El Nuevo Herald
5 de noviembre de 2001

Los nicas salieron a votar por su futuro

 JULIA RIOS / AFP
 MANAGUA

 Preparados con termos de café, sombrillas y hasta sillas para soportar largas horas de espera, miles de nicaragüenses acudieron masivamente ayer a las urnas,
 muchas de las cuales abrieron con retrasos, para votar en estas reñidas elecciones presidenciales y legislativas.

 Ancianos, enfermos y lisiados ocupaban los primeros lugares de las filas de varias cuadras que comenzaron a formarse desde la madrugada del domingo y, pese a la
 demora en la apertura de algunas urnas, se percibía un ambiente de calma y ansias de la población porque su voto sea respetado ``gane quien gane''.

 La elección presidencial enfrentaba en una cerrada disputa, según preanunciaban las encuestas, al ex presidente Daniel Ortega (55 años), candidato del opositor Frente
 Sandinista de Liberación Nacional (FSLN, izquierda), y al empresario Enrique Bolaños (73), del gobernante Partido Liberal Constitucionalista (PLC, derecha).

 Algunas personas se inquietaban ante los retrasos en algunos centros electorales y pedían explicaciones a los funcionarios.

 Ortega y el presidente Arnoldo Alemán debieron hacer fila por más de una hora, en espera de que abriera el centro donde les correspondía votar.

 La concurrencia a las urnas era igual tanto en barrios populares como en los residenciales de clase media y alta y, aunque pocos revelaban su voto, hacían comentarios
 sobre la jornada electoral, los candidatos o la situación del país.

 ``Estamos esperando el gran triunfo, aunque sabemos que ellos [los liberales] van a hacer todo lo posible e imposible para evitarlo, pero ahora no va a ser igual que la
 vez pasada [1996] cuando anduvieron las boletas [electorales] en las calles'', declaró una mujer, que, recelosa, sólo quiso identificarse como Mariana.

 ``Ojalá que los observadores esta vez observen de verdad'', añadió, por su parte, Reina Rodríguez, estudiante de ingeniería agrícola, quien aseguró, sin querer precisar a
 qué partido se refería, que ``vamos a ganar limpio o a perder limpio''.

 Girsa Soza, quien hacía fila en las afueras del colegio Sagrado Corazón de María, al este de Managua, consideró que lo importante es que ``si gana uno u otro candidato
 que haga algo'' por Nicaragua. ``Es horrible, tenemos años de intranquilidad y miseria'', añadió la mujer de 21 años.

 ``Dicen que si votamos por un partido, vamos a perder el trabajo en la zona franca [maquiladoras], pero no creemos eso. Tenemos que escoger al mejor presidente, al
 más conveniente'', dijo, por su lado, Reina Aguirre, vecina del barrio Villa Venezuela, al sureste de Managua.

 Pese a los pronósticos de lluvia, el ambiente era fresco, aunque un poco nublado, y en las calles la circulación de vehículos era escasa.

 La presencia de militares y policías era discreta pese a que el gobierno había anunciado un amplio despliegue militar, ante temores de actos de violencia.
 
 
 
 

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