El Nuevo Herald
15 de julio de 2001

 El secreto y la desconfianza rigen las inversiones extranjeras en Cuba

 Muchas empresas extranjeras prefieren mantener una presencia muy discreta en la isla

 TONY SMITH / AP
 LA HABANA

 ¿Está usted preparando su maletín ejecutivo para un viaje de negocios a Cuba? Pues no olvide su equipo de espionaje.

 La economía en esta isla comunista dirigida por Fidel Castro, aunque todavía bajo estricto control oficial, está cambiando. Claro que hay ansias de recibir inversiones extranjeras, pero al momento de hacer negocios, olvide su postgrado en finanzas y mejor vaya y alquile una película detectivesca o léase un libro de espionaje.

 ``No me gustaría decir que mi trabajo es como el trabajo de un detective, parece que es espionaje'', dijo Jesús Murojosa Ramos, el amable delegado de la sección
 comercial de la embajada de España en Cuba.

 ``Pero de que es difícil lograr estadísticas en Cuba, es. Y es difícil hacer negocios sin estadísticas, porque las empresas quieren siempre saber qué hace la
 competencia'', agregó.

 El secreto y la desconfianza no provienen necesariamente de los funcionarios gubernamentales, por años incentivados a despreciar las ganancias financieras, las leyes del libre mercado y otras tendencias del capitalismo.

 La comunidad empresarial extranjera --entre la extrema sensibilidad de los funcionarios cubanos y el temor a represalias de EU por infringir el embargo norteamericano-- generalmente tiene sus labios sellados, y algunas veces demuestra una afinidad casi patológica por la discreción

 John Kavulich --director del Consejo Económico y Comercial de Estados Unidos-Cuba, un grupo no gubernamental que estudia la economía de la isla-- afirmó que
 muchas empresas extranjeras comerciando o invirtiendo en Cuba ``quieren mantenerse fuera de la pantalla del radar'' por muchas razones.

 Comentarios públicos que irriten al gobierno de La Habana pueden llevar a pagos retrasados, e incluso someter a esas empresas al escrutinio y posibles sanciones de Estados Unidos, afirmó Kavulich.

 ``Lo siento, no estamos autorizados a revelar los nombres de las empresas canadienses que trabajan aquí'', dijo un funcionario de la sección comercial de la embajada de Canadá.

 ``Imposible'', dijo Alain Marinetti, director comercial del gigante francés de la construcción Bouyges, cuando The Associated Press le solicitó conversar sobre sus
 proyectos actuales en La Habana, que se afirma incluyen por lo menos dos hoteles.

 ``Lo siento, pero no tenemos a nadie allá que tenga la autorización para hablar con usted'', dijo Isabel Moreno en la oficina de prensa del banco español Caja Madrid, con una participación accionaria mayoritaria en una asociación con la Corporación Financiera Habana, que se ha dicho planea instalar una serie de cajeros automáticos en la capital cubana.

 Manuel Núñez Fernández, representante de Caja Madrid, inicialmente aconsejó a la AP a hablar con la oficina de Moreno en la capital española.

 A eso se agrega que por el lado cubano reina un estilo parecido al de los empleados estatales en el desaparecido bloque socialista europeo -- ``el estado pretende que nos paga y nosotros pretendemos que trabajamos''-- y tenemos una receta para la más plena frustración.

 La última edición de ``Cuba: una guía para los hombres de negocios canadienses'', elaborada por la embajada de Canadá en la isla, afirma que los negociadores cubanos están ``excepcionalmente bien preparados'', pero que algunas veces se concentran en ``las ganancias financieras a corto plazo que puedan aliviar de inmediato la escasez de divisas y tecnología del país''.

 ``Las negociaciones con entidades del gobierno cubano están caracterizadas por una gran desconfianza hacia las motivaciones del capitalismo'', agregó el reporte,
 añadiendo que obtener la aprobación para una empresa mixta puede llevar hasta tres años.

 El informe también afirmó que las tácticas de negociación cubanas con frecuencia no siguen ``lo que ejecutivos extranjeros considerarían un `trato de buena fe'''.

 ``De la misma forma en que un vendedor de autos asegura que su jefe no aprobará el negocio que acaba de hacer, los negociadores cubanos con frecuencia descubren restricciones previamente no reveladas'', afirmó el reporte.