El Nuevo Herald
Sun, Feb. 22, 2004

Un chivo expiatorio para la corrupción en Cuba

  WILFREDO CANCIO ISLA
  El Nuevo Herald

  Las turbias operaciones comerciales que por años han penetrado el mercado libre de impuestos (duty free) en Cuba, parecen tener una cabeza criminal visible: Iván Esteva, gerente cubano de la firma española Provimar.

  Pero en la trama de corrupción y contrabando que salpica a varias dependencias estatales cubanas, entre ellas la megacorporación CIMEX, fuentes consultadas por El Nuevo Herald coinciden en señalar a Esteva como el ''chivo expiatorio'' para encubrir las irresponsabilidades administrativas y las violaciones legales cometidas por funcionarios de alto rango, y para eximir de culpas a empresarios extranjeros.

  'Todo el mundo sabe que Iván [Esteva], a quien por algo le llamábamos `Iván, el Terrible' ha sido una pieza importante en estos manejos financieros; pero de ahí a que pague por los platos rotos de los máximos jefes cubanos y extranjeros es otra cosa'', dijo un ex empleado de Provimar que pidió anonimato. ``Es evidente que aquí quieren tirarle la toalla a los extranjeros''.

  Esteva, hijo de un oficial del Ministerio del Interior, fue arrestado a finales del pasado año cuando procedió a extraer, repetidamente, altas sumas en efectivo de la cuenta establecida por Provimar en el Banco Financiero Internacional en La Habana.

  La Seguridad del Estado pensó entonces que fraguaba un plan de deserción, pero en realidad sólo procedía a cumplir la orden de suplantación de la firma española a favor del consorcio suizo Weitnauer (identificado como DUFRY Group desde octubre del 2003), que ya lo había nombrado gerente de su sucursal cubana.

  Como resultado de la investigación policial en curso, al menos una decena de funcionarios de CIMEX, el Ministerio del Comercio Exterior (MINCEX) y la Cámara de Comercio de Cuba, han sido procesados junto a Esteva, sin que pueda precisarse aún cuánto demorará el juicio.

  Ni los medios oficiales ni los funcionarios gubernamentales cubanos han hecho hasta ahora mención alguna al caso. La única referencia tácita apareció el pasado octubre en el boletín electrónico Cuba Negocios, que se edita en Madrid.

  ''Ultimamente en Cuba se pueden quitar el nombre'', informó una nota de la publicación bajo el título de ''Aviso para Navegantes''. ``En Cuba se hace a lo grande, robando el nombre de una empresa, incluido el registro de la Cámara de Comercio, la clientela y las cuentas bancarias''.

  Sin mencionar nombres y firmas, Cuba Negocios relató que ''un empresario español se bajó del avión y esperando la maleta se enteró que ya no tenía empresa en Cuba'' [porque] "una feroz multinacional, disfrazada de empresa mexicana, se había subrogado en sus licencias ante la Cámara de Comercio y, más increíble aún, en sus cuentas bancarias, donde falta una cifra cercana al millón de dólares''.

  Obviamente, la información alude a las pugnas entre Provimar y el imperio suizo Weitnauer, con la asistencia de Weitnauer México, por el monopolio del mercado duty free en tiendas de la isla.

  Weitnauer México dijo a El Nuevo Herald que su participación en el asunto se limitó exclusivamente a tramitar documentos a petición del grupo central Weitnauer, con sede en Basilea. DUFRY (Weitnauer) America, radicada en Miami, confirmó que la sucursal mexicana responde directamente a las órdenes de Suiza.

  En una carta aclaratoria al MINCEX de junio del 2003, el empresario español Juan Sunet, gerente general de Provimar, se quejó del comportamiento de empresas nacionales como la Agencia de Contratación a Representaciones Comerciales (ACOREC) por romper el contrato vigente de suministro de fuerza laboral y poner a todos los trabajadores al servicio de Weitnauer México.

  Pero Sunet también afirmó que durante sus años de operaciones en Cuba ''no había realizado actividad comercial alguna de las prohibidas [ni] violado las regulaciones en materia de contratación del personal que presta servicio en las sucursales'', afirmación que cuestionan ex empleados de Provimar.

  Testimonios obtenidos por El Nuevo Herald indican que al menos ocho empleados de Provimar trabajaban ilegalmente en el Aeropuerto Internacional José Martí, donde tenían depósito aduanal privado y mantenían hasta un vehículo propio en contra de las normas de seguridad interna.

  ''Fui testigo varias veces de que hasta los agentes de la Aduana General de la República (AGR) se hacían de la vista gorda cuando empleados de Provimar se movían por las áreas restringidas'', manifestó un hombre que trabajó subordinado a Esteva. ``Los inspectores sanitarios apenas miraban los alimentos, bebidas y perfumes que entraban al mercado sin haberlos registrados previamente''.

  Los mismos empleados entrevistados apuntan que el creciente éxito de Provimar en el ámbito cubano se debió a las enérgicas relaciones públicas que puso en práctica Esteva con el visto bueno de Sunet.

  ''En cualquier gasolinera de [el barrio habanero de] Miramar se sabe que Iván le cogió el juego al sistema'', expresó una fuente del MINCEX. ``Lo que está saliendo en la investigación es muy gordo''.

  Según la fuente, las vigorosas relaciones públicas de Esteva incluían cenas frecuentes con el general Rogelio Acevedo, presidente del Instituto de Aeronáutica Civil de Cuba (IACC); pagos de viaje a España, con vestuario y viáticos incluidos, a directivos de CIMEX; y generosas cestas de regalos que incluían hasta relojes suizos, de acuerdo con el rango del beneficiario.

  El Nuevo Herald dejó varias llamadas a Sunet con su secretaria en Barcelona, pero nunca obtuvo respuesta del empresario.

  Otro ex empleado de CIMEX recién exiliado en Miami se refirió a la ''política de empleo'' de Esteva, caracterizada por colocar en la sucursal a personas comprometidas con sus propios clientes.

  El caso más alarmante fue el de Maritza Mederos, quien era compradora de CIMEX y pasó a Provimar para desempeñar funciones comerciales y de relaciones públicas. Mederos figura en la lista de encausados.

  ''Los regalos de Iván ablandaban a cualquiera'', comentó un individuo que laboró vinculado a Mederos. ``Había una atención muy especial para los directivos de ACOREC''.

  Esa referencia apunta a Gilda Cuesta, presidenta de ACOREC, y Manuel Barceló, vicepresidente, quienes presuntamente subastan puestos de trabajo violando los procedimientos legales.

  El tráfico de influencias potenciado por Esteva en todos los niveles, facilitaba así que los productos de Provimar se codificaran con los precios más bajos posibles de venta al público. Incluso tenía acceso previo a las ofertas de los demás proveedores, para que pudiera mejorar las de Provimar a su conveniencia.

  Provimar tenía abierto su filial cubana desde 1995, a través de un contrato de suministro para la venta a bordo en Cubana de Aviación. Así ha venido embarcando sus mercancías por avión con los más bajos costos de flete, y a menudo gratis.

  Las sumatorias de esas concesiones preferenciales con el desbarajuste aduanero y las brechas de seguridad en el aeropuerto de La Habana, pueden explicar las ganancias de Provimar, suficientes para respaldar las dádivas que Esteva otorgaba a las autoridades de la Aduana y el MINCEX, así como a los funcionarios de la nomenclatura empresarial.

  Fundada en 1972, Provimar cuenta con más de 40 almacenes en España, Cuba, Gibraltar, Kosovo, Bosnia-Herzegovina y Cambodia. El volumen de sus operaciones en la isla en los últimos tres años fue de $4 millones, distribuyendo en exclusiva mercancías que burlan el embargo estadounidense como los chocolates Tobleron (Kraft) y los perfumes Hugo Boss (Procter & Gamble).

  La controversia por la exclusividad en el mercado duty free cubano ha quedado zanjada, con el restablecimiento de la licencia a Provimar y el espacio acreditado a Weitnauer (Dufry), que comercializa los cigarros Marlboro en la isla.