El Nuevo Herald
5 de noviembre de 2001

El Chapare divide a gobierno y cocaleros

 Agence France Presse
 LA PAZ

 El gobierno del presidente Jorge Quiroga advirtió ayer que no permitirá el cierre desde mañana de la principal carretera de Bolivia por parte de los cultivadores de coca
 que se oponen tenazmente a su política antinarcóticos en el central Chapare, otrora emporio del narcotráfico.

 ``No podemos permitir que se bloquee las carreteras por donde transita el 70 por ciento de la producción nacional'', afirmó el ministro de la Presidencia y mano derecha
 del mandatario, José Luis Lupo, tras señalar que la militarización de la zona convulsa, con 4,000 efectivos hace diez días, ``es de carácter preventivo''.

 ``El bloqueo de caminos es el peor enemigo de la reactivación económica'', uno de los principales empeños de la administración de Quiroga, que completa el mandato
 del ex presidente Hugo Banzer, dimitente hace tres meses por razones de salud.

 El gobierno reforzó ayer con unos 4,000 efectivos el control en la zona, donde ya permanecía un contingente de unos 3,000 uniformados y en donde La Paz destruyó
 entre 1998 y el 2000 alrededor de 38,000 hectáreas de coca ilegal destinada a la fabricación de droga.

 El foco principal de la acción militar y también de los cocaleros inconformes es un tramo de 250 km de la carretera que vincula de oeste a este el país.

 La decisión fue adoptada después de que los sindicatos cocaleros liderados por el diputado radical Evo Morales ratificarán su determinación de cerrar la ruta en
 demanda del cultivo libre de un cato (medida aymara equivalente a 40 m2) de coca para empleo familiar, pretensión a la que La Paz se opone por considerar que se trata
 de una producción destinada al narcotráfico.

 Los cultivos de coca en el Chapare son considerados excedentarios e ilegales.

 ``La consigna es `Bloqueo o muerte', y bajo esas características vamos a asumir la defensa de nuestra producción de coca'', enfatizó por su parte el dirigente campesino
 Delfín Olivera.

 Entre tanto, el encargado gubernamental de la lucha antidrogas, Osvaldo Antezana, explicó que ``nosotros no podemos ir en contra de la ley, por tanto no podemos
 aceptar que se haga una siembra, así sea de 40 m2''.

 Tras acusar a Morales de haber rechazado ``sospechosamente'' una propuesta que multiplicaría hasta por tres los ingresos provenientes del cultivo de un cato de coca,
 insistió en que los sindicatos del Chapare ``lo único que quieren es seguir amedrentando, seguir amenazando, seguir cortando las rutas interrumpiendo el desarrollo del
 país''.

 En el marco de un programa de empleo masivo, subrayó la oferta de dotar con 470 bolivianos ($70) al mes a los ``verdaderos'' agricultores del Chapare para que cultiven
 entre otros productos piña (ananá), banano, pimienta y palmito.
 
 
 
 

                                 © 2001 El Nuevo Herald y servicios de agencias. Reservados todos los derechos.