario que reconoció a su hija días
                     después de que ocurrió la toma de la residencia. Fue a través de la difusión de un
                     video filmado por los emerretistas antes del asalto a la sede nipona, el mismo que
                     fue difundido por los medios de televisión.

                     "Yo la vi e inmediatamente me fui a Lima, pero nunca me dejaron hablar con ella.
                     Cuando ocurrió el rescate y se informó que todos los emerretistas habían muerto, fui
                     a reclamar su cadáver, pero nunca me lo entregaron. Mostré fotos, documentos, para
                     demostrar que era mi hija, pero no me entregaron su cuerpo", relató Eligia Rodríguez.

                     Rodríguez señaló que su hija fue secuestrada por "Los Negros" a inicios de 1996
                     cuando se encontraba lavando su ropa en las orillas del río Perené. Según las
                     grabaciones de audio que los agentes de la Dirección Nacional contra el Terrorismo
                     (Dincote) registraban diariamente a través de los micrófonos que lograron introducir
                     en el interior de la residencia japonesa, Luz Villoslada lloraba todas las noches y le
                     decía a Cerpa Cartolini que quería ir a ver a su madre y a sus hermanos. Un agente
                     antiterrorista, que formó parte del equipo del Comité de Crisis que la policía constituyó
                     para enfrentar la delicada situación, dijo a El Comercio que "La Gringa" le contó a un
                     ex rehén que quería traicionar a Cerpa Cartolini y escapar junto con todos los 72
                     secuestrados.

                     El rehén la animó a salir juntos, a lo que la joven le dijo nerviosa que "no puedo
                     hacerlo. Si hiciera algo así toda mi familia sería asesinada por el MRTA". De niña, "La
                     Gringa" se fracturó el dedo medio de una de sus manos.

                     El testigo también reconoció a otros emerretistas por sus apelativos. Entre ellos
                     figuran "Cheveto" (quien aparece fotografiado subiendo una escalera con un instalaza.
                     Vivía en Alto Sancachari), "Yaguar" (aparece poniendo una de las manos delante de
                     una cámara fotográfica. Llegó del Oriente), "Huáscar" (posa junto con Cerpa. Vivía en
                     Santa Isabel), "Aderlin" (también posa junto con Cerpa. Vivía en el caserío de San
                     Juan) y "Merlín" (es nativo y vivía en el Gran Pajonal).