El Nuevo Herald
Feb. 05, 2004

El Ejército expulsa a las FARC de base clave

  FERNANDO VERGARA / AP
  MIRAFLORES, Colombia

  Cinco años y medio después que la guerrilla arrasó en un masivo ataque la base antinarcóticos de la Policía, las tropas gubernamentales están de nuevo
  en control de una nueva base en el corazón de la selva amazónica.

  Unos 360 policías con respaldo militar tienen desde el martes la misión de continuar la lucha contra los cultivos de coca y enfrentar a las guerrillas de las
  Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) que controlan el negocio de la droga en esta zona, 430 km al sureste de Bogotá.

  ''Esto no es una simple operación militar, ni estamos de paso. La fuerza pública está acá para reclamar nacionalidad y estar presentes con ustedes'', dijo
  ayer el ministro de Defensa, Jorge Uribe, a los residentes de Miraflores.

  La mayoría de los que asistieron al evento en este pueblo polvoriento en medio de la selva miraban recelosos a las autoridades. Sólo unos pocos se
  acercaron a darles la mano, ya que la guerrilla apenas fue desalojada el sábado por tropas que descendieron en paracaídas.

  El 3 de agosto de 1998 más de 500 guerrilleros de las FARC atacaron la base de Miraflores y dieron muerte a 80 policías y militares, luego de lo cual
  capturaron a 130 sobrevivientes.

  Los habitantes de Miraflores rehusaron contestar preguntas de la prensa. El párroco José Gilberto Cadavid afirmó que tienen temor por la llegada del
  Estado luego de tantos años de ausencia y de que la alcaldía fuera retirada hace año y medio.

  ''Nos ha correspondido vivir en medio de la espada y la pared. No significa que todos los que estemos aquí tenemos parte con la guerrilla o somos
  guerrilleros'', dijo el sacerdote a la cúpula militar y policial que estaba en la inauguración. ``Estamos expectantes y temerosos ante lo que pueda pasar''.

  A su llegada, las tropas empezaron a quitar los avisos de las FARC, como uno que a la entrada del pueblo decía ``Continuaremos leales ... al pensamiento
  de nuestro ideólogo comandante Jacobo Arenas''.

  La guerrilla dejó en el pueblo carros robados, oficinas en donde cobraban los impuestos, impartían justicia y censaban a la gente. También una casa de
  cambio de pesos por dólares y euros para el comercio de la cocaína.

  El ataque a la base de Miraflores fue una de las mayores victorias militares de las FARC en sus 40 años de existencia.

  Hoy la base está reconstruida, con unas condiciones de seguridad que harían irrepetible un ataque como el ejecutado por las FARC en 1998. Ahora la
  guerrilla está replegada hacia las selvas y montañas en todas partes.