El Nuevo Herald
Mon, Feb. 09, 2004

Penelas se juega el invicto

  JEANNETTE RIVERA-LYLES
  El Nuevo Herald

  Alex Penelas, alcalde de Miami-Dade y candidato a la nominación demócrata al Senado federal, es un hombre políticamente arrojado y ambicioso.

  A los 28 años, siendo concejal de Hialeah, hizo que le quitaran antes de tiempo un yeso que tenía en el brazo con el fin de hacer campaña para un puesto
  en la Comisión de Miami-Dade. Ganó el escaño, pero tuvo que someterse a una operación en la que se le hicieron hasta injertos de hueso porque la lesión
  había sanado fuera de lugar.

  Su última maniobra política también es riesgosa.

  En agosto próximo, en las primarias demócratas para el Senado federal, Penelas, el candidato que no ha perdido una elección desde que en 1987 su
  nombre figuró por primera vez en una boleta, se jugará su título de invicto frente a dos contrincantes más conocidos entre los votantes del estado: la ex
  comisionada de educación de la Florida, Betty Castor, y el congresista Peter Deutsch.

  Ambos aventajaban a Penelas en una encuesta realizada el mes pasado por The Miami Herald. Un 38% de los votantes encuestados expresaron su apoyo
  a Castor, seguida distantemente por Deutsch con un 17%. En tercer lugar estaba Penelas con un 15% de aprobación.

  Pero ojo, Penelas ha emergido otras veces del último lugar en los sondeos para colocarse como el candidato victorioso. En 1996, cuando aspiró por
  primera vez a la alcaldía de Miami-Dade, las primeras encuestas favorecían por un amplio margen a sus dos contrincantes principales, el ex alcalde de
  Miami Maurice Ferré, y el actual comisionado de ese municipio Arthur Teele. Los analistas coinciden en que abundan las razones por las que no se le debe
  subestimar pese a que se le conoce poco fuera del sur de la Florida.

  ''De cierta forma esto beneficia a Alex, porque indica que en muchas partes del estado no hay una opinión formada sobre su persona'', comentó el
  politólogo Darío Moreno, de la Universidad Internacional de la Florida (FIU). ``El es muy bueno recaudando dinero, lo que le va a permitir comprar anuncios
  en los medios para definirse a sí mismo ante los votantes como candidato antes de que sean sus contrarios los que lo definan''.

  Esa táctica es ya parte del modus operandi de las campañas de Penelas. En 1996, durante su candidatura a la alcaldía condal, a pesar de que su perfil
  político era poco conocido fuera de Hialeah, amasó una pequeña fortuna de $1 millón, cantidad nunca antes vista en las campañas locales, con la cual
  inundó los medios. Las encuestas tomaron un giro a su favor.

  'El dinero transforma a un `nadie' en 'alguien' '', comentó la analista Susan MacManus, de la Universidad del Sur de la Florida, citando el ejemplo del
  candidato a la gobernación demócrata del 2002, Bill MacBride. ``No le conocía nadie, y mira a dónde llegó''.

  Hasta octubre, Penelas había recaudado $1.9 millones. Deutsch tenía alrededor de $3 millones. Castor, con $460,000 recogidos, se mostraba débil en este
  renglón.

  La Florida tiene 10 mercados principales de medios de comunicación, lo que eleva significativamente el precio de darse a conocer entre los electores en una
  campaña estatal. Sin una cantidad significativa de fondos, que los expertos estiman entre los $4 y los $5 millones, es virtualmente imposible desarrollar
  una campaña efectiva.

  Penelas, señalan quienes le conocen, es un brillante estratega, y un maestro en darle la vuelta para su favor hasta a los asuntos más espinosos.

  ''Después de Bill Clinton, es la otra persona que conozco que vive, come y respira política. Lo mide y lo calcula todo'', dijo un encuestador de Washington,
  D.C.

  Su hermano mayor, el activista comunitario Luis Penelas, puso esto último en términos más cálidos.

  ''El nació para el servicio público. Es algo que desde muy temprano en su vida supo que quería hacer. De cierta manera creo que tiene mucha suerte. Yo
  todavía estoy buscando esa iluminación'', dijo.

  Hasta las circunstancias que rodearon la concepción de Penelas, contó su hermano, tienen connotaciones sociopolíticas. En 1959, un año después del
  triunfo de la revolución castrista, su padre, Luis, se vio forzado a despedirse de su madre, Mirta, con un beso furtivo frente a la embajada de Costa Rica,
  hacia la que corrió apresuradamente bajo una lluvia de balas para pedir asilo político.

  ''Antes del beso, los ví susurrarse unas palabras. Años más tarde supe que en ese momento se habían prometido que si se volvían a encontrar tendrían
  otro hijo'', relató el hermano del alcalde. ``Por eso hay una diferencia de diez años entre Alex y yo''.

  Penelas, no obstante, tendrá que sobreponerse al fantasma de Elián González, que ha erosionado el apoyo de la maquinaria demócrata estatal. Otro
  espectro que ya ha aparecido en la ruta de Penelas al Senado es la percepción de que no sacó la cara por Al Gore en las pasadas elecciones
  presidenciales.

  ''Esas cosas le ha hecho mucho daño con los demócratas más fervientes'', opinó Moreno. Es ese sector de los partidos el que participa en las primarias y
  moviliza a los electores.

  Su hispanidad, por otra parte, podría ser otro problema.

  ''Deutsch es judío, Penelas hispano. Seamos francos, Betty Castor es la candidata que se parece más a la mayoría de la Florida'', comentó Moreno.