El Nuevo Herald
October 12, 1998
 
España planta bandera de la inversión en Latinoamérica

 JAVIER LYONNET
 Especial para El Nuevo Herald

 Desde que las inversiones españolas en América Latina comenzaron a
 robustecerse, a fines de la década de 1980, ese fenómeno ha sido
 descrito insistentemente como ``el segundo descubrimiento'' o ``el nuevo
 desembarco''. Los empresarios de la ``madre patria'' han sido descritos
 como conquistadores que han cambiado sus armaduras por trajes caros,
 sus mosquetes por maletines y los espejitos de colores por gruesas
 billeteras.

 Alvaro Rengifo, director general de política comercial e inversiones
 exteriores del ministerio de economía y hacienda de España, considera
 que esta visión neocolonialista es una desventaja.

 ``En algunos países, como Perú, se ha percibido como una segunda
 conquista y es muy importante que las empresas y nuestro gobierno
 expresen que estas apuestas son a largo plazo, y no intentos de
 descapitalizar un país'', dijo Rengifo a El Nuevo Herald durante una
 reciente visita a Miami.

 El funcionario señaló que ``hay que cuidar la forma para que esto no sea
 malinterpretado y no crear equívocos''. Especialmente si se tiene en
 cuenta que las mayores inversiones se han realizado a través de
 participaciones en licitaciones y fusiones con empresas estatales para la
 prestación de servicios.

 Más allá de eso, Latinoamérica sólo presenta ventajas para la inversión
 española. Desde 1990, más de $17,000 millones de capital español han
 tenido a América Latina como destino y las estimaciones más optimistas
 señalan que para el año 2000 se podría llegar a $30,000 millones.

 Entre 1995 y 1998, España ha sido el segundo inversor extranjero, sólo
 superado por Estados Unidos. En algunos países, como Colombia y
 Perú, ocupó el primer lugar en 1997. A partir de 1995, más de 45 por
 ciento de las inversiones españolas en el exterior han estado dirigidas a
 América Latina

 Los sectores en los que se ha concentrado el interés son los más
 pujantes, y en muchos casos, menos desarrollados de la región: banca
 --``el más vistoso'', a juicio de Rengifo--, energía, transporte y
 telecomunicaciones. Grandes empresas españolas del sector petrolero
 (Repsol), los seguros (Mapfre), las telecomunicaciones (Telefónica de
 España, Televisión Española), la infraestructura eléctrica (Endesa),
 transporte aéreo (Iberia), el gas natural (Gas Natural Latinoamericana) y
 construcción (Dragados, Entrecanales, Fomento de Construcciones y
 Contratas).

 El Grupo Santander y el Banco Bilbao Vizcaya (BBV), las dos
 principales instituciones bancarias españolas son, en ese orden, los
 bancos extranjeros más importantes de América Latina. En julio de
 1998, Santander tenía $60,900 millones en activos en los 14 países de la
 región en los que está establecido, controlando un 6 por ciento de la
 banca comercial. El BBV, con $36,900 millones en activos, se encuentra
 por delante del Citibank.

 Una de las consecuencias más visibles de este aluvión de inversiones es
 la concreción, en los hechos, de elementos que habían sido simbólicos.
 ``Ese puente entre España y Latinoamérica, que siempre ha sido una
 frase retórica, ahora ya es una realidad'', afirmó Rengifo.

 ``La relación histórica cultural, la lengua y la proximidad geográfica en el
 sentido de antigua vinculación metrópoli-colonia, es una relación
 privilegiada que no se transformaba en realidad; somos ahora un socio
 inversor que antes no éramos'', agregó.

 Rengifo destacó el ``efecto catalizador'' que ha generado el interés de
 España en la región. ``Cuando un país que está dentro de la zona Euro,
 apuesta de manera tan decidida por un país, eso tiene un efecto de
 arrastre sobre otros inversores'', indicó.

 De acuerdo con el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), las
 inversiones directas en la región se han quintuplicado en la última década,
 convirtiendo a América Latina en el segundo destino predilecto de
 inversiones en el mundo, luego del Sudeste de Asia.

 El impulso español ha sido clave en este proceso, pero también las
 políticas adoptadas por los países. ``América Latina ha estado haciendo
 muy bien sus deberes, mejorando sus cuadros y marcos
 macroeconómicos y legales, privatizando; a eso se añade la liberalización
 generalizada de las economías'', dijo Rengifo.

 La idea de que España quedaría aislada en medio de un acelerado
 proceso de globalización es otra de las razones para el crecimiento de las
 inversiones en el continente americano, sostiene Joaquín Roy, profesor
 de estudios internacionales de la Universidad de Miami.

 A pesar de que los inversores más fuertes, como Telefónica de España,
 Santander y Bilbao Vizcaya consideran cerrados sus proyectos de
 expansión geográfica, se espera la concreción de muchos más negocios.
 Estos mismos conglomerados no descartan nuevas inversiones, a medida
 que las oportunidades se presenten.

 La solidez conseguida, sin embargo, respalda nuevos emprendimientos.
 ``Luego de las privatizaciones hay una nueva oleada de inversiones por la
 necesidad de crear infraestructuras, por la modernización intensa que ha
 habido en algunos sectores'', dijo Rengifo. Para los pequeños
 empresarios ibéricos, la presencia de los bancos representa ``cierta
 garantía de mayor estabilidad en el mediano y largo plazo'', añadió.

 Cuatro años y $2,500 millones después de su desembarco, el BBV tiene
 en América Latina una red de 1,500 oficinas (que espera duplicar), en
 las que trabajan casi 33,000 personas (más que en las 2,829 oficinas del
 banco en España), atendiendo al 55 por ciento de todos los clientes de la
 institución, quienes dejan un 28 por ciento de los beneficios del BBV.

 El Santander, que ha invertido más de $3,000 millones con 1,409
 oficinas, tiene como objetivo conseguir que el 50 por ciento de sus
 ganancias provengan de América Latina. Actualmente se ubican en un 25
 por ciento.

 Mientras algunos analistas consideran que el recrudecimiento de la
 competencia bancaria es bienvenida porque abarató el precio del dinero,
 los bancos españoles también reciben críticas. El presidente de la
 Federación Empresarial de la Industria de Venezuela, Henry Gómez
 Alberti, los acusó de dedicarse a recoger capital para invertir en otros
 países.

 En el sector de las telecomunicaciones, mientras tanto, Telefónica de
 España opera más líneas fijas que en España, desde que en julio pasado
 se adjudicó el servicio de seis millones de líneas en el estado brasileño de
 Sao Paulo. Estas se sumaron a los 11.6 millones de clientes que tiene
 Telefónica, la primera verdadera multinacional española, según The Wall
 Street Journal, en otros países.

 También esta empresa ha encontrado obstáculos. Ocho asociaciones de
 consumidores de Latinoamérica se unieron recientemente a la
 Confederación Española de Consumidores y Usuarios para luchar contra
 lo que consideran abusos tarifarios de Telefónica de España.

 Analizando el futuro, Rengifo identificó al sector energético como el más
 interesante en cuanto a sus posibilidades de desarrollo. ``Va a seguir
 siendo uno de los más fuertes'', dijo, refiriéndose al nivel de inversiones
 que podría recibir desde España. También destacó que las obras
 públicas, los proyectos de concesiones privadas de puertos, de gestión
 de residuos urbanos y, particularmente, de descongestionamiento
 urbano, serán alternativas atractivas para los inversores españoles.

 ``Como en América hay muchas megalópolis, eso va a dar mucha
 cancha, dado que España lleva muchos años semiprivatizando la gestión
 urbana'', indicó Rengifo.

 España ha plantado bandera y seguirá contando con la ventaja
 comparativa del idioma, de conocer sobre los países americanos lo que
 no se aprende en los libros.
 

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