El Nuevo Herald
12 de diciembre de 2000

Desclasifican documentos en caso de espías

RUI FERREIRA
El Nuevo Herald

El gobierno estadounidense desclasificó unas 6,000 páginas de documentos
confiscados a una presunta red de espionaje cubana de la que cinco miembros
están siendo juzgados en Miami, anunció ayer la fiscal asistente Caroline Heck
Miller.

En el segundo día del juicio contra cinco hombres acusados de espiar para el
gobierno de la isla, la funcionaria anunció que toda la documentación será
puesta hoy a disposición de la corte y los jurados.

Según Heck Miller, durante el interrogatorio al agente especial de la Oficina
Federal de Investigaciones (FBI) Vicent M. Rosado, la documentación está
compuesta por mensajes codificados enviados clandestinamente a la isla,
reportes de cuentas de la red y otro tipo de información recabada al menos
durante los últimos cinco años.

Pero en la sesión, la defensa dio el primer indicio de lo que pudiera ser un fuerte
apoyo por parte del gobierno cubano a su estrategia.

Al parecer, uno de los mensajes en poder de las autoridades se encuentra
incompleto. Cuando Heck Miller lo dijo, el abogado Joaquín Méndez se levantó y
dijo: ``Si todavía no han logrado completarlo, nosotros podemos facilitarlo
íntegramente''. El equipo de la defensa ha visitado la isla en por lo menos seis
veces.

Entre 1996 y 1998, Rosado mantuvo un centro de operaciones de vigilancia en
North Miami Beach, delante del apartamento de Gerardo Hernández, presunto
jefe de la red, y uno de los acusados junto a Ramón Lavadiño, Fernando
González, Antonio Guerrero y René González.

En ese período, el agente del FBI entró cuatro veces subrepticiamente al
apartamento de Hernández en su ausencia, durante las cuales copió más de
300 discos de computadora con la información ahora desclasificada.

Los agentes federales también copiaron 173 discos --en dos oportunidades-- en
el apartamento donde vivían Lavadiño y González, en Hollywood. Aunque no lo
reveló en corte, Rosado dijo que efectuó una operación similar en el apartamento
de Normandy Isle donde residía, Ricardo Villareal, uno de los cuatro supuestos
espías que escaparon, pudo confirmar El Nuevo Herald.

``Toda la documentación estaba codificada con un programa comercial, pero
para el cual se necesitaba una clave para acceder'', dijo Rosado.

El agente reveló que al cabo de muchas horas de búsqueda, logró encontrar las
claves para abrir los textos dentro de sectores de los discos, donde usualmente
se guardan la información del sistema operativo de la computadora con que el
archivo fue abierto.

El miércoles, la fiscalía presentó a la presunta red de espionaje como dotada de
alta tecnología y extremadamente sofisticada, pero ayer se supo que lo único
que las autoridades confiscaron en la vivienda de Hernández fue una
computadora portátil con por lo menos unos 15 años de atraso tecnológico y dos
radios de onda corta que pueden ser adquiridos en cualquier establecimiento
especializado.