Entrevista con Alina Fernandez

Por Javier Espinoza/Carlos Dada
Diario la Prensa Gráfica
El Salvador
Distribuye:
NotiCubaInternacional
La Nueva Cuba
Febrero 25, 2004

Llegó ayer por primera vez a El Salvador, justo en medio de la
campaña política, y sin rodeos admite que es justamente por eso que
está aquí.

Alina Fernández, la "hija rebelde" de Fidel Castro, se ha instalado
en la suite presidencial de un hotel en el que no está registrada
"por seguridad", y custodiada por siete guardaespaldas sólo en el
pasillo hacia las habitaciones.

Se niega a decir quién la ha invitado a venir al país, pero advierte
que no viene a pedir el voto para ARENA, sino a "advertir de los
peligros" de que gane el FMLN.

- Parece un gran misterio su visita.

AF - Todos los medios son válidos, amigo mío. O casi todos. A veces
la verdad hay que ponérsela a la gente de frente para que por lo
menos la tome en consideración. Desde luego, no estoy invitada por
Schafik. Je, je.

- Viene en el marco de la campaña...

AF - Sí, obviamente. Es importante venir en estas circunstancias. Hay
una remontada brutal del castrismo en Latinoamérica y todos los que
conocemos el castrismo estamos en el deber de divulgarlo.

- ¿Le da miedo que gane el FMLN?

AF - Mhm. A mí no me da miedo. A quien le tiene que dar miedo es a
ustedes.

- ¿Por qué?

AF - Porque puede venirles exactamente lo que le vino al pueblo
cubano en el año 1959 porque es un retroceso en la historia, porque
ustedes van a hacer un contrato con el gobierno, mediante el cual van
a perder todos sus derechos.

- Desde 1959 han pasado ya 45 años. El mundo es distinto...

AF - Está pasando exactamente lo mismo en Venezuela, que lo tienen
ahí al doblar de la esquina, porque el comunismo se ha reciclado,
ahora son señores que vienen de saco y corbata, que saben apoderarse
de los mecanismos de la democracia para llegar al poder.

- ¿Qué sabe de Schafik Hándal?

AF - Sé lo que está prometiendo, sé que tiene lazos con Cuba
imperecederos e incondicionales desde hace muchos años y está
repitiendo exactamente el mismo patrón que implantó Chávez, la
dimensión de Fidel Castro no es universal, pero sí es continental.

- Hay quien cree que Fidel está acabado. Por lo visto usted no.

AF - Por supuesto. Por supuesto. Los jóvenes cuando oyen la
palabra "cambio" se esperanzan porque no puedo venir a decir aquí que
estamos en el mejor de los mundos. La corrupción en Latinoamérica en
vez de disminuir ha crecido. No se puede decir que sea esto una
gloria. Lo que yo sí puedo venir a decir es lo que puede pasar si
ustedes hacen un retroceso en la historia.

- ¿Cuál es su relación con ARENA?

AF - No lo conozco. Como no conozco a Schafik. Desgraciadamente en la
vida política está muy polarizada la disputa por la presidencia. No
estamos en la época de Napoleón Duarte. No hay términos medios.
Cuando tú tienes que elegir o la una o la otra, el ser humano debe
elegir la menos oprobiosa y yo digo que de elegir un castro-comunismo
las consecuencias pueden ser tremendas.

- En agosto, hablando de Europa y Cuba, usted me dijo
literalmente: "Me molesta como te molestaría a ti que me apareciera
en tu país y empezara a decir lo que está bien y lo que está mal". Y
está aquí y ahora.

AF - "Ups". No debí haber hablado de más.

- ¿No entra esta visita en ese mismo tipo de "injerencia" que usted
denunciaba?

AF - Bueno, pues estoy imitando a mi padre. De tal palo, tal astilla.
Yo no he matado a nadie, ni he fomentado ninguna guerrilla. La única
recomendación que me permitiría hacer es que se informaran.

- Pero nos ha pedido, literalmente, que escojamos al menos peor en un
país polarizado...

AF - El malo conocido ustedes lo conocen. Lo que no conocen es lo
bueno prometido. Yo sé que les están proponiendo salud y medicina
gratis y tierras a los campesinos, etc. etc. etc.

- ¿De verdad cree que el FMLN piensa instaurar una dictadura?

AF - Pero si desde ahora les están diciendo mentiras. Les ofrecen
salud pública y medicina gratis, cosa que es irrealizable dadas las
condiciones económicas de este país.

- Eso parece costumbre en campañas.

AF - Si eso no te lo niego. Pero fallidamente acabarán votando por el
cambio y verán lo que el cambio les trae. Es que desgraciadamente
señores observen lo que está pasando en Venezuela. El plan magistral
de Fidel Castro aplicado a Latinoamérica.

- ¿Así de mal lo ve?

AF - Una persona que quiere imitar el esquema cubano que es lo que
está sucediendo aquí, o no está en sus cabales o tiene malas
intenciones porque es un esquema totalmente fallido.

- ¿Por qué entonces cree que hay tanta gente dispuesta a votar por
él?

AF - Porque cuando sobre todo los jóvenes oyen la palabra "cambio",
es un detonante y es verdad que todo el mundo quiere cambio.

- Pero usted sostiene que el cambio no es viable, ¿cuál es la opción?

AF - Presionar a tu gobierno para que cumpla con sus promesas,
convocar a una huelga hasta que te otorguen tus derechos. Tienes la
opción por lo menos de manifestarte, de presionar, de votar. Con el
castrocomunismo no vas a tener ninguna de esas opciones.

La sangre distante

La hija de Fidel Castro y de Nati Revueltas vive en Miami y supo
quién era su padre a los 10 años.

Alina nació en 1956 en La Habana. Se crió junto a su madre. Lleva el
apellido de su padrastro, Orlando Fernández.

En sus primeros años, recuerda a Fidel como "el amigo de su mamá".
Después, tiene constancia de un padre que estaba en todas partes
menos con ella, y del que le quedaron unos pocos consejos. "No seas
buena con ningún hombre", le dijo una vez.

Tras pasar la adolescencia con su madre en Francia, regresó a la isla
a vivir con su abuela. Se ha casado cuatro veces, y recuerda que a su
segunda boda acudió Fidel. Al retirarse, su padre le dijo al
oído: "No me avise cuando te divorcies". No le avisó.