El Heraldo (Barranquilla)
25 de septiembre de 2010

“Cuatro de mis hermanos siguieron los pasos de mi tío, y los mataron”


 
 
Lucero Suárez dice que vive feliz en la vereda Simón Bolívar, a 5 minutos del 
pueblo donde nació su tío el ‘Mono Jojoy’. Foto Johnny E. Hoyos Soto

Por Tomás Bettín

Cabrera, Cundinamarca.

Lucero Suárez, una de las sobrinas del Mono Jojoy creció en un ambiente donde la guerrilla se paseaba las 24 horas por este municipio de Cundinamarca donde nació el jefe insurgente y en la vereda Simón Bolívar, en donde la mujer vive desde hace varios años.

En este pueblo, situado a cinco minutos de la cabecera municipal, la mujer de 35 años de edad, vive con sus cuatro hijas y se gana la vida desde su casa.

Por eso, lo primero que se observa al llegar a su vivienda blanca y humilde es un letrero en el que se lee una atractiva oferta para usuarios de celular: “Minuto a $200.

Señala que ella y sus hermanos se criaron en un ambiente en el que prácticamente veían a los hombres camuflados todos los días. “De pronto uno creía que eso era normal. En ese tiempo, la guerrilla era para nosotros una alegría muy grande, era una ilusión”.

Recuerda que cuando tenía 12 años cuando conoció a su tío en la finca de El Duda, Meta, donde vivían.

Lo vio vestido de camuflado, pero para la niña que no sabía de guerra ni de guerrilla, era solo su tío, quien murió el jueves durante la ‘Operación Sodoma’. “Ha debido buscar a Dios”, dice al referirse a su tío, mientras mira un afiche con imágenes cristianas que tiene colgado en la estrecha sala en la que brincan a la altura de su cintura María, Luisa, María Alejandra y Lina.

De pronto, dice que no tiene queja de Cabrera porque nadie la molesta ni la rechaza por ser familiar de guerrilleros.

“Aquí vivo feliz”, asegura, al reconocer que apoyaría un diálogo sincero donde no hubieran segundas intenciones, como lo afirma.

“Para mí escuchar noticias de muertes de policías o soldados es igual de triste a escuchar de la muerte de mi tío”, manifiesta, tímida, pero convencida de que ese es el camino, la verdad y la vida.

Dice que la historia de los Suárez ha estado marcada por la violencia guerrillera.

Cuatro de sus hermanos siguieron el camino de tu tío y los mataron.

Y hace nueve años, Amparo, su hermana menor, desapareció en manos de los grupos paramilitares .

“Gracias a Dios he superado el trauma. Hoy en día uno se da cuenta que hay caminos que parecen derechos pero a la final resultan torcidos, y Dios le da a uno lo que uno se merece”, puntualiza.