El Nuevo Herald
8 de diciembre de 2000

Adiós final al célebre músico Oréfiche

WILFREDO CANCIO ISLA
El Nuevo Herald

Las cenizas del célebre pianista y compositor cubano Armando Oréfiche fueron
vertidas en el mar frente a la avenida que acostumbró a recorrer los últimos años
de su vida.

``Había dejado escrito que sus cenizas fueran echados al mar justo en el lugar
que regularmente visitábamos'', relató ayer José Luis Galindo, quien vivió junto al
artista en Las Palmas de Gran Canaria, España, por más de dos décadas.

Oréfiche, figura descollante de la música popular cubana del siglo XX, falleció en
Las Palmas el pasado 24 de noviembre, víctima de una anemia agresiva que lo
mantuvo hospitalizado por varias semanas.

Nacido en La Habana el 5 de junio de 1911, estudió para maestro, pero optó
desde muy joven por su vocación musical. En 1931 fundó en su ciudad natal la
Orquesta Encanto que luego se convertiría en los Lecuona Cuban Boys, por sus
vínculos con el genial compositor Ernesto Lecuona.

Los Lecuona Cuban Boys triunfan rotundamente en Europa durante los años 30,
bajo la dirección de Oréfiche.

``La concepción de la orquesta-espectáculo que hoy gobierna en los escenarios
de la música popular, fue ideada por Oréfiche con los Lecuona Cuban Boys'',
expresó el musicólogo Cristóbal Díaz Ayala. ``Fue un artífice de la
espectacularidad; todo el movimiento coreográfico, la ambientación, el vestuario
de las actuales orquestas salseras y merengueras, le deben mucho a sus
iniciativas''.

Oréfiche viajó extensamente con los Lecuona Cuban Boys por Europa,
Latinoamérica y Estados Unidos, y grabó decenas de discos hasta 1939. En
1942 creó una nueva orquesta, Havana Cuban Boys, que se mantuvo activa
hasta comienzos de los años 60.

Por esos años, los Havana Cuban Boys inauguraron el Moulin Rouge de Ginebra
y los Tres Molinos de Barcelona, hicieron temporadas en Japón y se convirtieron
en visitantes indispensables del carnaval de Montevideo, Uruguay, país que
Oréfiche visitó por última vez en 1997.

Una selección de esa etapa apareció recogida el pasado año en el disco
compacto Armando Oréfiche y sus Havana Cuban Boys, editado en España.

En su vasta obra como compositor figuran títulos memorables como Mesié
Julián (inmortalizada por Ignacio Villa ``Bola de Nieve''), Habana de mi amor,
Chino li Wong y Una noche en La Habana, así como las llamadas tres rumbas
(Blanca, Azul y Colorá).

``La música cubana ha perdido una de sus glorias mayores; yo he perdido a mi
mejor amigo de los últimos 40 años'', expresó emocionada la cantante Olga
Guillot, quien lamentó que Oréfiche muriera sin regresar a Cuba.

Galindo, su único heredero, dijo que conservará todas las pertenencias y
documentos de Oréfiche con la ilusión de que un día puedan formar parte de ``un
museo en una Cuba libre''. El músico visitó la isla por última vez en 1959.