Revista Cambio
20 al 27 de agosto de 2001

Cómo cayeron

                     CAMBIO revela fotografías y grabaciones del seguimiento que el Ejército hizo
                     a los tres miembros del IRA que estuvieron en el Caguán, y cuenta a qué vinieron.
 
                     El coronel del Ejército respiró tranquilo cuando le confirmaron en una llamada
                     por teléfono celular, que Edward Joseph Campbell, John Joseph Kelly y David
                     Bracken habían abordado esa soleada mañana del sábado 11 de agosto el
                     vuelo 9665 de Satena que cubría la ruta San Vicente del Caguán-Neiva-Bogotá.
                     Desde su oficina en el Centro de Inteligencia Militar Estratégica (Cime), el
                     oficial alertó a los 200 agentes encubiertos que durante cinco semanas les
                     habían seguido los pasos a los tres extranjeros, ya plenamente identificados
                     como integrantes del Ejército Republicano Irlandés, IRA.

                     Sigilosamente, los agentes del servicio de inteligencia militar ocuparon puntos
                     estratégicos en los aeropuertos de Neiva y Bogotá a la espera de los tres
                     sospechosos extranjeros. De repente, los teléfonos celulares de los cinco oficiales
                     que estaban al frente de la operación perdieron la señal y quedaron bloqueados.
                     Pocos minutos después se enteraron de que problemas técnicos habían
                     interrumpido las comunicaciones, las cuales sólo se restablecerían al terminar
                     la tarde. Los agentes de inteligencia quedaron incomunicados durante más de
                     una hora, lo que aumentó el nerviosismo hasta el punto de que el coronel no
                     descartó la posibilidad de que se tratara de un sabotaje para permitir que los
                     tres irlandeses se les escabulleran durante la escala en Neiva.

                     La zozobra terminó hacia las 12:30 cuando el avión de Satena aterrizó en el
                     muelle nacional del aeropuerto Eldorado, y Campbell, Kelly y Bracken
                     descendieron por la escalerilla. Los tres se dirigieron de inmediato a la oficina
                     de la línea aérea Air France, donde le explicaron al despachador que aunque tenían
                     reservas en primera clase para el 29 de septiembre, habían decidido adelantar
                     el viaje. Entonces manifestaron su interés en abordar el vuelo 423 que salía
                     rumbo a París a las 5:40 de esa misma tarde.

                     El coronel al mando de la operación, que se encontraba en la terminal aérea,
                     observó cuando los tres hombres entregaron tiquetes y pasaportes, y de
                     inmediato dio la orden de capturarlos. Era la 1:00 p. m. Una docena de hombres
                     vestidos de civil y fuertemente armados se acercaron al despacho de Air
                     France y les notificaron que quedaban detenidos.

                      Por más de una hora los agentes de inteligencia estuvieron incomunicados y
                      temieron que los irlandeses hubieran escapado en Neiva.

                     Un convoy militar trasladó a los tres extranjeros hasta la sede del batallón de
                     Policía Militar n.° 13 en Puente Aranda, desde donde el coronel llamó por
                     teléfono al comando de la IV brigada en Medellín, donde se encontraba el
                     comandante del Ejército, general Jorge Enrique Mora. “Listo, mi general. Ya
                     los tenemos”, le dijo.

                     Minutos después, se dio una voz de alarma: uno de los irlandeses, Kelly,
                     mostraba síntomas de asfixia, lo que obligó a su traslado al hospital de
                     Kennedy. Allí permaneció en observación toda la noche y se estableció que,
                     contrario a lo que argumentaba el paciente, no había señales de infarto. Todo
                     estaba de nuevo bajo control y Kelly fue llevado de regreso a donde estaban
                     detenidos sus otros dos compañeros.

                     Control a extranjeros

                     Con la detención de Campbell, Kelly y Bracken culminó un largo proceso de
                     seguimiento e investigación que comenzó en mayo de este año, cuando los
                     militares recibieron información proveniente de la zona de despeje según la
                     cual las Farc estaban organizando en La Macarena un curso para los
                     comandantes de frente sobre manejo de explosivos. La información revelaba
                     también que los guerrilleros adelantaban contactos en el exterior para buscar
                     asesoría de grupos extremistas internacionales.

                     Advertidos sobre lo que ocurría, los militares entraron en contacto con el DAS
                     y con la Policía para incrementar las medidas de control sobre el ingreso de
                     extranjeros al país. El último fin de semana de junio, el rastreo dio resultado.
                     Entre el viernes 29 y el sábado 30 arribaron cerca de 200 extranjeros de
                     diferentes ciudades del mundo, que fueron sometidos a discreta vigilancia.
                     Analizados uno por uno los nombres de la lista de los recién llegados, a las
                     pocas horas los sospechosos se redujeron a 80.

                     Entre ellos figuraban dos hombres que llamaron la atención de los agentes
                     porque no viajaban con maletas y sólo traían un pequeño maletín de mano y
                     un morral de rayas café y habano. Se trataba de Kelly y Campbell, que
                     llegaron a la capital el sábado por la tarde en el vuelo de Air France procedente
                     de París. Después de realizar los trámites en los despachos de inmigración,
                     donde les sellaron el pasaporte y obtuvieron un permiso de estadía de 60 días,
                     tomaron un taxi y se desplazaron hasta el hotel Charleston, en la calle 83 con
                     carrera 13, donde se registraron en habitaciones sencillas.

                     El rastro de los irlandeses reapareció cuando el Mono Jojoy se refirió a
                     ellos en un diálogo radial con otro guerrillero.

                     Kelly se registró como estudiante y Campbell como trabajador independiente.
                     El comportamiento de los dos extranjeros aumentó las sospechas de los
                     hombres de inteligencia que los estaban siguiendo, porque en los dos días en
                     que permanecieron en el hotel sólo salieron una vez para hacer una caminata
                     que no superó los cinco minutos.

                     Muy temprano, el martes 3 de julio los dos irlandeses abandonaron el hotel,
                     tomaron un taxi y se desplazaron hacia el aeropuerto Eldorado, donde se
                     encontraron con un tercer hombre a quien saludaron en forma efusiva. Los tres
                     se dirigieron al despacho de Satena, empresa en la que tenían reservados
                     cupos para viajar a San Vicente del Caguán, y presentaron tiquetes con los
                     números de serie 9821, 4964 y 4986.

                     Los monos

                     Cuando el avión ya había despegado, los militares revisaron el registro de
                     pasajeros y encontraron que junto a Campbell y Kelly figuraba el nombre de
                     David Bracken, también de origen irlandés, y quien no aparecía en la lista inicial
                     de sospechosos que tenían los investigadores. Bastaron pocos minutos para
                     establecer que Bracken había llegado a Colombia el domingo primero de julio
                     en un vuelo de Avianca procedente de Caracas, y que se había hospedado en
                     un hotel de la zona rosa de Bogotá.

                     Cuando los irlandeses llegaron a San Vicente del Caguán sus pasos fueron
                     seguidos de cerca por los investigadores militares. Aunque la población está
                     bajo control de las Farc, los agentes obtuvieron valiosos datos gracias a un
                     informante radicado allí. Campbell, Kelly y Bracken se hospedaron en una
                     residencia, donde cada uno pagó $20.000 por habitación. A las 6:00 a. m. del
                     miércoles, dos guerrilleros de las Farc los recogieron en un campero azul
                     oscuro para internarlos en la zona de distensión.

                     En ese momento los investigadores perdieron el rastro de los irlandeses, pero
                     no les cabía duda de que iban a encontrarse con guerrilleros de las Farc para
                     algo grande. Cerca de 20 agentes del servicio de inteligencia esperaban el
                     momento en que los sospechosos salieran de la zona de despeje. La espera
                     fue larga y en varias ocasiones los investigadores llegaron a pensar que los
                     irlandeses habían salido sin que ellos se dieran cuenta.

                     El miércoles 8 y el jueves 9 de agosto, los agentes hallaron evidencias que les
                     indicaban que los irlandeses aún estaban en la zona con las Farc. Una central
                     de radio instalada en Caquetá, captó en esos días por una frecuencia especial
                     varias comunicaciones en las que Jorge Briceño, el Mono Jojoy, instruía a un
                     guerrillero identificado como Josué, para que aprovechara al máximo las
                     enseñanzas de unas personas a las que identificaba como los monos (ver
                     recuadro).

                     Al día siguiente, el viernes, los informantes les revelaron a los militares desde
                     San Vicente que los irlandeses saldrían el sábado de la zona, pero no
                     especificaron por dónde. Ante la incertidumbre, los agentes de inteligencia
                     activaron redes de informantes que operan en los alrededores de la zona de
                     distensión para que estuvieran alertas. En la mañana del sábado 11, quedaron
                     despejadas las dudas cuando los tres irlandeses fueron dejados en el
                     aeropuerto de San Vicente para tomar el avión de Satena rumbo a Bogotá.
                     Llevaban la misma ropa con la que habían llegado al país cinco semanas
                     atrás, e incluso Campbell y Kelly llevaban el mismo pequeño maletín de mano
                     y el morral de rayas.

                     Falsas identidades

                     En Eldorado los esperaban los agentes militares de inteligencia. Campbell,
                     Kelly y Bracken quedaron atónitos cuando se vieron rodeados por los hombres
                     vestidos de civil que les notificaron su detención. Bracken, quien habla muy
                     buen español, aseguró que eran periodistas independientes que trabajaban
                     para un medio de comunicación de Belfast, capital de Irlanda del Norte.
                     “Vinimos a tomar impresiones sobre lo que piensa la gente que vive en la zona
                     de despeje. Ese es un tema de enorme interés para todo el mundo y en
                     especial para nuestro país”, les dijo a los militares. Sin embargo, guardaron
                     silencio cuando les preguntaron dónde llevaban la cámara, la grabadora y las
                     libretas de apuntes.

                     Cuando los investigadores revisaron los pasaportes de los detenidos,
                     encontraron que la ruta que habían seguido Campbell y Kelly partía de Belfast
                     y seguía a París en donde habían tomado el vuelo de Air France a Bogotá,
                     mientras que Bracken había viajado de Dublín hacia Madrid en donde había
                     abordado un vuelo de Avianca que hace la ruta Madrid-Caracas-Bogotá.

                     Desde el instante en que los irlandeses fueron capturados hasta el lunes en la
                     tarde cuando el Ejército hizo pública la noticia, los servicios de inteligencia
                     realizaron intensas gestiones ante las autoridades irlandesas para establecer
                     la verdadera identidad de los detenidos. En pocas horas supieron que
                     Campbell y Kelly habían usado identidades falsas y que sus verdaderos
                     nombres eran James Monagham y Martin McCauley, respectivamente. Por su
                     parte, Bracken había asumido la identidad de un niño irlandés muerto en 1965
                     en Belfast, pero su verdadero nombre aún se desconoce.

                     Las autoridades de Dublín y de Belfast alertaron a los investigadores colombianos
                     sobre el alto perfil de los detenidos y confirmaron que eran miembros del IRA.
                     Según los registros que llegaron al Ministerio de Defensa, Monagham es un miembro
                     importante del departamento de ingeniería del IRA, la sección encargada del diseño
                     y desarrollo de armas y explosivos. Estuvo preso en 1970 y en 1972 y es considerado
                     un veterano terrorista del IRA. McCauley estuvo en la cárcel 12 años y es considerado,
                     lo mismo que Bracken, experto en la fabricación de morteros.

                     A lo que vinieron

                     Son diversas las teorías que han surgido sobre las actividades que los tres
                     terroristas del IRA cumplieron en la zona de despeje. A juzgar por el contenido
                     de las conversaciones conocidas en forma exclusiva por CAMBIO, todo indica
                     que los irlandeses instruyeron a los comandantes de frente de las Farc en
                     técnicas para el manejo de explosivos. Autoridades británicas revelaron que
                     los terroristas del IRA han desarrollado una técnica para atacar bases militares
                     a partir del mejoramiento de los cilindros de gas. “Ellos se refieren
                     constantemente a la necesidad de crear un mecanismo efectivo para destruir
                     barracas militares y ya hubo un caso concreto en el que usaron cilindros de
                     gas”, dijo a CAMBIO un funcionario de la embajada de Inglaterra en Bogotá.

                     Pero una frase de Jojoy, pescada en las conversaciones que le intervinieron, llamó
                     la atención de los agentes de inteligencia. Se refería al empleo de un material
                     explosivo conocido como Semtex. El jefe militar de las Farc hablaba de una
                     sustancia letal producida hasta hace algún tiempo por la República Checa y de
                     la cual quedan todavía tres toneladas en manos del IRA, porque se las vendió
                     el líder iraki Muammar Gadhafi. “El hecho es que aunque capturamos a los
                     terroristas cuando salían de la zona de despeje, lo que nos preocupa es que lo
                     que sabían se lo transmitieron a las Farc”, dijo un oficial del Ejército.

                     Que miembros del IRA hayan entrado en contacto con las Farc no augura
                     nada bueno y llena aún más de razones a quienes cuestionan la zona de
                     despeje y la voluntad de paz de la guerrilla. El hecho de que reconocidos
                     terroristas expertos en explosivos hayan llegado a la zona para vender armas o
                     instruir en métodos terroristas a los comandantes de las Farc no sólo indica
                     que el grupo de Marulanda sigue utilizando la zona para sacar ventajas de la
                     desmilitarización sino que la balanza dentro del secretariado parece por ahora
                     inclinada del lado de la línea dura militar.

                     Pero aparte de esta consecuencia dentro del marco político colombiano a
                     pocas semanas de que el Gobierno deba decidir si vuelve a prorrogar o no la
                     zona de despeje del Caguán, lo cierto es que este incidente tiene cuando
                     menos dos consecuencias internacionales bastante graves. La primera tiene
                     que ver con el hecho de que la captura de los tres miembros del IRA en
                     Colombia, puso en peligro el proceso de paz de Irlanda del Norte, pues los
                     frágiles acuerdos de paz alcanzados por el Gobierno británico de Tony Blair
                     han venido tambaleando justamente por un debate de interpretación en el tema
                     del desarme (ver siguiente artículo). Varios comentaristas de la prensa de
                     Londres y Belfast dijeron la semana pasada al conocerse las capturas y
                     trascender la acusación de que los tres sujetos estaban en el Caguán
                     entrenando guerrilleros en materia de explosivos y ofreciendo fusiles en venta,
                     que el hecho demostraba poca voluntad del grupo armado irlandés y
                     significaba una violación a la filosofía de los acuerdos del Viernes Santo.

                     La segunda consecuencia internacional tiene un importante efecto de rebote
                     en Colombia. El episodio, que ha tenido gran despliegue de medios en Europa
                     y los Estados Unidos y que se juntó con el reconocimiento del grupo
                     guerrillero de que secuestró a tres ciudadanos alemanes y a un industrial
                     japonés, va a llevar a la comunidad internacional, que cada día se involucra
                     más en el proceso interno, a pensar lo que millones de colombianos creen
                     desde hace rato: que las Farc carecen de una verdadera y sincera voluntad de
                     paz.

                     La prueba reina

                     “Tenemos que aprovechar esta instrucción para todos”

                      OPERADOR:Listo, todo listo, puede empezar, comandante...

                     JOJOY: ¿Todo listo? ¿Me siguen bien, me copian sin ruido?

                     OPERADOR: Sí, sí... Copiamos perfecto.

                     JOJOY: Entonces va esta instrucción bien claritica para Josué.

                     OPERADOR: Sí, sí, copiando.

                     JOJOY: Tiene que ver con el trabajo que hicieron aquí los tres monos, él sabe
                     de quiénes hablo. Los que vinieron de muy lejos. Él los conoció bien...

                     OPERADOR: Sí, sí, copiando...

                     JOJOY: Es que tenemos que multiplicar a varios frentes este conocimiento.
                     Yo he dicho que tenemos que sacudir a las ciudades, a ver si los enemigos de
                     la salida política comprenden que hay que abrir espacios y que no es con más
                     guerrerismo que vamos a resolver esto. Tenemos que sacudirlos y eso es
                     importante que lo tengamos todos muy claritico...

                     OPERADOR: Sí, seguimos sin problema, copiando, copiando...

                     JOJOY: Entonces, lo que Josué tiene que ver es qué hacemos para que este
                     conocimiento, con la gente nuestra que se instruyó, se multiplique y llegue a
                     muchos. Hay mucho para hacer ruidos grandes, para tronar. Es muy
                     interesante lo del Semtex. Eso es algo muy importante y ellos lo tienen y
                     saben cómo usarlo...

                     OPERADOR: Adelante, no tienen que interrumpir que aquí escuchamos muy
                     bien y estamos copiando, copiando...

                     JOJOY: Entonces Josué tiene que ver cómo organiza bien la cosa para que la
                     información llegue a todos. Si hay que traer aquí gente de todas partes para la
                     instrucción lo hacemos, si hay que enviar gente a zonas alejadas, como
                     Urabá, donde todo esto serviría mucho, pues lo hacemos. Pero tenemos que
                     aprovechar esta instrucción para todos...

                     OPERADOR: Adelante, seguimos copiando...

                     JOJOY: Entonces que Josué tenga bien clarito lo que tiene que hacer. El
                     decide y le ponemos todo para cumplir la tarea. Organizar... yo creo que
                     organizar que de cada zona venga alguien acá sería lo mejor. Pero si no,
                     mandamos gente, en especial a los que están lejos, con toda la instrucción.
                     Es una cosa muy técnica, no puede tomarse a la ligera, pero los tres monos
                     dieron aquí la instrucción como era, con mucha profundidad...

                     OPERADOR: Sí...

                     JOJOY: Ahora, tenemos otra tarea para que Josué, que va a estar desde hoy
                     a cargo de todo esto, tenga en la cabeza. Hay que preparar cómo llega el
                     material que nos van a mandar. De eso hablamos con calma otro día. Con
                     Venezuela podemos contar, ahí hay gente que nos puede ayudar y los
                     canales que hay están funcionando y son seguros. Además uno de los
                     monos, no sé si dos, pero en todo caso uno de ellos, Josué sabe cuál, entró
                     por allá, paró un rato allá antes de venir y tiene amigos que también son
                     amigos nuestros, así que Josué puede pensar en que esa es una buena vía
                     para traer el material. Eso hay que estudiarlo bien porque es un material muy
                     delicado...

                     OPERADOR: Sí...

                     JOJOY: Sí... No... No es más. Por ahora no es más. Que Josué entienda que
                     todo esto va a quedar a su cargo, para que no venga aquí sin ideas de qué
                     hacer... Él tiene que venir con soluciones. Que entienda eso bien...

                     OPERADOR: Sí... Copiado...

                     La prueba reina

                     “Entendido, comandante”

                     OPERADOR: Empiece, ya lo copio bien, ya lo copio bien...

                     JOSUÉ: Es para el comandante Jorge Briceño este mensaje.
                     Para decirle que entendí todo bien. Que, como dice él, está
                     todo claritico. ¿Me copia bien?

                     OPERADOR: Todo bien, está perfecto, adelante...

                     JOSUÉ:Yo voy a trabajar en un plan bien completo para
                     multiplicar la instrucción, para que todos los que tengan que aprender esto, lo
                     hagan. Yo estoy de acuerdo en que es muy importante. Lo mejor creo yo es
                     llevar gente a Macarena, donde estuvieron los monos, para que les
                     organicemos un buen entrenamiento en todo esto...

                     OPERADOR: Copiado, siga... No se detenga...

                     JOSUÉ: Entonces, yo me encargo de organizar traslados allá de gente. No
                     puede ser toda al mismo tiempo, pero eso lo vamos viendo...

                     OPERADOR: Sí...

                     JOSUÉ: Lo que sí no entiendo muy bien es cómo moverme con lo de
                     Venezuela y la traída del material. Yo sé que uno de los irlandeses llegó por
                     allá y tiene amigos allá. Pero yo no sé quiénes son ni qué hacer. Eso de
                     pronto es mejor que lo maneje otro con experiencia en eso. La gente de
                     Arauca sabe bien cómo traer todo eso. Yo ayudo, claro, pero yo no soy el que
                     más sabe de eso... Esa traída de material es muy delicada. Eso no lo vamos
                     a organizar de la noche a la mañana..