El Nuevo Herald
4 de noviembre de 2001

La espía en el Pentágono y las mentiras castristas

PABLO ALFONSO

Esta semana la ex analista militar del Pentágono Ana Belén Montes, acusada de espiar para Cuba, podría ser llevada ante un tribunal de Washington.

 Montes, de 44 años, quien fue arrestada el pasado 21 de septiembre, podría declararse culpable de los cargos que le imputa la Oficina Federal de Investigaciones (FBI) para que le sea impuesta una condena menor, según me han comentado algunos analistas.

 Eso supone, segun las fuentes, que Montes estaría cooperando con las autoridades norteamericanas y revelando sus actividades en favor del régimen de Fidel Castro.

 Sin dudas, el caso de Montes ha creado una nueva dinámica en las ``no relaciones'' entre Cuba y Estados Unidos. Hasta el momento de su arresto, Castro repitió hasta el cansancio que La Habana no tenía interés en conocer asuntos estratégicos del aparato militar norteamericano.

 Ese fue, en esencia, el alegato en favor de los espías cubanos de la llamada Red Avispa, que todavía aguardan sentencia, tras ser encontrados culpables en un tribunal de Miami.

 "Después de Montes las cosas ya no serán iguales'', me aseguró una fuente vinculada con el tema.

 Coincido con esa opinión.

 Montes ha sido la funcionaria de más alto rango acusada de espionaje en la historia de la Agencia de Inteligencia de Defensa de los Estados Unidos. Su priviligiada
 posición, a cargo de los asuntos militares cubanos en ese organismo del Pentágono, le proporcionaba acceso a sensibles secretos militares que, muy posiblemente,
 compartió con sus jefes de la inteligencia cubana.

 Pero también "después de Monte'' será más difícil creer en los argumentos de inocencia de Castro. Al menos, eso le ocurrirá a algunas almas benevolentes, que hasta ahora le han dado al Comandante en Jefe el beneficio de la duda.

 Hace tres años, a raíz de la captura en Miami de la Red Avispa, Castro concedió una extensa entrevista sobre el tema a la periodista de CNN, Lucía Newman. El texto de la misma fue reproducido en el oficial diario Granma a fines de junio de este año, justamente tres meses antes del arresto de Montes.

 Creo que vale la pena reproducir algunos fragmentos a beneficio de los incrédulos de este mundo. Sobre todo porque, ¿si Castro mintió entonces (como es su
 costumbre), por qué dudar que seguirá mintiendo ante acusaciones quizás más graves?

 "Es bueno decir aquí que a nosotros no nos interesa ningún tipo de información sobre cuestiones estratégicas de Estados Unidos, ni nos interesa ningún informe sobre su dispositivo militar, y no nos interesa en absoluto, porque carecen de utilidad práctica para nostros. ¿Para qué queremos saber, por ejemplo, dónde están situados los cohetes estratégicos de Estados Unidos, qué instalaciones, qué protección, qué órdenes, qué sistemas de empleo, qué concepciones operativas [tienen]?'', se preguntó Castro ante las cámaras de CNN.

 Castro agregó: "Esa es la esencia, ésa es la política que hemos seguido, y rechazo terminantemente --y ya te expliqué las razones-- las imputaciones de que hayamos tratado de buscar informaciones de las fuerzas armadas de Estados Unidos''.

 Al final de la entrevista con Newman, Castro dejó claro su interés por ocultar las actividades que para ese entonces y desde hacía ya dos años, llevaba a cabo su espía en el Pentágono.

 "Quiero aclarar --ya que me lo preguntas-- y repetir: No nos interesan absolutamente nada las cuestiones estratégicas de las fuerzas armadas de Estados Unidos. Sería hasta ridículo, no serviría de nada (...) En esencia, lo único que nos interesa de información en Estados Unidos son las actividades terroristas que desde allí se organizan y se financian contra Cuba. No nos interesan en absoluto informaciones militares de Estados Unidos. Y las que pudieran interesarnos, asociadas a movimientos de unidades próximas a nuestro país, en un momento determinado, se obtienen por medios electrónicos. Es imposible hoy mover una compañía, un batallón, una brigada, las fuerzas necesarias, las que harían falta para atacar este país, sin que nosotros sepamos rápidamente lo que por ningún medio de espionaje se puede obtener. Eso es mucho menos riesgoso y mucho más económico'', explicó Castro.

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