Diario las Americas
Enero 11, 2006

Estupor ante acusación de espionaje para Cuba

Redacción y servicios informativos de DIARIO LAS AMERICAS

La comunidad cubana del sur de la Florida ha reaccionado con estupor ante la acusación de que un matrimonio considerado como una pareja ejemplar ha espiado durante años para La Habana, en un nuevo caso que plantea hasta dónde llega la red de espías castristas en EEUU.
Un profesor universitario y su esposa, una psicoterapeuta, fueron enviados a prisión en Miami tras haber sido acusados ante un tribunal de actuar como espías al servicio del gobierno cubano.

Carlos Álvarez, de 61 años, profesor de Psicología de la Universidad Internacional de Florida (FIU), y su esposa, Elsa Prieto Álvarez, de 55, están acusados de utilizar un sistema cifrado para comunicarse con sus contactos por medio de una radio de onda corta.

Por medio de este sistema de transmisión enviaban y recibían también mensajes de Cuba, dijo el fiscal Brian Frazier.

Frazier afirmó que Álvarez había espiado para Cuba desde 1977 y su esposa desde 1982.

La mayor parte de la información que los supuestos espías enviaban trataba sobre la situación política en EEUU e incluía nombres de personalidades de la comunidad cubana en el exilio del sur de Florida y al menos un agente del FBI, indicó Frazier.

La pareja fue trasladada hoy a prisión sin posibilidad de libertad bajo fianza por considerar la Fiscalía de los acusados pueden fugarse a Cuba si se les deja en libertad.

La próxima vista se celebrará el próximo 19 de enero.

En declaraciones a EFE, una persona cercana a la familia y que no quiso revelar su nombre indicó que "son gente muy simpática y sociable; ella es muy vivaracha y él algo más serio y retraído".

De acuerdo con los cometarios de quienes les conocían, se trata de una pareja "muy respetada en la comunidad".

Por su parte, la Universidad emitió un comunicado a los medios de prensa, como declaración oficial, indicando que dos empleados habían sido acusados de actuar como agentes del gobierno de Cuba sin comunicar sus acciones al gobierno de EE.UU.

"Estos dos empleados, el Profesor Carlos Álvarez y su esposa Elsa Álvarez, ha sido puestos en licencia administrativa con pago, según las reglas de la universidad.

"Al no haber jugado un papel en la investigación, los funcionarios de la universidad ahora se están enterando de todos los datos que rodean este caso y han jurado cooperar enteramente con la Oficina del Fiscal federal en esta situación.

"Adicionalmente, la universidad ha contratado al abogado Roberto Martínez del bufete Colson Hicks Eidson para ayudar en este asunto".

Los acusados insisten en que sus labores de espionaje se centraban en el seguimiento de las actividades del exilio cubano y no en los Estados Unidos.

Las autoridades judiciales señalaron que, tras la comparecencia de la pareja, que tienen cinco hijos, se darán a conocer más detalles sobre el caso.

En el portal de la internet del FIU se dice que Álvarez es doctor en Psicología Clínica y profesor asociado al Departamento de Estudios de Liderazgo y Política Educacional.

Además, es coautor de ensayo "Identidad étnica: comprensión de las perspectivas contemporáneas."

Su esposa es psicoterapeuta, especializada en tratamiento de grupo y coordinadora del programa de capacitación en el área social Ambos fueron acusados de no haberse registrado en Estados Unidos como agentes de un gobierno extranjero.

El Fiscal federal del Distrito Sur de Florida, R. Alexander Acosta dijo que Miami es una ciudad de gran apertura y diversidad y que aunque este es un aspecto de la fortaleza cultural, también proveía una oportunidad para aquellos que se infiltran para hacer daño.

"Pero la grandeza del Sur de Florida y de EE.UU. mismo es que todos estamos unidos en un compromiso por la libertad. El gobierno de Castro debe saber que la Oficia de la Fiscalía Federal continuará utilizando todos los medios legales para asegurar que ningún agente extranjero y ningún oponente de la libertad minen a EE.UU", dijo Acosta.

Andrew A, Apollony, el Agente Especial a cargo de este caso dijo que los acusados habían traicionado a su país adoptivo. "Ellos juraron defender a los EE.UU. contra todos los enemigos. Le dejamos saber al gobierno cubano u de otro país con malas intenciones hacía EE.UU. que no hay duda que protegeremos la seguridad nacional y la seguridad de todos nuestros ciudadanos".

Carol Kisthardt resumió que este encausamiento había sido el resultado de años de intensa labor en conjunción con el Bureau Federal de Investigaciones (F.B.I.) y la Oficina del Servicio Investigativo Criminal Naval. "Y continuaremos confrontando la amenaza de la Inteligencia Cubana por medio de investigaciones proactivas alrededor del mundo".

Acosta igualmente alabó la labor de los fiscales Brian Frazier y David Buckner, quienes están a cargo de este encausamiento.

Carlos y Elsa Alvárez, que operaban bajo los nombres de David y Deborah, se encargaban de vigilar los grupos e individuos opuestos al líder cubano Fidel Castro y de "otras operaciones", indicó el fiscal encargado, Brian Frazier, sin más precisiones.

Carlos Alvarez consiguió incluso hacerse con la confianza de la policía y desde hace unos 20 años elaboraba para ella evaluaciones psicológicas de sus miembros, añadió.

Según el fiscal, Carlos y Elsa Alvarez reconocieron "trabajar como espías" el pasado año.

Pero un agente de la Oficina Federal de Investigaciones estadounidense (FBI) dijo en la audición de este lunes no tener información de que la pareja hubiera sido pagada por Cuba, y añadió que al parecer ninguno tuvo acceso a informaciones secretas sobre inteligencia militar.

Si son declarados culpables, pueden ser condenados a una pena de hasta 10 años de prisión y una multa de 250.000 dólares.