Libertad (Miami)
Abril 4, 1975. p. 1, 16.

El Reverendo Espinosa: Agente de Castro

El sospechoso ministro religioso

Manuel Espinosa, ministro pentecostal de flamante investidura, acaba de llegar de un viaje autorizado por Washington y La Habana a la capital cubana. Al contrario de lo que ocurrió a Ramón Donéstevez y su expedición hace dos meses, Espinosa entró por la bahía habanera como "Pedro por su casa" y fue recibido personalmente por el dictador Fidel Castro, quien lo hizo objeto de agasajos.

En el destierro se hacen toda clase de especulaciones sobre la verdadera personalidad política de Espinosa. Son muchos los que lo sítúan como un agente del eficaz y numeroso aparato de espionaje comunista cubano en Estados Unidos.

Hijo de un fondero de La Habana Vieja que se vio envuelto en el asalto al Banco de Canadá en el Paseo del Prado bajo el gobierno del presidente Ramón Grau San Martín, Espinosa fungió como capitán del ejército castrista y tuvo a su cargo tareas como censor del periódico comunista "Revolución". Actuó también como hombre de confianza del asesino comunista Camilo Cienfuegos. Una vez en el exilio, tras haber sido sometido a detenciones e interrogatorios prolongados por las autoridades federales, actuó en Nueva York como agente de una empresa de seguros e informante policíaco. Fue allá que mostró su súbita y sospechosa vocación religiosa.

Hace unos meses, con el apoyo del Concilio de Iglesias Protestantes, que ha respaldado desde hace más de diez años a la tiranía comunista cubana en Estados Unidos, Espinosa logró entrevistarse con un alto funcionario del Departamento de Estado en Washington.

Antes había estado en entrevistas con el embajador castrista en las Naciones Unidas, Ricardo Alarcón, y mantenido peligrosas conexiones con un agente del espionaje cubano conocido por el "capitán Ovando", vinculado personalmente a Raúl Castro.

Se supone que, temeroso de que el Buró Federal de Investigaciones conociese de estos manejos, puso al tanto de los mismos al gobierno.

VIAJE A MEJICO

Hace unos meses, Espinosa visitó Méjico y conferenció con el embajador castrista Fernando López Muiño y con un dentista de apellido Díaz a quien se supone uno de los jefes de  la inteligencia comunista cubana allí. Tuvo el mal gusto de obsequiar al embajador Muiño un perro de la raza "poodle" que le llevó desde este país.

Es significativo que Espinosa fuese tratado a cuerpo de rey por Castro. Y que una vez que regresó a Estados Unidos, tras haber pedido ayuda por radio a los guardacostas americanos, dijo que los barcos de guerra de. Castro lo habían salvado. Inexplicablemente, las autoridades de Inmigración no lo molestaron ni a él ni a sus acompañantes al regresar a Miami.

Entre las gentes íntimamente vinculadas a Espinosa se halla un personaje de oscuros antecedentes políticos, de apellido Armando Fojón, quien fue mantenido bajo custodia por la autoridad federal en una estación próxima a Tampa durante largo tiempo,