El Nuevo Herald
Jan. 17, 2005

Récord de detenciones de cubanos en alta mar

WILFREDO CANCIO ISLA
El Nuevo Herald

Los 1,498 cubanos capturados en el estrecho de la Florida durante el 2004 constituyen la mayor cifra de intercepciones de inmigrantes de la isla en la última década, aunque las dificultades para llegar a las costas estadounidenses han generado nuevas rutas de fuga.

Desde la crisis de los balseros en 1994, cuando las autoridades costeras interceptaron a más de 37,000 cubanos para llevarlos a los campamentos de refugiados en Guantánamo, no se reportaban números tan elevados como los del año anterior.

'Este es el resultado de un trabajo coordinado entre varias agencias federales, que ahora `tocamos' la misma música'', comentó Luis Díaz, portavoz del Servicio Guardacostas en el distrito de Miami. ``Definitivamente estamos preparados como nunca antes en cuanto a equipamiento tecnológico, personal e información de inteligencia''.

El número de cubanos que logró burlar los controles en alta mar --en embarcaciones artesanales o lanchas de contrabandistas-- y pisar territorio estadounidense también continuó su tendencia decreciente el pasado año: 955 en comparación con los 1,072 del 2003.

La muralla creada contra el flujo migratorio ilegal desde Cuba se fortificó básicamente con las medidas de seguridad implementadas tras los atentados terroristas del 11 de septiembre del 2001. La preocupación por las fronteras marítimas derivó en un aumento de las embarcaciones y los agentes patrulleros, y agilizó el programa nacional conocido como Rescue 21, un sistema de comunicación que facilita actuar con rapidez en los rescates y la localización de objetivos.

Las prioridades de seguridad fronteriza en la Florida se sustentan en que es el segundo estado de la nación con mayor extensión de territorio costero (1,800 millas) después de Alaska, exponiéndolo a operaciones ilegales de todo tipo por su posición geográfica.

Pero la relativa contención de entradas por vía marítima desde el noroeste cubano incentivó a potenciales inmigrantes a buscar itinerarios alternativos, zarpando del sur de la isla con destino a Centroamérica.

''La gente que han devuelto [a Cuba] y sabe que la cosa está difícil por el norte, está pensando en tirarse por Cienfuegos o Santa Cruz del Sur, porque los guardafronteras no patrullan la costa sur'', confesó Vladimir Bestard, quien arribó en diciembre a West Palm Beach luego de 13 intentos por escapar de la isla y una repatriación desde Bahamas.

El insospechado ''canal del sur'' es cada vez más frecuentado por cubanos sin recursos financieros para pagar una operación de contrabando humano, que cuesta en el rango de los $10,000 por persona. La opción es entonces cruzar el mar Caribe rumbo a Centroamérica, asentarse temporalmente en un país de la región e intentar luego el viaje final a EEUU por tierra firme.

Las estadísticas del pasado año sobre esta nueva ruta de la emigración cubana son impactantes. Durante el 2004 más de 400 cubanos llegaron a las Islas Caimán y 259 lo hicieron a Honduras, según fuentes de inmigración en esos países.

Generalmente, los cubanos utilizan las Islas Caimán como punto para reabastecerse y continuar viaje a países como Honduras o Costa Rica, donde las autoridades les otorgan permisos de permanencia temporal.

El arribo de cubanos a Islas Caimán y Honduras se incrementó vertiginosamente en el segundo semestre del año.

''El 90 por ciento de estas personas tiene como objetivo llegar a EEUU, especialmente a Miami'', señaló Carlos Sánchez, asesor de la Dirección de Población y Política Migratoria de Honduras. ``Ellos consideran que la ruta a Honduras es más corta y menos peligrosa''.

Mientras, activistas comunitarios y abogados de inmigración apuntan a otra avalancha imparable que se multiplica por año: la afluencia de cubanos hacia los puntos fronterizos mexicanos para solicitar asilo político en EEUU.

Aunque el Departamento de Seguridad Nacional (DHS) en Washington no ofreció cifras totales de cubanos refugiados a través de la frontera mexicana en el 2004, los cálculos extraoficiales sitúan entre 3,000 y 3,300 los que optan anualmente por esta aventura migratoria, muchos de ellos luego de viajar a México desde Europa y Suramérica.

''Lo que resulta innegable es que la demanda para salir de Cuba por cualquier vía no ha cesado en los últimos años, porque el gobierno cubano no ofrece respuestas a las expectativas de sus ciudadanos, especialmente de los jóvenes'', manifestó el politólogo Damián Fernández, director del Centro de Estudios Cubanos de la Universidad Internacional de la Florida.

El académico consideró que persiste ''una ola migratoria silente de cubanos''. ``Pero nadie está interesado en discutir sobre eso, pues implica un cuestionamiento de una política migratoria fracasada que se mantiene intacta en la agenda de esta administración''.

Además de las entradas ilegales, los acuerdos migratorios firmados por Washington y La Habana, en 1994, aseguran anualmente la inmigración ordenada de unos 20,000 cubanos.