El Pais (Colombia)
Domingo 25 de Noviembre de 2001

Las Farc, ¿una guerrilla dividida?

                   Se incrementan tensiones entre el ala militar y el ala política de la organización insurgente

                   Según los organismos de seguridad del Estado, existe un enfrentamiento entre el
                   ‘Mono Jojoy’ y ‘Alfonso Cano’.

                   Redacción de El País

                   Bogotá

                   ¿Qué se está moviendo en las Farc? Esa es la pregunta que se hacen los
                   colombianos en general, el Gobierno y la Comunidad Internacional frente a la
                   tozudez de esa guerrilla para mantener empantanado el proceso de paz. El tema
                   ha sido tratado en las reuniones de los altos mandos militares y en los consejos
                   de Palacio.

                   Y todo parece indicar que la actual crisis de las negociaciones y las
                   amenazas de devolver la Zona de Distensión son la última manifestación
                   de las discrepancias internas de la agrupación subversiva.

                   Las Farc, por supuesto, lo niegan. Pero los organismos de seguridad
                   colombianos están convencidos de que en las últimas semanas se han
                   ahondado las diferencias entre las alas militar y política, y que esos
                   resquemores se han sentido en el curso del proceso de paz.

                   Y no son pocos los observadores que atribuyen las beligerantes
                   declaraciones de 'Manuel Marulanda' a un intento por congraciarse con
                   los sectores más radicales de sus filas, que piensan --en abierta
                   contravía con el país-- que las Farc cedieron demasiado con la firma del
                   'Acuerdo de San Francisco de la Sombra'.

                   El enfrentamiento, por supuesto, no es nuevo. Desde el mismo comienzo
                   de las negociaciones quedaron planteadas dos posiciones en cabeza de
                   'Alfonso Cano', el jefe del Movimiento Bolivariano de las Farc; y del 'Mono
                   Jojoy', el principal cabecilla militar. En el contrapunteo han terciado
                   además comandantes de frentes que actúan por fuera de la Zona de
                   Distensión y que consideran que el mando se está 'aburguesando' en el
                   área desmilitarizada.

                   "Que hay malestar por ese motivo es evidente, porque hay frentes que
                   creen que no es justo que mientras ellos llevan el peso de la guerra, en la
                   Zona de Distensión los miembros del Secretariado y centenares de
                   guerrilleros viven en permanente recreo", señala el representante Antonio
                   Navarro Wolf.

                   En ese marco es el que deben mirarse incidentes como la prolongación
                   del cautiverio de los tres alemanes secuestrados por las Farc en el
                   Cauca, a pesar de las órdenes del Secretariado para liberarlos; o la
                   'pesca milagrosa' perpetrada por un frente en Nariño apenas un día
                   después de que los mandos apostados en San Vicente del Caguán se
                   comprometieran públicamente a terminar con esa práctica.

                   "La excusa pública --señala una fuente del Ejército-- son los problemas
                   con las comunicaciones. Pero lo que hay realmente son actos de
                   insubordinación que, en todo caso, los altos mandos de las Farc nunca
                   van a admitir de dientes para afuera porque hacerlo sería una señal de
                   debilidad".

                   Pero los enfrentamientos existen. Reportes de inteligencia señalan que
                   'Cano' ha responsabilizado directamente a 'Jojoy' por el centenar de bajas
                   que tuvieron las Farc por la operación 'Siete de Agosto', que cortó una
                   avanzada de esa guerrilla desde la Zona de Distensión hacia el oriente del
                   país.

                   Mientras 'Jojoy' y sus lugartenientes le endilgan a la parte política su
                   incapacidad para evitar que los espacios diplomáticos se cierren para las
                   Farc en México y Europa, el grupo de 'Alfonso Cano' y 'Raúl Reyes'
                   señala al ala militar, precisamente, como la responsable del aislamiento
                   por sus acciones en abierta contravía con el Derecho Internacional
                   Humanitario.

                   'Jojoy', de acuerdo con esos reportes, ha ordenado relevos en los
                   mandos de varios frentes considerados como 'estratégicos', sin contar
                   con la autorización previa del Secretariado, lo que ha provocado malestar
                   en el interior del órgano máximo de las Farc.

                   Las cosas se han puesto todavía más tirantes desde el 11 de septiembre,
                   la fecha de los ataques terroristas contra Washington y Nueva York. El
                   sector de 'Jojoy' considera que no tiene sentido seguir con el proceso de
                   paz si sobre sus cabezas se cierne la posibilidad de que sean
                   perseguidos por terceros países como terroristas.

                   Una opción que será todavía más clara cuando el Congreso apruebe la
                   incorporación a la legislación colombiana del Tratado de la Corte Penal
                   Internacional, que ya ha cumplido siete debates parlamentarios.

                   Las amenazas de devolver la zona desmilitarizada de 42.000 kilómetros
                   cuadrados están directamente relacionadas con este punto. Según la
                   fuente militar citada anteriormente, "algunos cabecillas están por entregar
                   la Zona --en la que tienen misiles y baterías antiaéreas-- para evitar que
                   se conviertan en un objetivo fácilmente ubicable, como lo son ahora".

                   El ala de 'Alfonso Cano' plantea que seguir en el proceso constituye a su
                   vez una especie de 'seguro' para evitar intervenciones internacionales.

                   Por lo pronto, inteligencia del DAS señala que las Farc han ordenado a
                   sus frentes "bajar el protagonismo" para evitar que la Comunidad
                   Internacional se fije demasiado en sus métodos. "Están buscando a toda
                   costa recuperar el espacio que han perdido en Europa y la estrategia
                   apunta ahora a actuar más en zonas de influencia del ELN e incluso a
                   realizar acciones suplantando a otros actores armados, para evadir
                   responsabilidades", señala una fuente policial.

                   En medio de la discusión interna, las Farc deben decidir ahora cuál va a
                   ser su posición frente al proceso de paz. Para el representante Navarro,
                   hay dos posibilidades. La primera, que estén calculando que este
                   Gobierno no tiene ya más oxígeno y fuercen el rompimiento. En este
                   caso, anticipa, "seguramente llevarían a cabo una escalada militar de
                   grandes proporciones en los siguientes seis meses, tendiente a obligar al
                   próximo Gobierno a negociar en unas condiciones ventajosas similares a
                   las del principio del cuatrienio Pastrana".

                   La segunda posibilidad le apunta a que las Farc están 'cañando' para
                   mantener el despeje sin mayores cambios hasta el próximo 7 de agosto,
                   cuando habrá relevo en la Casa de Nariño. "La coyuntura del año electoral
                   les da la oportunidad de causar mucho ruido y eso les da una ventaja para
                   presionar al Gobierno", señala el ex integrante del M-19. Lo que habría que
                   ver es cómo plantearían entonces el proceso con el nuevo Presidente.

                   Hay incluso una tercera posibilidad -que las Farc se decidan de una vez
                   por todas a jugársela de lleno por la paz "que infortunadamente no se ve
                   muy posible", en palabras del ex vicerrector de la Universidad Nacional
                   Alejo Vargas.

                   La posibilidad del rompimiento plantea una inquietud adicional. Los
                   observadores no descartan que las posiciones internas de las Farc se
                   radicalicen al punto de que se produzca un cisma entre los partidarios de
                   negociar y los que se inclinan por la guerra, similar al que sufrió el Ejército
                   Popular de Liberación (EPL) durante el proceso de paz con el Gobierno
                   de César Gaviria. Y esta es una opción que, paradójicamente, no le sirve
                   al Estado, porque no habría modelo de paz que aguantara negociar
                   independientemente con grupús<*L>culos que, sin mando central, cada
                   día estarían más cerca de la delincuencia común que de la lucha política,
                   como ocurre con la disidencia del EPL.

                   "Por eso, concluye el analista Carlos Franco, lo que le queda esperar al
                   país es que las Farc se den cuenta de que este es el mejor momento que
                   tienen para negociar la paz con las mejores condiciones". Cuál camino
                   escogió esa guerrilla es una duda que se absolverá antes del 20 de enero
                   próximo, cuando expire la última vigencia de la Zona de Distensión.