Querido hermano: Por la fecha de esta conocerás que ya me tienes de vuelta en mis antiguos cuarteles y que no -me quedó en Baltimore como creo habértelo anunciado. Mi precipitada vuelta entre otros motivos poderosos ha tenido por causa el deseo de ver carta tuya y la necesidad de recoger los libros de la Augusta, si es que son recogibles, pues el que dejé encargado de ambas cosas no se daba por entendido a pesar (-le mis repetidas cartas. Aunque sacó la primera tuya venida en el Isabel en su viaje del 22 de la Habana, no hizo lo mismo con la que mandaste por el 0hio en su viaje del 3 de allá, de modo que dió lugar á que se publicara en los periodicos i hasta ayer lunes, segundo día de mi llegada á esta ciudad, no pude recibirla ¡leerla. Apenas si me hablas en ella de otra cosa que del novelista (Cirilo Villaverde) i sus cuatro amigos (Narciso López, Juan Manuel Macías, Ambrosio José González y José M. Sánchez Iznaga); te digo con verdad que no te hubiera dicho palabra de el, ni de los negocios en que está comprometido, si tu no lo hubieras provocado. Sin duda que desde que está aqui Ira tenido mucho que sufrir i que padecer, pero nada de cuanto le ha pasado creo que le ha dolido tanto, como las palabras de tu carta. El golpe le viene de ti, que eres su hermano, i si bien conoce que tu intencion es buena, i que si le hieres es porque estas mal informado, como quiera que el que te informó lo tiene en lugar de hermano i siempre admiró en el su grande amor a la justicia i la elevada independencia de su caracter, no puedo menos de sentir doblemente su mal informe i el craso error en que te ha hecho caer. Comprendo que cuanto dices acerca de desavenencias, de personas no calificadas para tal i cual cosa, i de representaciones ,ofiadas: en tal o cual parte precede de Tirte i Tirte (Teurbe Tolón) no puede haberlo oido en otra casa que en la del León (León Fragua del Calvo, pseudonimo de Cristóbal Madan) ?Doi en el clavo?


Imposible es, Juan, que yo entre ahora en la larga, cansada, triste y ruin historia de todo lo ocurrido por estas apartadas tierras; bastará, para tu tranquilidad y descargo del novelista (C. Villaverde), que el si dió su nombre fue con el único y santo obgeto de ver si evitaba una ingratitud atroz, una gran injusticia, un grave mal. Bastará que sepas que los contrarios del novelista han representado aqui un papel infernal, que han intrigado corno lo pudiera hacer en Cuba un famoso picapleitos para reproducir la fábuia del perro del hortelano, que con esto han dado origen a grandes malos i reprobados pasos, que han eseitado las pasiones mas odiosas de cuantas puede abrigar el corazon humano i que, en fin, han puesto en juego cuantos medios han estado a su alcance para crear estorbos, arrebatar recursos y desbaratar proyectos noblemente concebidos i de realizacion casi segura, i arruinar el edificio ya levantado. Bastará, en una pa- labra, que sepas que para sostener una idea santa i guarecer a un hombre noble y grande de los ruines tiros de rastreros perseguidores, no se necesita talento ni calabazas, sino corazon, corazon en que arda pura i brillante la llama de la gratitud, de la justicia i del patriotsimo

i que el novelista no prestó su nombre para otra cosa; ¡lo oyes?, no lo prestó para otra cosa. ?Conoces ahora el craso error en que estas respecto de el i del grande hombre que no es nadie en estrangero (Narciso López) según te espresas?


Si yo pudiera hacerte una pintura completa de lo pasado, mejor dicho, si pudiera mandarte la que tengo escrita, esto¡ seguro que te arrepentías de los malos juicios que has formado del novelista i sus compañeros, i acabarias por odiar lo que el odia i aplaudir lo que el ha hecho. Pero sabe para tu consuelo que nada sucederá de lo que temes, que la verdad i la justicia al cabo han (lo triunfar, que es mui probable el ])¡en brote del mismo mal, i que tu, ni los que contigo piensan, estan en capacidad de prever los resultados buenos ó malos de estas turbulencias. Asi que, con respecto al novelista, lo mejor que puedes hacer es callar, callar como un justo por duras que sean las observaciones i censuras que de el te hagan, i sobre todo, no condenarlo por razonables y justas que hoy te parezcan las acusaciones de las personas que lo conocian El novelista ha aprendido a sufrir en una terrible escuela, cuando (lió su nombre tuvo mui presente que debia ser despedazado entre los agudos dientes de la critica, de la censura i del odio, i el corazon, profético, le anuncia que la posteridad le absolvera, al paso que hoi nada halla en su conciencia que le averguence, le duela, 6 lo turbe. Pero no puedo resistir al' deseo de ver si te entero (le la verdad del caso por medio de un símil: Supon tu que un famoso arquitecto (Narciso López), se propone levantar un palacio (la independencia de Cuba), que reune los materiales, que echa los cimientos, i que cuando llega la horo (le alzar las paredes sobreviene un temporal i destruyo lodo lo hecho. (el fracaso de la conspiración de la Mina de la Rosa Cubana). Supon, que el arquitecto no se desanima por eso, sino que se pone á reunir nuevos materiales, pero no ya solo, sino en compania de los Comerciantes Habaneros (Club de La Habana), ]es cuales le prometen dinero, le mandan alguno, i le prometen -mas. El arquitecto se pone á la obra, los comerciantes no le cumplen la promesa, y dan lugar a, que sobrevenga otro temporal (el fracaso de la expedicion de la isla Redonda), i que se destruyan por segunda vez los cimientos del edificio. Escarmentado el arquitecto, i no fiando ya en los Comerciantes Habaneros, se presenta a los Comerciantes Americanos (banqueros norteamericanos) que le prometen cuanto dinero necesite para rematar su obra sin tanto peligro, con mas prontitud i belleza, pero estando á punto de celebrar el contrato se presenta Cristo (Cristóbal Madan) de parte de los Comerciantes Habaneros y dice que el tiene derecho de hacer el palacio i que el arquitecto es un loco, cabeza de chorlito, incapaz de levantar palacio. Los Chomerciantes Americanos, (banqueros norteamericanos) con estos indignos informes se retraen, mas el arquitecto no se descorazona por eso ... va a verse con otro comerciante (otro banquero), que le promete el dinero a pesar de pesares. Cristo, viendo palpablemente que haí quien preste dinero al arquitecto, i que este puede hacer el palacio en dos meses sin el ni los Comerciantes Habaneros, intriga con los amigos i conocidos del arquitecto, se erige en autoridad i decreta imperiosamente que el palacio

lacio no se debe levantar hasta tal tiempo i que es preciso que el arquitecto espero i que tenga permiso de Cristo... i de su gente para que se comience la obra. En cuyo aprieto el arquitecto convoca a sus amigos, i les dice: que tiene dinero para levantar el palacio; que Cristo... le quiere impedir trabajar; que es necesario levantarlo cuanto antes, so pena de que mas adelante no se pueda; que no se debe fiar de los Comerciantes Habaneros, i que los que crean que el puede levantarlo i que es preciso empezar a trabajar tan pronto como haya materiales, que le sigan i que publicamente se comprometan á sostenerlo i ayudarlo. ?Qué hubieras hecho tú? ?Hubieras seguido i apoyado al ambicioso 0~... cuyo fin no era levantar el palacio sino impedir que el arquitecto lo levantara? ¿Hubieras abandonado, como lo hicieron muchos, al bravo, generoso i magnánimo arquitecto? No, Juan; quiero creer que no. El novelista no lo abandonó. ?Crees todavia que se necesita talento para pagar esa deuda de gratitud, de justicia i de respeto hacia el noble arquitecto? Ahora bien, Juan, por poco que reflexiones hallaras que el arquitecto no ha dicho otra cosa sino que levantará el palacio sin Cristo. . ., i que el novelista í sus tres amigos á ninguna otra se han comprometido mas que a acompanar al arquitecto i á ayudarlo en lo que cada cual sepa i pueda. Pero de ningun modo creen haber dado á entender -¡quiera que se proponían representar judicial ni - estrajudicialmente i mucho menos gobernar á los trabajadores (constituir gobierno provisional de Cuba) ó a los que veian trabajar, ni aqui ni en Guinea. &Entiendes ahora parte del error en que estás metido?