MIGUEL VALIENTE, piloto cubano de 33 años, quien trabajaba para la compañía
Cubana de Aviación, pidió ayer asilo político en esta ciudad.

WILFREDO CANCIO ISLA
El Nuevo Herald

Un piloto civil de la aerolínea Cubana de Aviación que viajó a Estados Unidos
para recibir entrenamiento profesional anunció ayer en Miami su decisión de
solicitar asilo político a las autoridades norteamericanas.

Miguel Valiente, de 33 años, quien asistió la semana pasada a un curso
internacional sobre telecomunicaciones aeronáuticas en Atlanta, se presentó en
las oficinas locales de la congresista cubanoamericana Ileana Ros-Lehtinen para
manifestar su voluntad de permanecer en este país.

``No podía vivir en Cuba con un salario de 800 pesos mensuales [unos $40] y sin
alternativa alguna para mi desarrollo profesional'', declaró Valiente, que se graduó
como ingeniero aeronáutico en la ex Unión Soviética en 1990.

Valiente, quien comenzó a pilotear vuelos nacionales dentro de Cuba en 1998,
explicó que en los últimos años tuvo que ``vender pizzas y cualquier otra cosa''
en el mercado negro para poder mantener a su familia. En Cuba quedaron su
esposa, Dubrovina Tatiana Nikolaievna, ciudadana ucraniana de 31 años, y la
hija de ambos, Liana, de 11.

``Es una situación desesperante'', comentó el piloto. ``La gran aspiración de mis
colegas es lograr que se les permita volar al extranjero para poder conseguir
dólares y objetos que permitan sobrevivir, porque el salario en pesos es un
chiste''.

Aseguró que dentro del Instituto de Aeronáutica Civil de Cuba existen numerosos
pilotos y empleados que se sienten bajo las mismas presiones económicas, y
comparten su desencanto político, aunque nadie se atreve a comentarlo en
público.

``Lamentablemente, ellos no tienen la oportunidad que ahora he tenido yo para
poder decirle adiós a todo aquello'', agregó.

Valiente participó junto a otro delegado cubano en una conferencia de la SITA
(Societé Internationale de Télecommunications Aéronautiques), un organismo
que ofrece servicios avanzados de telecomunicaciones a 548 aerolíneas de todo
el mundo. Fundada en 1949, SITA inauguró en 1974 un centro de procesamiento
de información en Atlanta, Georgia.

Luego de finalizar el curso, Valiente viajó a Miami, donde residen desde hace
dos años sus hermanos Yasser y Jorge, quienes emigraron de la isla a través de
la lotería de visas.

``Como otros miles de cubanos, yo participé también calladamente en la lotería
de visas'', confesó el piloto, que admitió haber tomado la decisión de desertar
tras el reencuentro con sus hermanos.

Entonces decidieron comunicarse con José Basulto, presidente de Hermanos al
Rescate.

``Que pilotos cubanos sigan viniendo a entrenarse en Estados Unidos es una de
las tantas cosas extrañas que heredamos como legado de la administración de
Bill Clinton'', comentó Basulto, quien reafirmó su voluntad de ayudar a todo
cubano que llegue a Estados Unidos con el deseo de vivir en libertad.

``El temor de que alguien quiera perjudicarme a mí o a mi organización no va a
impedir que me arriesgue a ayudar'', agregó el activista. ``Prefiero pecar haciendo
el bien''.