El Nuevo Herald
Jan. 26, 2005

Cuestionan el uso de la fuerza en el caso Elián

WILFREDO CANCIO ISLA
El Nuevo Herald

La agente especial que sacó en brazos a Elián González de la casa de sus familiares en La Pequeña Habana había visitado el vecindario y compartido con manifestantes en el lugar horas antes del operativo armado para reunir al niño balsero con el padre en Washington, declaró ayer una testigo de un proceso civil contra el gobierno de Estados Unidos.

''La mujer que se llevó a Elián estuvo esa noche en el jardín de mi casa'', declaró Armanda Marta Santos, de 69 años. ``Estuvo preguntando qué había detrás de la casa''.

Santos señaló que cuando vio por televisión las imágenes del asalto de 131 agentes federales a la casa de la familia González en Miami, se percató de que la mujer que cargó a Elián hasta la furgoneta gubernamental era la misma persona que había conversado allí con ella escasas horas antes.

El testimonio de Santos se refería a la agente especial Betty A. Mills, quien desempeñó un papel crucial en la llamada Operación Reunión, la madrugada del 22 de abril del 2000. Mills, una veterana de operaciones tácticas con buen dominio del español, fue la encargada de entrar a la casa, localizar a Elián y permanecer junto a él durante el vuelo hasta una base aérea en Maryland, donde aguardaba su padre, Juan Miguel González.

Luego de ser amenazada de muerte y recibir protección especial del gobierno, Mills, de 37 años, fue trasladada del distrito de Miami.

Las declaraciones de Santos cerraron la segunda jornada del juicio contra el gobierno de EEUU bajo acusaciones de uso excesivo de fuerza durante el operativo armado. Los 13 demandantes, representados por la organización Judicial Watch, reclaman compensaciones de $250,000 por daños físicos y secuelas emocionales.

Santos, residente de la misma cuadra de la familia González en La Pequeña Habana, insistió en que su propiedad fue violada por agentes federales, quienes rompieron la cerca del jardín y rociaron con gas paralizante a varios vecinos y manifestantes que permanecían allí la madrugada del asalto.

Su intervención estuvo matizada por un puntilloso interrogatorio de la abogada de la defensa, Kimberly Ziropoulos, quien trató de determinar dónde se encontraba exactamente la demandante en el momento del operativo.

Los cuatro demandantes que testificaron ayer reforzaron el criterio de supuestos atropellos, lanzamiento de gas y acciones violentas innecesarias por parte de agentes enmascarados, con quienes nunca tuvieron contacto físico.

''Fue un momento de pánico'', declaró Lesly Alvarez ante el juez federal K. Michael Moore. ``Me he quedado con un sentimiento permanente de temor a que alguien pueda entrar de repente en mi casa para agredirme''.

Alvarez confesó que no ha podido acceder a tratamiento psicológico ``porque no tengo seguro médico''.

Se espera que hoy concluyan los testimonios de los demandantes y comiencen a declarar los testigos del gobierno, que ascienden a 16.