Diario Las Americas
Noviembre 24, 2006

Se entregó el caricaturista Varela tras protesta contra el Miami Herald

Por Pedro Cortés
DIARIO LAS AMERICAS

José Varela, caricaturista del diario El Nuevo Herald de Miami que entró armado este viernes a la sede del periódico y exigió ver a su editor ejecutivo, provocando el desalojo del edificio, se entregó a la policía tras la mediación de dos periodistas amigos.
Los presentadores de televisión Tomás García Fusté, de TeleMiami y Juan Manuel Cao, de América Teve, hablaron con Varela y lo convencieron de que depusiera su actitud de protesta.
García Fusté dijo al canal 51 de la Cadena TeleMundo en Miami que Varela lo había llamado por teléfono y le anunció que era el nuevo director del Nuevo Herald y que quería acabar con los problemas de ese periódico.
Fusté comprendió que su amigo estaba notablemente alterado y fue al periódico donde, al igual que Cao, lo convenció de que debía entregarse pacíficamente a la policía, lo que hizo Varela poco después.
Varela, nacido en Cuba, se atrincheró en la sala de redacción de El Nuevo Herald, en el sexto piso del edificio de The Miami Herald Publishing Company.
Estaba vestido con ropa de camuflaje, y aparentemente portaba un cuchillo y un arma de fuego, y exigió hablar con el editor ejecutivo del diario en español, Humberto Castelló, según los informes.
Citando a un reportero no identificado, El Nuevo Herald aseguró que Varela se refirió a algún problema de trabajo en el lugar y a que iba a ajustar cuentas.
La sala de redacción del Nuevo Herald tenía una docena de empleados cuando se registró el incidente, según el reporte, y el edificio entero fue evacuado.
Es la segunda vez en más de un año que el diario registra una situación similar. En julio de 2005 un ex funcionario de la ciudad, Arthur Teele, entró al vestíbulo del diario y tras hablar con un reportero por teléfono se pegó un disparo en la cabeza, muriendo posteriormente en un hospital.
Uno de los redactores del periódico confirmó que Varela aseguró que no iba a tomar rehenes. "Estás hablando con el nuevo director del periódico, y estoy aquí para desenmascarar los verdaderos conflictos del periódico. Aquí se burlan de los exiliados, hay problemas con el pago", dijo Varela, en su conversación telefónica con Fusté, según publica la versión digital del periódico.
"Es tiempo suficiente ya que se están burlando de la gente, hoy lo van a ver como una violencia. Pero alguien tiene que pagar y ese va a ser (el director Humberto) Castelló", añadió Varela.
Varela, según explicó a Efe Rui Ferreira, periodista de El Nuevo Herald, exigía que se cumpliesen tres puntos para entregar las armas: la renuncia de Castelló y del subjefe de redacción, Benigno Dou.
En tercer lugar, Varela, pedía que se "exponga la verdad del exilio cubano en 'The Miami Herald'", por lo que reclamaba la renuncia también de su director, Tom Fiedler, quien hizo comentarios despectivos a los exiliados cubanos en Miami a los que calificó de "pequeños chihuhuas".
Varela solicitaba que el periódico "empiece a tomar una posición de respeto hacia el exilio cubano", señaló Ferreira.
"Estoy sereno y tratando de concentrarme en lo que pueda", dijo Varela en conversación telefónica a Ferreira.
"Varela, que está solo, pidió hablar con el padre Alberto Cutié (sacerdote católico de la comunidad hispana de EEUU)", indicó Ferreira.
El "Nuevo Herald" precisó en su edición electrónica que Varela entró a la redacción cerca de las 10.40 de la mañana y tras sostener una airada discusión con uno de los editores de fotografía, se dirigió a la oficina del director, entonces vacía, y comenzó a gritar.
"Al entrar sacó el arma y comenzó a botar cosas al piso y a decir que alguien tenía que pagar lo que está sucediendo", señala el periódico. "Yo estaba hablando por teléfono, colgué, me refugié en el baño", dijo la reportera Alejandra Chaparro.
Según el blog de uno de los reporteros, Rui Ferreira, la semana pasada Varela estuvo en la redacción y dijo que había comprado recientemente una escopeta de "cañones recortados y una submetrelladora UZI". Según el periodista, Varela dijo que lo hizo porque "se sentía inseguro en el área de Júpiter (una localidad al norte de Miami), a donde se había mudado, tras su divorcio".
Según informes de allegados a Varela, él está separado de su esposa desde hace tres meses. Al conocer la noticia, ella lo llamó para hablarle, el respondió que lo que hacía no tenía nada que ver con ella y colgó el teléfono.
Félix Puga, que es entrenador de Karate de Varela, también se ofreció como mediador con la policía.