El Nuevo Herald
4 de octubre de 1999
 
 
Usan frases de la Guerra Fría contra la Escuela de las Américas

R. FABRICIO /  El Nuevo Herald
FORT BENNING, Georgia

Si bien los enemigos de la Escuela de las Américas la acusan de ser una
``reliquia de la Guerra Fría'', pareciera que los ideales, las metas y hasta
la misma estratégia de esos enemigos durante los últimos 10 años son
también reliquia de la misma guerra.

Los líderes del movimiento utilizan temas como ``imperialismo'', la ``Teología
de la Liberación'', y ``la lucha de los pobres contra los ricos'', como temas
centales de su ideología.
 
``El corazón y la semilla de esta esta lucha es un movimiento por mejorar
la condición humana de los que sufren en Latinoamérica,'' explica el sacerdote
católico de la Ordern Maryknoll, Roy Bourgeois, fundador de School of the
Americas Watch (SOA Watch), los enemigos de la Escuela.

Negando que su movimiento sea idelógico, el reverendo Bourgeois parece
contradecirse cuando explica que, ``esto lo que tiene que ver es con la política
exterior de los Estados Unidos en Latinoamérica, y como apoya a los hombres
en uniforme, que mantienen en poder a los opresores de los pobres.''
 
La co-directora de SOA Watch y directora de su oficina de Washinton,
Caron Richardson, identifica el corazón del movimiento como ``anti-imperialista.''

``El gran tema de esta lucha es el imperialismo,'' dice Richardson. ``Y lo que
pasa es que SOA Watch nos da una ventana desde donde llevar a cabo una
lucha mucho más amplia, ya que el tema de la Escuela es un tema ganable,
aquí podemos ganar algo tangente y seguir en nuestra lucha contra el
imperialismo.''

Y ella explica que, ``el movimiento tiene muchos adeptos de varias ideologías,
pero muchos de nuestros principales seguidores vienen del movimiento de la
Teología de la Liberación.''

Ese movimiento católico, que nació en los años 60 en Latinoamérica, sugió del
compromiso de una nueva generación de religiosos de acercarse a los pobres,
pero que en muchos casos se radicalizaron políticamente. Las principales
figuras de este movimiento han sido Frei Betto, Ernesto Cardenal, Camilo Torres
y su principal ideólogo, Leonardo Boff. El Papa Juan Pablo II ha condenado el
moviemiento severamente, acusandolo de convertirse en una
pseudo-insurgencia.

Por eso, quizás, el reverendo está en desacuerdo con Richardson, diciendo que,
``esto no es Teología de la Liberación''. Pero ella, que dirije todo el esfuerzo de
SOA Watch en su exitosa lucha congresional, explica, ``el Ejercito de los
Estados Unidos ayuda a derrotar a la Teología de la Liberación en
Latinoamérica, sin fijarse en el dolor y el precio que pagan los pobres, y esto es
parte integral de esa lucha.''

``Verdaderamente cuando los militares salvadoreños mataron a las tres
religiosas y al arzobispo Romero, me revolvieron la conciencia de una manera
que yo sabía que nunca descansaría hasta que se cerrara la institución que
entrenó a sus asesinos,'' dice Bourgeois.

Para él la conexión más significante de la Escuela con las atrocidades fue el
que 19 de los 26 militares conectados con el asesinato de los jesuitas fueran
graduados de la Escuela. De los tres militares nombrados como encubridores de
los hechos en el caso de las tres monjas ultrajadas y asesinadas, dos eran
graduados de la Escuela.

Bourgeois, sacerdote Maryknoll, una orden católica que se ha caracterizado por
sus programas de evangelización en las regiones más pobres de Latinoamérica
y Africa, y su defensa de los pobres y de los desamparados, se lanzó al ataque
bien entrenado para su misión.

Veterano de la Marina de los Estados Unidos, donde se había especialado en
inteligencia durante la Guerra de Vietnam, Bourgeois llegó a rechazar esa guerra
y estudió para Maryknoll. Sus primeros años de sacerdocio los pasó en Bolivia,
donde llegó a ser un organizador de masas y a ser expulsado por el gobierno
boliviano por ser ``persona non-grata''.

Convencido de que los peores males de Latinoamérica están creados por las
clases poderosas y adineradas que oprimen a la inmensa mayoría de pobres
utilizando el poder de las fuerzas armadas, Bourgeois vió en el asesinato de
Romero no solo un crímen, sino también una oportunidad.

``Ya se puede luchar contra la opresión en Latinoamérica sin el espectro del
comunismo internacional, ya no hay Guerra Fría,'' dice Bourgeois.

Desde la primera demostración contra la Escuela de Las Américas en noviembre
16 de 1990, el primer aniversario de la muerte de los jesuitas, donde participaron
10 personas, hasta la última, en noviembre pasado, donde más de 7,000
manifestante tomaron las carreteras y vías rápidas de acceso a Fort Benning, el
movimiento ha crecido dramáticamente.

Este próximo 16 de noviembre, tanto SOA Watch como las autoridades
policiales de Columbus, la ciudad aledaña a Fort Benning y en donde se llevan a
cabo las manifestaciones, esperan a más de 10,000 manifestantes de todas
partes de los Estados Unidos

Richardson explica la fórmula del éxito de SOA Watch: ``El hecho del asesinato
del arzobispo, después de los jesuitas y de las monjas fueron tan conmovedores
para los religiosos en los Estados Unidos que no fue difícil reclutarlos para
luchar contra esta institución que adietra a los soldados que asesinan a los
religiosos.''

Organizaciones de religiosos han adoptado la lucha contra la Escuela como su
propia lucha.

La Conferencia del Liderazgo de Mujeres Religiosas, que representa a más de
58,000 monjas en los Estados Unidos le ha dado su apoyo, así como la
Conferencia de Obispos Católicos de los Estados Unidos, y la Iglesia
Presbysteriana, y órdenes religiosas como los Franciscanos, los Jesuitas y los
Dominicos han dado su apoyo plenamente.

``Toda esta gente reza mucho y escriben muchas cartas y mándan muchos
mensajes electrónicos,'' explica Bourgeois. ``Han inundado al Congreso con su
correspondencia.''

Y además, muchos de ellos son profesores universitarios, lo que ha hecho que
el tema se haya convertido ya en una causa célebre en muchas de las más
importantes universidades del país, como Georgetown, una univerisda jesuita,
Harvard, Yale, y otras, centros de debate intelectual que influyen
significantemente en el Congreso y en los medios de comunicación.

En los últimos meses organizaciones de masa tan importantes como la NAACP
(la Asociación Nacional por el Adelanto de la Gente de Color) se han unido a
SOA Watch, así como la gigantesca unión sindical AFL-CIO, han apoyado a
SOA Watch.

En Internet, el tema de Escuela de las Américas abarca cientos de sitios, más
del 95 por ciento en oposición.

Un episodio reciente del popular programa de televisión ``The X-Files'' muy
posiblemente define el fenómeno detrás del arraigo que ha tomado en Estados
Unidos el movimiento de masas en contra de la Escuela.

En el episodio el personaje que hace el papel del agente del FBI Fox Mulder
está tras la pista de un oficial de un ejercito latinoamericano que supuestamente
está ocultando rastros de cadáveres de seres extraterrestres cerca de Fort
Benning. Y como parte del dossier supuestamente siniestro del oficial, Mulder lo
identifica como, ``un graduado de la Escuela de las Américas.''

La noche que la cadena televisiva Fox transmitió su episodio mencionando la
Escuela, dos de los principales contrincantes en la batalla sobre la Escuela
estaban mirando el programa de ``The X-Files'' simultaneamente en sus casas.

El Coronel Glenn Weidner, comandante y director de la Escuela, estaba en su
casa de Fort Benning. Y Richardson, directora de la oficina de Washington de
School of the Americas Watch (Vigilancia de la Escuela de las Américas),
estaba en su apartamento de la capital.

Ambos brincaron de sorpresa. Weidner con ira. Richardson con profunda alegría.

``La leyenda negra de la Escuela de las Américas ha llegado a tal punto que ha
entrado ya en la cultura popular (de los E.U.) cuando nuestro nómbre se ha
incluido en un par se episodios de `The X-Files','' dice el Coronel Weidner.

Tanto Weidner como el propio Secretario del Ejercito, Caldera, admiten que el
haber penetrado el ámbito de la cultura popular del país es la razón fundamental
por la cual es muy posible que ya el Ejercito haya perdido la guerra
propagandistica y consiguientemente política para mantener a la Escuela abierta
tal y como está.

Caldera opina que, ``muy a pesar de que la Escuela hace lo que deber de hacer,
si no hemos logrado comunicarlo efectivamente y la noción popular, que es ya
parte de la cultura popular del país, es de que somos algo tenebroso, entonces
tenemos que hacer algo, mucho más para resolver este problema.''

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