El Nuevo Herald
Jun. 05, 2003

Activista exiliado pudiera ser deportado a Cuba

  RUI FERREIRA
  El Nuevo Herald

  El activista exiliado Ramón Saúl Sánchez pudiera ser deportado a Cuba.

  Esa fue la puerta que le abrió el martes el Departamento de Seguridad Territorial cuando lo arrestó formalmente y, de inmediato, lo puso en libertad, no sin antes citarlo para septiembre ante un juez.

  El motivo es la conjunción de un legalismo migratorio, la situación interna creada a consecuencia de los atentados terroristas del 11 de septiembre y el hecho de que el líder del Movimiento Democracia no dispone siquiera de la residencia en Estados Unidos.

  ''Soy apenas un refugiado político, admitido bajo palabra hace 32 años'', comentó Ramón Saúl Sánchez, de 49 años, a El Nuevo Herald.

  Es más, "dentro de mi lucha pacífica nunca contemplé la posibilidad de hacerme ciudadano, tampoco residente, porque eso es parte de todo el tema de luchar por mi derecho a ir a las aguas de mi país o regresar a él''.

  Pero, luego de que la administración Bush endureció el reglamento inmigratorio tras los atentados del 11 de septiembre, Ramón Saúl Sánchez decidió solicitar su
  residencia.

  El martes, cuando acudió a tramitar su caso antes las autoridades de inmigración, los funcionarios le tenían una sorpresa. En vez de adelantar su caso, lo citaron a acudir ante un juez de inmigración en septiembre donde se decidirá si será deportado u obtendrá la residencia.

  En virtud de la reforma inmigratoria de 1996, todo extranjero que cumpla pena de cárcel por delito grave puede ser deportado y Ramón Saúl Sánchez cumplió prisión en el pasado por sus actividades contra el régimen castrista.

  ''No voy abogar para que me envíen [a Cuba]. Pero tampoco voy a oponerme, sino decirles que tomen la decisión de liberarme o cargar en la conciencia de que, además de nunca dejarme entrar a mis aguas libremente, me amarran y me envían de regreso a un dictador como su prisionero'', señaló el activista, quien está casado con una ciudadana estadounidense.

  Admitido como refugiado cuando llegó de Cuba, el activista muy temprano tomó el camino de la oposición política hacia el régimen castrista.

  Primero por medios violentos, y posteriormente abogando por una lucha pacífica para unir a cubanos de las dos orillas ''sin rencor'', abogó por la democratización de Cuba.

  Pero siempre bajo el estatus de ''parole'', o sea, admitido bajo palabra.

  Tampoco, se acogió a la Ley de Ajuste Cubano.

  Durante su lucha política, pacífica o violenta, Ramón Saúl Sánchez fue arrestado en al menos cinco ocasiones.

  En una de ellas, a inicio de los años 70, las autoridades lo atraparon con armamento en un campamento de la organización Alpha 66 y el juez le concedió libertad bajo palabra por un año.

  Pero en 1986 fue condenado a cuatro años en las cárceles federales por negarse a comparecer ante un gran jurado. Cuando lo liberaron, aseguró, las autoridades no le mencionaron la necesidad de regularizar su situación migratoria.

  Ramón Saúl Sánchez luego fue arrestado durante la saga del niño Elián González, cuando quiso bloquear el acceso al puerto de Miami.

  También en Washington cuando hizo una huelga de hambre frente a la misión diplomática cubana reclamando su derecho a regresar a la isla, terminó arrestado y multado con $25 por encadenarse a las rejas del inmueble.