El Nuevo Herald
October 24, 1998
 
Indígenas de Honduras abren vías a ruinas mayas
 
 

 Tegucigalpa --(Reuters)-- Centenares de indígenas hondureños liberaron
 el viernes los accesos a un parque arqueológico y las ruinas mayas de
 Copán, tras comprometerse el gobierno del presidente Carlos Flores a
 suministrarles tierras, dijeron funcionarios.

 Unos 1,000 indígenas chortís, descendientes de los mayas, mantenían
 bloqueados desde hace 13 días los accesos a las ruinas, situadas a 270
 kilómetros al oeste de Tegucigalpa, reclamando tierras, escuelas,
 hospitales y carreteras. Las etnias accedieron a abandonar los accesos a
 las ruinas, visitadas por turistas estadounidenses, europeos y asiáticos,
 tras la firma el jueves en la noche de un acuerdo con el ministro de la
 Presidencia, Gustavo Alfaro, después de varios días de negociaciones.

 ``Hemos decidido firmar un documento sobre aspectos que realmente
 son creíbles, aspectos que realmente se van a cumplir'', dijo Alfaro a la
 prensa.

 El gobierno en el documento se compromete a entregar a los indígenas
 chortís a más tardar en 15 días 1,757 hectáreas de tierra en los
 departamentos de Copán y Ocotepeque y titular tierras de otras etnias
 en otras regiones del país.

 Las etnias y el gobierno acordaron crear una comisión de análisis y
 seguimiento que se encargará de discutir y resolver sobre otros reclamos
 indígenas sobre tierras, escuelas, hospitales, maestros, médicos y
 seguridad en las comunidades indígenas.

 También crearán un fondo especial de desarrollo para atender las
 reclamaciones de las etnias cuando no se disponga de recursos en los
 presupuestos regulares de los ministerios.

 El fondo se creará con aportaciones de organismos y naciones
 interesadas en respaldar programas de atención a las etnias, dijo Alfaro.

 El dirigente de la etnia lenca, Salvador Zúniga, dijo que ``éste es un
 compromiso parcial del cual estaremos atentos a su cumplimiento en
 nuestras comunidades''.

 Los indígenas hondureños suman unos 350,000 y en su mayoría viven en
 condiciones de pobreza y despojo de sus tierras y culturas ancestrales.

 La iglesia Católica, que respaldó el movimiento, dijo el martes que en
 Honduras ``los indígenas son tratados como forasteros en la tierra que
 les perteneció por milenios y se les considera como ciudadanos de
 segunda clase en la nación que forjaron sus antepasados''.

 ``Actualmente es la población que más sufre de desnutrición y
 enfermedades, la mortalidad es elevada, sus condiciones de vivienda son
 precarias y entre ellos se encuentran los más altos grados de
 analfabetismo'', indicó la declaración de la Iglesia Católica.
 

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