Diario las Americas
23 de Octubre, 1998
 

              Acusan al EPR de casi 30 homicidios en 1998

              ACAPULCO -- El Procurador de Justicia del estado de Guerrero, sur de
              México, Servando Alanís Santos, culpó al grupo armado Ejército Popular
              Revolucionario (EPR) de casi una treintena de homicidios perpetrados en lo que
              va de 1998 en la comunidad de Tepetixtla, municipio de Coyuca de Benítez.

              El fiscal estatal indicó que la oleada de asesinatos "es una respuesta canalla y
              vengativa de ese grupo (EPR) que todavía está arriba (en la sierra)".

              Alanís Santos dijo que como fiscal ha investigado y esclarecido secuestros,
              homicidios, violaciones y casos de cohecho en los que están involucrados
              integrantes del grupo rebelde.

              En la comunidad de Tepetixtla se han cometido unos 26 asesinatos en lo que va
              del año y las principales víctimas mortales son integrantes del Partido
              Revolucionario Institucional (PRI), en el gobierno.

              Los asesinatos de Tepetixtla son "una venganza contra quienes les han declarado
              la guerra (al EPR), como el Ejército y el gobierno, no contra gente que está
              desarmada o que realizan labores de tipo social", explicó Servando Alanís.

              El alto funcionario del estado de Guerrero, una de las regiones de mayor atraso
              social y existencia de grupos indígenas en México, afirmó que la guerrilla ha
              respondido de esta manera porque las estrategias policiales la han diezmado.

              El EPR irrumpió el 28 de junio de 1996 en el municipio de Coyuca de Benítez
              cuando campesinos recordaban a 17 víctimas de su comunidad masacrados por
              agentes policiales al ir a un mítin en apoyo al opositor izquierdista Partido de la
              Revolución Democrática.

              El EPR sufrió una división el 7 de junio pasado cuando se hizo pública la
              existencia del Ejército Revolucionario del Pueblo Insurgente (ERPI).

              Ambos grupos armados han chocado con patrullas del Ejército mexicano, agentes
              policiales federales y municipales.

              Las dos guerrillas no han manifestado su interés por negociar la paz con los
              gobiernos federal y estatal, a quienes responsabilizan de la miseria en que viven
              los campesinos e indígenas de Guerrero.