El Nuevo Herald
lunes, 24 de noviembre de 1997

Muchos en Miami confiaban en recuperación de Jorge Mas

CYNTHIA CORZO y RUI FERREIRA
Redactores de El Nuevo Herald

La noticia del fallecimiento de Jorge Mas Canosa, presidente de la junta directiva de la Fundación Nacional Cubano Americana, dejó sorprendidos a muchos en Miami que albergaban esperanzas de que se recuperaría de su enfermedad.

"Es el líder más grande que ha tenido Cuba después que Fidel Castro cogió el poder'', dijo Ernesto Fernández, biólogo de 27 años. "El pueblo cubano tenía la esperanza depositada en la Fundación. Ahora ella tiene que desarrollar un nuevo líder. Más Canosa siempre quiso al pueblo cubano de verdad, sin revanchismo''.

En la Feria Internacional del Libro, en el downtown de Miami, la noticia se dio a conocer cuando la escritora cubana Zoé Valdés comenzó la presentación de su nuevo libro.

"Me enteré del fallecimiento del señor Jorge Mas Canosa viniendo para acá, y quiero manifestar públicamente mi más profundo pésame a su familia y sus amigos'', afirmó Valdés antes de iniciar su presentación.

Un audible suspiro colectivo inundó la sala donde se habían congregado unas 1,000 personas.

"No estaba de acuerdo con mucho de lo que él dijo, pero creo que hizo mucho por la comunidad cubana'', dijo Oscar G. Mendoza, ingeniero residente en Miami.

En el restaurante Versailles, de La Pequeña Habana, un ambiente fúnebre sobrecogió a empleados y comensales por igual. Algunos empleados se desplazaban lentamente por el local como si estuvieran en estado de shock.

"Lo que opina todo el mundo: que es una lástima muy grande, con tanta gente mala en el mundo que debía morirse y se muere Más Canosa'', comentaron María y Sarita, dependientas de Versailles.

Pocos querían hablar sobre lo sucedido.

"Es el golpe más duro que ha recibido el exilio en muchos años'', dijo Isidro Ortega, de 67 años.

Agregó José Real, jubilado de 70 años: "Estoy consternado. Acaba de morir una de las grandes glorias de Cuba''.

El domingo por la noche, el gobierno cubano no había emitido ninguna reacción oficial a la muerte de Mas Canosa. Sólo la agencia noticiosa Prensa Latina informó desde Washington sobre lo sucedido en una breve nota.

La información de Prensa Latina calificó a Mas Canosa de ser "promotor y partidario de acciones anticubanas''.

Sin embargo, algunos en Cuba ofrecieron sus comentarios respecto a la muerte del destacado líder anticastrista.

"Deploramos la noticia del fallecimiento, independientemente de las diferencias de enfoque. Era una persona que mantuvo un punto de vista en pro de cambios en Cuba, pero totalmente diferentes a los nuestros'', dijo Elizardo Sánchez Santacruz, vicepresidente de la Comisión Cubana de Derechos Humanos y Reconciliación Nacional.

El reverendo Adolfo Ham, ex presidente del Consejo de Iglesias de Cuba y destacado teólogo, dijo: "Ha sido una persona muy controvertida, aun dentro de su propia familia, pero su desaparición puede ayudar al exilio a encontrar soluciones más sensatas que propicien un diálogo nacional''.

El babalao Ricardo Guerra señaló que la muerte de Mas Canosa había sido prevista por los dioses afrocubanos.

"Fue confirmada la predicción de la letra del año, que anunciaba que una cabeza iba a caer este año'', afirmó Guerra.

De todas las esquinas del mundo llegaron condolencias y expresiones de tristeza. La palabra de orden para muchos era "lamentable''.

"Hoy murió en Miami un gran patriota y todo el exilio cubano está de luto'', dijo Manolo Martínez, secretario general en Puerto Rico de la organización anticastrista Cuba Independiente y Democrática (CID).

Un grupo de activistas exiliados viajarán hoy desde Puerto Rico para asistir a los servicios fúnebres de Mas Canosa.

Los exiliados cubanos en Venezuela quedaron "estremecidos'' con la noticia del deceso de Mas Canosa, comentó en Caracas el presidente de la Junta Patriótica Cubano-Venezolana, Salvador Romaní.

"La muerte de Mas Canosa constituye un fuerte revés en la lucha contra la tiranía comunista de los hermanos Castro y es, al mismo tiempo, un desafío más a la capacidad de resistencia del exilio cubano, marcado injustamente por un síndrome de adversidad y retrocesos'', dijo Romaní.

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