El Nuevo Herald
1 de febrero de 2001

Revelan que un supuesto espía cubano colaboró con el FBI

Mantuvo a las autoridades parcialmente al tanto de los grupos del exilio

RUI FERREIRA
El Nuevo Herald

La Oficina Federal de Investigaciones (FBI) reclutó como informante confidencial
a un supuesto espía cubano quien, junto a Juan Pablo Roque, que escapó a la
isla, mantuvo a las autoridades estadounidenses parcialmente al tanto de las
actividades de las organizaciones de exiliados cubanos.

El detalle salió a relucir ayer, en otra sesión del juicio a cinco hombres
acusados de espiar para el régimen de La Habana.

Según Richard Giannotti, un agente del FBI con amplia experiencia en
investigaciones sobre el espionaje cubano en Estados Unidos, los contactos que
el acusado René González sostuvo a partir de octubre de 1996 con el agente
especial Al Alonzo, se dieron en el marco de una pequeña colaboración,
relacionada con una investigación sobre la fuga de Roque después del derribo de
dos avionetas de Hermanos al Rescate.

``[González] estaba obteniendo información por las preguntas que Alonzo le
hacía'', admitió Giannotti, interrogado por la fiscal federal asistente Caroline Heck
Miller.

Roque era, según las autoridades, un miembro de la Red Avispa desbaratada en
el sur de la Florida en 1998. Pero escapó a Cuba en febrero de 1996, el día
antes del derribo de las avionetas de Hermanos al Rescate. Durante su estancia
en Miami se ofreció como informante del FBI, que le pagó $7,000 por datos que
proporcionó sobre organizaciones del exilio.

En el caso de González, aunque no está claro si también se le pagó, se
desprende de la documentación incautada por las autoridades a la presunta Red
Avispa que sus vínculos con el FBI fueron siempre controlados desde La
Habana.

En sus contactos con Alonzo, el supuesto espía cubano, que estuvo infiltrado en
Hermanos al Rescate y el Movimiento Democracia, trató de apartarse del caso
de Roque y llegó a criticarlo con firmeza, de modo que las autoridades no
sospecharan que habían trabajado juntos para Cuba.

Según las descripciones de los encuentros con el FBI enviados por González a
la isla, en realidad éste le proporcionó poca información a las autoridades
estadounidenses, esgrimiendo siempre el argumento de que su colaboración con
organizaciones del exilio se debía a razones políticas.

``Le dije [a Alonzo] que no estaba seguro que advertiría al gobierno americano si
me enterara que estaban planificando tirarle una bomba en la cabeza a Fidel'',
escribió González en uno de sus informes.

Por otro lado, el jurado recibió una explicación por parte de uno de los pilotos de
Hermanos al Rescate sobre las actividades de la organización exiliada. Según
Guillermo Lares, hasta 1995 Hermanos al Rescate se limitaba a ubicar balseros
en el mar y llamaba a las autoridades para que los rescataran, después de
lanzarles un radio y botellas de agua.

``Después de las firmas de los acuerdos migratorios les dábamos una opción. Si
encontrábamos en alta mar a un grupo de gente que no estaba en peligro y
podía seguir viaje en busca de libertad, no advertíamos al Servicio
Guardacostas'', reveló Lares.

Lares explicó que en una ocasión, el 13 de julio de 1995, violó el espacio aéreo
cubano y voló sobre La Habana. ``Volamos a unos 1,000 pies de altitud. Tiramos
por las ventanillas pegatinas de la organización, nada más'', declaró.