El Nuevo Herald
29 de diciembre de 2000

El Comando Sur es un objetivo importante para espías cubanos

RUI FERREIRA
El Nuevo Herald

Aunque las autoridades desbarataron una supuesta red de espionaje cubano en
Miami, el Comando Sur del ejército estadounidense seguiría siendo uno de los
principales intereses de infiltración para la inteligencia cubana.

Entre los 10 presuntos espías cubanos arrestados por la Oficina Federal de
Investigaciones (FBI) hace poco más de dos años, se encontraba un matrimonio
que tenía la misión de conseguir trabajo en el Comando Sur y, desde allí,
informar a La Habana de todo lo que pudiera enterarse.

Pero no era una misión cualquiera. De hecho, a juzgar por una serie de
documentos desclasificados el mes pasado por el FBI, infiltrar el Comando Sur
``es nuestro objetivo principal en Estados Unidos'', recordó por lo menos en tres
ocasiones el ``Centro Principal'' (la jefatura en la isla) a sus supuestos agentes
en Miami.

``Infiltrar el Comando Sur seguirá siendo siempre un objetivo primordial para
ellos. Aunque arresten a su gente, van a seguir intentándolo'', afirmó el analista
Ernesto Betancourt, fundador y primer director de Radio Martí.

El Comando Sur adquirió relevancia para Cuba cuando fue trasladado a Miami,
porque mientras estuvo en Panamá las actividades militares en la isla eran
controladas por el ya desmantelado Centro de Operaciones del Caribe, en Cayo
Hueso.

``Después que lo desmantelaron, los cubanos se dieron cuenta de que cualquier
invasión a la isla tiene que partir inexorablemente del Comando Sur'', explicó
Betancourt.

Los dos espías arrestados, Joseph Santos, alias Mario, y Amarilis Santos, alias
Julia, fueron desplazados desde Nueva Jersey a Miami a mediados de 1996, con
la misión específica de buscar empleo en el Comando Sur, después que se
anunció el cambio de instalaciones hacia el condado.

Ambos se declararon culpables, colaboraron con las autoridades y fueron
condenados a 48 y 43 meses de cárcel, respectivamente. Su colaboración con
las autoridades llevó a la posterior expulsión de tres diplomáticos cubanos
acreditados ante Naciones Unidas.

``La penetración del Comando Sur es la primera prioridad actual del
departamento. (...) el primer vicejefe del departamento será el encargado de
revisar el estado de la operación mensualmente'', dijo en un mensaje enviado el
24 de octubre de 1997 a los esposos Santos el oficial que los controlaba en
Miami, Ramón Vilariño, alias Alan u Oso.

El mensaje se refiere a una reunión realizada ese mes en La Habana entre los
altos jefes de la inteligencia, donde ``el general'' reafirmó la importancia de la
misión, pero también añadió que ``hasta este momento los efectos de la
penetración han sido nulos''.

De hecho, los Santos no lograron empleo en el Comando Sur, pero durante casi
dos años hicieron una rigurosa inspección de sus instalaciones. Mientras se
construían en el Doral, sacaron unas 130 fotos del lugar e hicieron un
levantamiento de los negocios y servicios en los alrededores.

La idea, tal como definió Vilariño en el mismo mensaje, era ``identificar los
establecimientos que ofrecen servicios al personal del Comando Sur y usarlos
como medios para establecer contactos''. Los esposos llegaron a visitar zonas
urbanizadas para buscar apartamento en los mismos barrios donde se suponía
iba a residir el personal militar.

En el mensaje, Vilariño añadió que los espías debían usar ``todos los medios''
para conseguir información desde adentro. Entre esos medios, sugirió, estaba
``obtener un trabajo allá dentro, reclutar personal que ya trabaja allí, establecer
relaciones con oficiales, familiares y trabajadores civiles'', entre otros.