El Nuevo Herald
29 de diciembre de 2000

'Comisión de la Verdad' divide la política panameña

E l opositor PRD acusa al gobierno de pretender enlodar la imagen de Omar Torrijos

CARMEN JIMENEZ / EFE
CIUDAD DE PANAMA

El anuncio de la presidenta de Panamá, Mireya Moscoso, de crear una
Comisión de la Verdad para esclarecer el destino de los 150 desaparecidos
durante el régimen militar (1968-1989) abrió ayer una fuerte polémica en el país.

Martín Torrijos, secretario general del Partido Revolucionario Democrático (PRD),
principal partido de la oposición, denunció ayer que tras la apertura de las
investigaciones sobre los desaparecidos ``hay una clara intención de enlodar la
imagen'' de su padre, el general Omar Torrijos, líder absoluto durante los años
del régimen militar.

Tras los hallazgos en los últimos quince días de tres osamentas enterradas en
un cementerio clandestino ubicado en un antiguo cuartel militar, en las afueras
de la capital panameña, Moscoso, que visitó el miércoles las excavaciones,
anunció la formación de una Comisión de la Verdad que ``deberá estar alejada
de la política y de la venganza''.

Once años después de que concluyera el régimen militar con la invasión de
Estados Unidos en 1989, y tras los hallazgos de cinco osamentas --desde que
en septiembre de 1999 se iniciaron las excavaciones en el que fuera cuartel
militar de Los Pumas, unidad de infantería de la extinta Fuerza de Defensa--, el
izquierdista PRD denunció que hay un claro interés político del gobierno de la
presidenta Moscoso en torno a este caso.

Martín Torrijos --hijo del fallecido general Torrijos, que lideró un golpe de Estado
en 1968 que derrocó al presidente Arnulfo Arias, esposo de la actual presidenta
panameña--, afirmó que ``no tememos a la verdad de una investigación seria y
científica'' y manifestó su apoyo a que se encuentre a los responsables de las
desapariciones y a que se les juzgue.

Además, Torrijos manifestó su temor de que la comisión sea un instrumento del
gobierno que emita un ``juicio político que no le hace ningún favor a nuestra
democracia'', y señaló que deberá ser ``manejada con seriedad para que no
anime odios, rencores y divisiones''.

Igualmente, apuntó que ``necesitamos saber qué pasó con nuestros muertos y
desaparecidos durante la invasión de Estados Unidos en 1989, y con los
muertos que se produjeron antes de 1968''.

La Asamblea Legislativa también vivió ayer un acalorado debate que llegó a ser
suspendido en torno a una resolución propuesta por varios diputados arnulfistas,
en el poder, para que se esclarezcan las desapariciones de los opositores al
régimen.

La presidenta panameña ordenó el pasado 18 de diciembre la reapertura de la
excavaciones que se iniciaron el mes de septiembre del pasado año, cuando se
encontraron restos de dos cuerpos, pero que meses después fueron
suspendidas por el Ministerio Público argumentando falta de presupuesto.

Hasta el momento sólo se ha logrado identificar una de las osamentas que se
encontraron en septiembre de 1999 y que corresponde al dirigente opositor
Heliodoro Portugal, desaparecido tras ser detenido en 1970 por la entonces
Guardia Nacional.

Analistas han apuntado que con la actual controversia se abre ahora en Panamá
un capítulo de enconados debates en los que las dos grandes facciones
políticas del país, representadas históricamente por conservadores y liberales,
corren el peligro de desenterrar un pasado que parecía que estaba más olvidado
que en la mayoría de los países latinoamericanos que vivieron períodos militares.