El Nuevo Herald
14 de octubre de 1998
 
 La Malinche vuelve a desatar una pasión

 ANGELICA VALENZUELA

 --De la redacción de El Universal

 México -- Todavía no se estrena en el XXVI Festival Internacional
 Cervantino y ya desató asombro, conmoción, desconcierto, celebración
 y hasta el insulto público y personal para los responsables de tan
 escatológica y demoledora escenificación: La Malinche, de Víctor Hugo
 Rascón Banda, que monta con bailarines y actores mexicanos el
 provocador y prolífico director alemán Johann Kresnik, tras dos años de
 preparación.

 El último de los tres ensayos generales --que se realizaron en el Teatro
 Jiménez Rueda de la ciudad de México los días 8, 9 y 11-- se vio
 alterado no sólo por las fallas técnicas y el accidente que el día anterior
 sufrió en el escenario Norma Angélica, una de las siete actrices que
 interpretan el personaje de la Malinche (lo que la obligó a actuar en silla
 de ruedas) sino por los insultos públicos que las artistas Blanca Guerra y
 Delia Casanova le propinaron a Kresnik y a Mario Espinosa, titular de la
 Coordinación Nacional de Teatro del INBA.

 Pero el director alemán --familiarizado con este tipo de agresiones, dado
 el intenso espíritu de crítica social y política que contienen sus obras
 (como la polémica Frida Kahlo, montada en 1995 en México y
 descalificada por los expertos del género dramático)-- no se intimidó y
 regresó en su idioma la mentada de madre, mientras ambas artistas
 abandonaban, escandalizadas, la sala.

 Guerra y Casanova presenciaron cuando menos tres cuartas partes del
 espectáculo que contiene desnudos y exhibe de una manera amarga,
 descarnada y grotesca a políticos, medios de comunicación, poetas
 (Octavio Paz y Jaime Sabines), símbolos nacionales, capital extranjero y
 oprimidos y advierte sobre la nueva conquista que enfrentamos, la de los
 norteamericanos con su imperio económico, cultural y lingüístico y da
 cuenta del ultraje histórico en permanente avanzada.

 Pero justo, ambas artistas, decidieron retirarse en la parte nodal de la
 obra, en la desmitificación de la figura de la Malinche, propuesta que
 contraria a la versión oficial informa de una mujer de inteligencia
 suprema, cuya única intención fue la de unir a dos pueblos. No es la
 ``traidora'' sino la intérprete que vencidos y vencedores describieron
 siempre con admiración, según consignan las fuentes históricas de
 Sahagún y Las Cartas de Relación, de Hernán Cortés.

 Sin concesiones a la censura

 Es una obra viva, grotesca y de alto riesgo, consideró Mario Espinosa,
 quien informó que la producción realizada con el Instituto Goethe contó
 con una inversión por parte del INBA y del FIC de 1,350,000 pesos
 (unos $130,000).

 La obra es fuerte, interesante y ruda, dijo, y por lo mismo supongo que
 ``no se podrá ser indiferente a ella, pero en teoría no creo que se dé un
 tipo de censura'' por parte del gobierno ``panista'' de Vicente Fox.

 ``Vamos seguros a Guanajuato y al FIC de que podremos llevar a cabo
 nuestra obra. Ahorita tenemos el repertorio en dos extremos, la puesta
 preciosista de Molire, y esta de Víctor Hugo, que dan cuenta de dos
 facetas del teatro que tenemos que poner''.

 ``La Malinche está muy bien hecha y vale la pena el riesgo y el público
 tendrá la oportunidad de verla en los montajes del FIC (del 20 al 23 de
 octubre en el Teatro Juárez) o en la temporada que se llevará a cabo en
 el Teatro Jiménez Rueda a partir del día 29'', subrayó.

 Espinosa consideró que ningún gobierno puede suspender dicho
 espectáculo, el cual se pactó desde hace dos años con el Instituto
 Goethe.

 El joven dramaturgo Martín Acosta opinó que La Malinche es una obra
 muy importante. ``Creo que el teatro mexicano a veces camina
 lentamente y de pronto es muy bueno que nos movamos. La pieza
 moviliza y dice cosas que a mí en lo personal me vienen bien porque me
 siento ultrajado como esa Malinche. Y me identifico mucho con la
 propuesta estética, con el lenguaje'', dijo.