Granma Diario
Mayo 6, 2004

El Gobierno de México es responsable de la crisis actual

Recibida nota en la que México expresa disposición para dar a la relación el tratamiento que corresponde a nuestros mutuos intereses. El Canciller cubano respondió que Cuba está dispuesta a tomar el camino de la normalidad, pero sobre la base del respeto mutuo a la dignidad y la soberanía de cada país

Joaquín Rivery Tur

Cuba considera que el Gobierno de México es responsable de la crisis actual en las relaciones entre ambos países, que puso al borde de la ruptura los lazos entre las dos naciones, expresó Felipe Pérez Roque en conferencia de prensa efectuada en la Cancillería ayer.

Asistieron a la rueda de prensa 129 periodistas de 105 medios de 32 países, de ellos 29 colegas mexicanos de 19 órganos que vinieron directamente de su país.

El Canciller cubano dedicó más de tres horas a explicar la posición cubana en el diferendo surgido a raíz de decisiones tomadas por el Gobierno mexicano, que se expresaron en el retiro de la Embajadora del país azteca en La Habana y la expulsión del Embajador cubano en México, y la declaración de persona "non grata" al Primer Secretario de la Misión, lo que causó que ahora se viva —subrayó— el peor momento de las relaciones entre ambas naciones.

Como un ejemplo de a quiénes pudiese beneficiar el conflicto entre nuestros dos países, el Ministro explicó que solamente ha habido tres expresiones de apoyo a las acciones oficiales mexicanas: la de Colin Powell, secretario de Estado de Estados Unidos; la de Jeb Bush, gobernador de la Florida y hermano del Presidente de ese país, y la del ex canciller Jorge Castañeda, que tanto hizo para empeorar los vínculos históricos entre México y Cuba.

La situación actual, señaló, se debe a la actitud irresponsable, injustificable, irreflexiva y soberbia del Gobierno mexicano (aunque hubo declaraciones posteriores que intentan minimizar las decisiones) tomada el domingo por la noche, conocida en Cuba solamente a través de la televisión.

Al embajador Jorge Bolaños, viceministro primero de Relaciones Exteriores, nombrado en el cargo en México como un gesto para que el Gobierno de Vicente Fox viera la intención de fortalecer las relaciones, le fueron comunicadas las decisiones cinco minutos antes de que se anunciaran en una conferencia de prensa.

Explicó que el Gobierno de México decidió unilateralmente el retiro de la embajadora Roberta Lajous y dio 48 horas a Bolaños para abandonar el país, algo que no fue discutido, que no fue esbozado en discusiones previas o de mensajes a través de su Embajada en La Habana por los canales normales.

Con esas acciones, afirmó, se está tratando de desviar la atención de la opinión pública mexicana de los graves hechos relacionados con el señor Carlos Ahumada, empresario detenido en Cuba a solicitud de la INTERPOL e involucrado en un asunto interno de la política en ese país. Se creó una crisis diplomática totalmente artificial, aclaró.

El Canciller cubano explicó los pasos dados por el secretario de Gobernación (ministro del Interior) Santiago Creel, acusando a José Arbesú, vicejefe del Departamento de Relaciones Internacionales del Comité Central del Partido, y a Pedro Lobaina, funcionario de ese Departamento, de ser "agentes" cubanos en misión clandestina, por lo que se decretó también la expulsión del país del consejero político de la Embajada, Orlando Silva.

El señor Creel, con un lenguaje irrespetuoso, que recuerda el que usan algunos representantes de los grupos mafiosos de Miami, dijo que las medidas tomadas no eran contra Cuba sino "contra Castro", y enarboló una ley de seguridad para no explicar las razones de las acciones emprendidas y para mentir y engañar al pueblo mexicano.

Felipe Pérez Roque explicó que la actividad de esos funcionarios fue entrevistarse con más de 15 personalidades mexicanas, algo usual que se viene haciendo hace años, y entre los visitados estuvieron Luis Echevarría, ex presidente del país, Cuahtémoc Cárdenas, Roberto Madrazo, Carlos Navarrete y la actriz y diputada María Rojo y otras más.

Viajaron en esta última ocasión a explicar las posiciones de Cuba, porque en México había un diluvio de informaciones sobre el caso Ahumada y ellos fueron a dejar clara la posición nuestra y el hecho de que Cuba no pretende inmiscuirse en los asuntos internos mexicanos.

Entre ambos países ha habido un intenso intercambio de delegaciones partidistas. Arbesú y Lobaina viajan con frecuencia a México en razón de su trabajo y en la Isla se han recibido numerosas delegaciones de los principales partidos mexicanos, entre ellos el PAN que hoy está en el Gobierno.

Si el Secretario del Interior de México tiene otras pruebas que no sean esas, que las presente, demandó el Canciller.

Luego se refirió a que el secretario del Exterior de México, Luis Ernesto Derbez, informó públicamente que la decisión de limitar las relaciones se debió a esas acciones y a las palabras del Presidente Fidel Castro el Primero de Mayo y la nota de la Cancillería cubana para deportar a Ahumada, que fue mal interpretada y citada con errores, sobre todo la parte donde se afirma que las investigaciones habían arrojado existían acciones planeadas con meses de antelación y que el caso de ese ciudadano tenía una incuestionable connotación política y en México se dijo que era una "insostenible" connotación política.

En todo caso, se trataba de cuestiones internas de México en las que Cuba no tenía ni tiene ninguna intención de intervenir.

El Ministro recordó que cuando el incidente de Monterrey, ocasión en la que Cuba se vio obligada a hacer pública una conversación del Comandante en Jefe con el presidente Fox, la situación fue mucho más fuerte, la polémica más dura y no se llegó a tales extremos como ahora.

Por tanto, el supuesto factor de la "misión clandestina", el caso Ahumada y la referencia de Fidel a México por su voto en la Comisión de Derechos Humanos de Ginebra, los tres factores esgrimidos por el Gobierno mexicano, dan suma cero, expresó Pérez Roque.

Como el canciller Derbez exigió de Cuba pruebas por las declaraciones de Carlos Ahumada, se procedió a la proyección ante la prensa nacional y extranjera de un video en el que el hoy preso en México explica que entregó videos con presuntos casos de corrupción a personas que se los solicitaron y deseaban ponerlos por la televisión pública de ese país.

Ahumada dice ante la cámara que no quería soltar los videos porque eran su instrumento para negociar... que lo ayudaran y al final no le dieron protección jurídica ni la ayuda económica a pesar de que entregó los casetes, al contrario lo acusaron de lavar dinero.

Según aclaró luego el Ministro cubano, después de la nota de la Cancillería azteca con la solicitud de la detención de Ahumada con fines de extradición, no se recibió nada más y el tiempo pasaba. Podría llegar a su vencimiento el plazo legal de estos trámites, que son 40 días, y como la presencia del ciudadano mexicano podría implicar a Cuba en un conflicto —como al final lo hizo— se decidió obrar en forma expedita y se determinó su deportación, con lo cual las autoridades mexicanas tienen todas las condiciones para investigar ellas sin demoras ni dificultades.

Inicialmente las declaraciones oficiales mexicanas fueron de satisfacción, e incluso la embajadora Lajous en La Habana expresó la buena comunicación que existía, pero repentinamente, el pasado domingo en la noche, se desencadenó todo el conflicto.

No se trató, argumentó Pérez Roque, de una escalada de notas y de acusaciones que fueran subiendo de tono hasta llegar al punto actual, sino de una crisis artificial desatada repentinamente.

Como en México circularon versiones achacadas a Ahumada de que lo habían torturado sicológicamente, también se mostró en la conferencia de prensa un fragmento de video en el que el implicado declaraba que lo habían tratado muy bien, veía frecuentemente a su esposa, tuvo una reunión con la Cónsul mexicana y la alimentación suministrada era la que él mismo había pedido, fundamentalmente vegetariana.

Respecto a imputaciones mexicanas de que Cuba abandonó los canales diplomáticos, nuestro Canciller demostró cómo siempre todo fue informado debidamente y que en esos días la Embajadora fue recibida en la Cancillería nueve veces, mientras el Embajador cubano en México no fue citado ni una sola vez.

Hasta hubo una nota de la Cancillería mexicana colocada en su página web donde se decía que había sido entregada en Cuba, hubo que llamar a la embajadora Lajous para preguntarle por escrito sobre aquello y solamente después de eso fue que llegó la nota.

El Ministro de Relaciones Exteriores informó igualmente que el martes por la tarde recibió una nota del canciller Derbez, ya publicada en varios medios de prensa mexicanos. Al mediodía del miércoles se hizo llegar a la encargada de negocios una nota del Canciller cubano en la que se comunicaba que se daría respuesta por esa vía reservada.

Algunos medios de prensa titulan la nota como que el Gobierno mexicano recula, otros dicen que tiende la mano o que quiere la negociación, según la interpretan.

El canciller Pérez Roque consideró que la nota era una señal positiva, que si ese espíritu hubiera estado presente en las decisiones apresuradas tomadas el fin de semana, quizás se hubiera evitado llegar a este punto.

Sin embargo, enfatizó, la verdad tiene que saberse y Cuba tenía que responder a las falaces e injustas acusaciones que se le han hecho, pues los pueblos de México y Cuba tienen derecho a saber la verdad.

Expresó que en la nota se dice que la actitud de México "es de absoluta disposición para que a través del restablecimiento de la confianza y el diálogo entre nosotros podamos dar a la relación el tratamiento que corresponde a nuestros mutuos intereses".

A eso, señaló el Ministro cubano, respondo que México siempre ha tenido en Cuba similar disposición, pero es al Gobierno mexicano a quien corresponde demostrar esa voluntad porque Cuba fue mezclada indebidamente en este asunto.

Cuba respeta y quiere a México, continuó. El pueblo de México lo sabe, "pero Cuba, su Gobierno y su pueblo han sido los ofendidos y los agredidos. Cuba está dispuesta a tomar el camino de la normalidad, pero tiene que ser sobre la base del respeto mutuo a la dignidad y la soberanía de cada país", subrayó el Ministro de Relaciones Exteriores