El Espectador (Bogota)
14 Marzo 2008

¿De turismo con la guerrilla?

Por: Nelson Fredy Padilla | Elespectador.com

Durante los últimos cinco años, 150 extranjeros se han enrolado a las filas subversivas y otros 500 las han visitado en calidad de “invitados”, según los organismos de inteligencia de Colombia. Fenómeno creciente.
El argentino Federico José Bruno alcanzó a tomar 13 de las 24 fotos del rollo en el que registró el combate durante el cual murió, el 4 de septiembre de 1998, en una vereda de Tona, Santander. Tenía 27 años de edad, 1,80 de estatura, cabello rubio, ojos azules y le había asegurado a su familia que iba a grabar un documental sobre el sacerdote español Manuel Pérez, entonces máximo comandante del Eln.Cayó mientras obturaba su cámara y no disparando el fusil de dotación, junto al comandante del frente nororiental, Reinaldo Ardila, y 13 guerrilleros más abatidos por el Ejército. Federico había intentado la carrera militar en su país, sabía mucho de explosivos, pero prefirió estudiar y graduarse en Cine y Televisión para convertirse en “el mejor corresponsal y documentalista de guerra”, según se lee en las cartas decomisadas entonces. Escribió: “Este país es un infierno, pero me siento como en el cielo... estoy trabajando mucho, no sólo en fotografía sino en computación y cartografía. He logrado una relación increíble con los primos”...Había investigado sobre los ex combatientes de la guerra de las Malvinas y conocido a las Madres de la Plaza de Mayo, pero cuando descubrió la página de internet del Eln, decidió que un filme sobre “la última guerrilla de América” le permitiría entrar por la puerta grande al séptimo arte. Viajó a Colombia por su propia cuenta y le prometió a su amigo camarógrafo Ariel del Río que apenas tuviera los contactos lo llamaría para rodar en la selva.Llegó a Bogotá el 28 junio de 1997 en un vuelo procedente de Santiago y luego viajó a Cúcuta, donde esperó siete meses viviendo en un barrio periférico hasta que recibió autorización del Eln. Los reportes consulares de su familia luego de su muerte hablan de “uno de esos locos aventureros que nacen de vez en cuando, pero jamás un guerrillero”.Diez años después, son evidentes las coincidencias de este caso con el de la mexicana de 26 años Lucía Andrea Morett Álvarez, quien sobrevivió al bombardeo del campamento del cabecilla de las Farc Raúl Reyes. Una graduada en filosofía, estudiante de teatro y de la “Cátedra Simón Bolívar” que se vinculó al Movimiento Mexicano de Solidaridad con las Luchas del Pueblo Colombiano y al Núcleo de Apoyo a las Farc-EP, que se creó hace cinco años por iniciativa de estudiantes de la Universidad Autónoma de México (UNAM). Ocurrió luego de que el gobierno de ese país cerrara una oficina de esa guerrilla dirigida por alias Marcos Calarcá.Un académico colombiano, que terminó hace poco un doctorado en esa importante institución, asegura que “allá es normal ver carteles y afiches promocionales de las Farc en la Facultad de Filosofía y Letras, en la de Ciencias Sociales y en el auditorio Che Guevara”. Dice haber visto mítines por la extradición de Simón Trinidad a Estados Unidos y haber hablado con mexicanos cuya tesis de grado fue financiada por las Farc, con tal de que “su plataforma ideológica quede empastada en decenas de libros que se pueden consultar en las bibliotecas de la UNAM”.Precisamente los padres de la mexicana insisten en que su hija hacía una investigación de campo para su tesis de grado sobre “teatro militante”. Esa universidad difundió un comunicado en el que rechaza estar adscrita a tendencia política alguna y destaca que respeta la diversidad ideológica de sus estudiantes. El profesor Enrique Balt dijo que “el cubículo que se les permite para que expresen sus pensamientos dista mucho de ser una oficina de reclutamiento”.Sin embargo, documentos de análisis de los organismos de inteligencia colombianos conocidos por El Espectador explican que “desde que se masificó la internet y la guerrilla activó sus frentes internacionales, el reclutamiento de extranjeros se convirtió en una constante difícil de bloquear”.Las cifrasLa confrontación de informes de las Fuerzas Militares, la Policía y el DAS arroja que “durante los últimos cinco años, por lo menos 150 ciudadanos de otros países se han vinculado a los grupos subversivos y otros 500 han ingresado al país para reunirse con estos grupos ilegales”.Las nacionalidades detectadas a partir de registros de migración, operativos militares en zonas de combate, seguimiento a portales de internet, interceptación de correos electrónicos y testimonios de reinsertados e informantes, van desde venezolanos, cubanos, ecuatorianos, peruanos, paraguayos, bolivianos, argentinos y chilenos, hasta holandeses, daneses, suecos, escandinavos y una ciudadana china.A todos les llegó el discurso revolucionario a través de enlaces internacionales de la guerrilla que, en el caso de las Farc, están en capacidad de convocar seminarios en universidades, conseguir adeptos y hasta financiar viajes a congresos izquierdistas en Cuba, Venezuela o Ecuador, como ocurrió con el grupo de mexicanos que estaba en el escondite de Raúl Reyes destruido el pasado 1 de marzo. Tanto Lucía Morett como los fallecidos Juan González del Castillo, Fernando Franco Delgado, Verónica Velásquez Ramírez y Soren Ulises Avilés Ángeles, participaron en el II Congreso de la Coordinadora Continental Bolivariana en Quito, entre el 24 y el 28 de febrero, y luego viajaron al campamento. Los chilenos Manuel Olate y Valeska López, de la Juventud Comunista, se salvaron porque habían salido horas antes.Las visitas permanentes de extranjeros a las Farc quedaron confirmadas el año pasado, luego de que el Ejército decomisó el computador de Carlos Antonio Losada, en el que reporta cómo desde el año 2000 llegaron muchos con motivo del lanzamiento del Movimiento Bolivariano por una Nueva Colombia en el Caguán. Fue así que se conoció el ya famoso diario de la holandesa Tanja Nijmeijer, de 29 años de edad, guerrillera desde 2002 y quien ahora no sabe cómo escapar. “Ya no quiero más bla, bla, bla sobre ser comunista... pero quién sabe si algún día saldré de esta jungla”.A partir de este caso se estableció que jóvenes de Holanda, Suiza, Dinamarca, España, Irlanda y la antigua Unión Soviética han estado como “visitantes”, mientras organizaciones no gubernamentales ayudan a que militantes destacados de las Farc viajen a Suecia, Dinamarca y Escandinavia.Las más recientes interceptaciones a comunicaciones de las Farc hablan de un argentino que es ideólogo de la columna Teófilo Forero, el grupo élite de ese movimiento, y de El Veneco, ideólogo del décimo frente comandado por alias Grannobles, el hermano del Mono Jojoy. Igualmente se investiga la reciente llegada de ideólogos cubanos a través de la frontera con Venezuela, cerca de donde estarían “funcionando campamentos clandestinos de entrenamiento, tanto de subversivos colombianos como de civiles venezolanos”.Tendencia HistóricaLos archivos del Ejército colombiano muestran que este fenómeno se empezó a registrar en 1997 tras la detención en el sector de Aguablanca, en Cali, del argentino Carlos Mario Gallo Sepúlveda, un licenciado en historia latinoamericana al que se acusó de instruir milicias populares del Eln, pero fue liberado por falta de pruebas. Meses después aparece un informe del Grupo Pantera 5, que operaba en Jamundí, Valle, se enfrentó a miembros de esa guerrilla y dentro del bolsillo del camuflado de un hombre encontraron la cédula de extranjería del argentino Gustavo Abel Cabezas. Tenía 37 años, había llegado en un vuelo desde Santa Cruz de la Sierra y le había dicho al DAS que venía de turismo. Un informante declaró que ese año “entraron varios argentinos, chilenos y peruanos”, estos últimos por un acuerdo con la guerrilla Sendero Luminoso. La familia envió un mensaje en el que explicó que “Gustavo era un idealista, no un terrorista como dice el Ejército”.La guerrilla, en cambio, ubica la creación de sus redes internacionales a mediados de los años 70, cuando a través del M-19 organizó el Batallón América, donde militaron guerrilleros de Centro y Suramérica bajo órdenes de Carlos Pizarro. En las Farc, fue Jacobo Arenas quien a comienzos de los 80 dio la orden de activar un Bloque Revolucionario Latinoamericano y una Escuela Internacional Guerrillera.Ya en los 90 se valieron de la globalización para crear portales de internet con versiones en seis idiomas para captar seguidores con mensajes como “Bolívar está en el cielo de América, calzadas aún las botas de campaña” o “La Colombia de hoy es similar a la Nicaragua de Somoza, a El Salvador de la junta siniestra, al Haití de los Duvalier, al Chile desgraciado de Pinochet, al Paraguay del monarca de los brutos, a la Argentina de los asesinos gobiernos militares. Por eso los llamamos a luchar por estas banderas”. Y debajo aparecen centenares de mensajes de respaldo.Una de las últimas entrevistas de Raúl Reyes fue al canal holandés Nova, que difundió por Europa la siguiente opinión del “canciller de las Farc”: “Me parece completamente normal que no solamente Tanja sino otros europeos y de otras nacionalidades sean solidarios con nuestra lucha”.Por eso no es extraño que un grupo de muchachos daneses, reunidos desde 2006 en la organización Fighters Lovers, vendan camisetas, afiches y música revolucionaria para enviar dinero a las Farc. ¿Cómo evitarlo? Especialistas de las Fuerzas Militares, la Policía, el DAS y la Policía Internacional se han reunido para mejorar los controles fronterizos y de seguimiento a extranjeros. El problema es que Colombia “sigue siendo un destino exótico para muchos soñadores despistados que entran al país sin generar sospecha”. Como en el caso del argentino Federico Bruno, sólo se vuelve a saber de ellos cuando la familia aparece para repatriar el cadáver embalsamado, dentro de un ataúd revestido de plomo, como lo exigen las normas sanitarias internacionales.Otros casos notablesEl piloto chileno Héctor Dante Becerra Salazar asumió los mandos del avión de Avianca que el Eln secuestró cuando cubría la ruta Bucaramanga-Bogotá, con 45 personas a bordo, el 12 de abril de 1999. El brasileño César Caio Dias Borges desertó de un frente amazónico de las Farc y confirmó que allí se protegió al narcotraficante brasileño Fernandinho Beira-Mar, capturado en 2001. Otro desertor, un ecuatoriano alias Graciano, explicó por qué las Farc escogieron la provincia de Sucumbíos como zona de seguridad estratégica, para esconder secuestrados, atender heridos, reclutar nuevos militantes, adquirir armamento y evadir la persecución en Colombia. En 2005 los irlandeses James Monaghan, Niall Connolly y Martin McCauley, militantes del IRA, fueron condenados en ausencia a 17 años de prisión por asesorar a las Farc en la utilización de explosivos. En 2006 se confirmaron los nexos entre las Farc y el grupo separatista ETA luego del viaje de alias Lucas Gualdrón al País Vasco, entre el 13 y el 17 de junio. Hombres de ETA estuvieron en un encuentro bolivariano en Quito, en febrero pasado. El teniente venezolano Francisco Javier León Paolini desertó de las Farc en 1993 y confesó cómo las surtía de armamento con la ayuda de 12 compatriotas.Sin “canciller”Tras la muerte de “Raúl Reyes”, el llamado frente internacional de las Farc quedó acéfalo, pero se supone que será liderado por la ex esposa del “canciller”, Liliana López, alias “Olga Marín”. Desde que Estados Unidos y la Unión Europea incluyeron a la guerrilla en la lista de terroristas internacionales, las representaciones políticas que habían formalizado en los años 90 en una veintena de países —tan lejanos como Australia— pasaron a la sombra para evitar capturas como la de “Simón Trinidad”, en Ecuador, y “Rodrigo Granda”, en Venezuela. Cuba se convirtió en su centro de operaciones diplomáticas y allí reside “Olga Marín”. A través de los correos electrónicos contenidos en el computador de “Reyes” se supo que Venezuela es el otro punto de encuentro permanente entre comandantes con atribuciones internacionales como el propio “Granda”, “Marcos Calarcá”, “Iván Márquez” y “Andrés París”. Es un hecho que su estrategia exterior e incluso la de internet será replanteada, porque cada vez tienen menos margen de acción pública.