El Nuevo Herald
Jan. 20, 2006

Los presuntos espías se declaran inocentes

RUI FERREIRA
El Nuevo Herald

Una pareja de profesores universitarios cubanos se declaró ayer inocente de las acusaciones de espiar para el gobierno de la isla en una audiencia de menos de dos minutos, tras la cual salieron a relucir los primeros detalles de su detención.

Por medio de sus abogados, Carlos Alvarez, de 61 años, y Elsa Prieto-Alvarez, de 55, solicitaron además la realización de un juicio con jurado y el conocimiento inmediato de las pruebas que la fiscalía dice tener en su contra.

Para fuentes familiarizadas con el caso, la decisión implica un cierto reto a la fiscalía, lo cual se manifestó claramente en la actitud y el lenguaje corporal de los dos acusados, quienes al contrario de la audiencia de la semana pasada aparecieron en ésta sonrientes y relajados.

Ambos fueron arrestados el 6 de enero y se encuentran detenidos sin fianza en la cárcel federal del downtown de Miami, bajo cargos de no registrarse como agentes del gobierno cubano, un eufemismo que significa ''espionaje''. Si son declarados culpables, pueden ser condenados a 10 años de cárcel y una multa de $250,000.

Según el fiscal federal, Alexander Acosta, los Alvarez fueron entrevistados por miembros de la Oficina Federal de Investigaciones (FBI) en junio pasado y sus declaraciones constituyeron una admisión de culpabilidad.

''Para nosotros, ellos han confesado'', declaró entonces el fiscal, sin ofrecer una explicación clara de por qué fueron detenidos seis meses después.

Las autoridades sostienen que encontraron en su poder parafernalia que indica actividades de espionaje, como un radio de onda corta y material de codificación de mensajes.

Ayer, los abogados de los Alvarez, sostuvieron que la presunta confesión no constituye necesariamente una admisión de culpabilidad.

''Nosotros creemos claramente que no hubo una confesión como tal, además hay una presunción de inocencia'', afirmó Steven Chaykin, el abogado de Carlos Alvarez.

El letrado recordó que la semana pasada, en la audiencia de formalización de las acusaciones, la fiscalía señaló claramente que los dos acusados no tuvieron acceso ni compartieron con el gobierno cubano información secreta o militar. ''Los fiscales dijeron que ellos no habían hecho nada secreto. La pelea [en el juicio] va a ser dura'', añadió.

La audiencia de ayer duró poco más de dos minutos y los Alvarez se mantuvieron callados todo el tiempo. ``Están detenidos sólo porque es un caso de mucha resonancia''.

Chaykin declaró que la pareja se encuentra aislada de la población penal, en una zona de la prisión llamada ''unidad especial'' y raramente tienen un momento al aire libre. ''Están pagando ya por un crimen que no ha sido juzgado ni sentenciado'', comentó el abogado.

Según su colega, Jane Moscowitz, la abogada de Elsa Prieto-Alvarez, los dos están en celdas de aislamiento ''con poco contacto con los demás'', lo cual ha influido en el ánimo de su cliente.

''Elsa a veces tiene un ánimo de fuego y otras veces está deprimida. Para ella lo más difícil es no poder cuidar a su hija de 12 años y sus padres, que tienen más de 80'', explicó Moscowitz.

Los dos abogados aseguraron que piensan apelar la negación de la fianza a la pareja.

Por otro lado, Moscowitz indicó a El Nuevo Herald que su cliente ``tiene la conciencia de que su reputación está destruida en esta comunidad, aunque sea absuelta de las acusaciones''.

Por ello, los dos abogados piensan retar duramente a la fiscalía y han pedido que las pruebas sean expuestas de un modo inmediato. La fiscalía no quiso comentar ayer al respecto.

''Esta acusación es muy complicada de probar. El gobierno tiene que demostrar que ellos están actuando bajo el control de un gobierno. Aunque tuvieran contacto con agentes del gobierno cubano, eso no significa que estuvieron bajo su control'', subrayó la abogada.

Moscowitz aseveró que el radio de onda corta que las autoridades dicen haber confiscado a los Alvarez, tampoco representa gran cosa. ''Primero veremos si es un emisor o un receptor. En segundo lugar, me pregunto, ¿cuántos cubanos en Miami se comunican todos los días por onda corta con sus familiares en Cuba?'', agregó la abogada.

Los Alvarez trabajaban en la Universidad Internacional de Florida (FIU), en Miami, cuya rectoría decidió concederles una licencia con sueldo hasta que se aclaren más los hechos.