El Tiempo (Bogota)
Julio 14, 2002

Balaguer: un patriarca de mano dura que tuvo un idilio de 25 años con el poder

                Joaquín Amparo Balaguer Ricardo, fallecido este domingo a los 95 años, gobernó República
                Dominicana durante cinco lustros, primero a la sombra del dictador Leónidas Trujillo, antes de ser
                reinstalado en los años 60 por los marines estadounidenses y de convalidar su cargo en elecciones
                de dudosa limpieza.

                Balaguer, nacido el 1 de septiembre de 1906 en Villa Navarrete (provincia de Santiago), había
                llegado por vía administrativa a ser una pieza clave del régimen de Trujillo, dueño del poder desde
                1930 hasta el 30 de mayo de 1961, cuando fue muerto a tiros.

                Un año antes, en una de sus periódicas mascaradas electorales, el tirano había convertido a
                Balaguer en "presidente electo".

                En ‘La Fiesta del Chivo’, el escritor peruano Mario Vargas Llosa lo retrata como un hábil e insondable
                sobreviviente del entorno de Trujillo.

                En su página de internet, el también llamado ‘caudillo del siglo’ sostiene que le cupo entonces "la
                misión de encaminar al país hacia su democratización política".

                Las turbulencias políticas lo forzaron así y todo a exiliarse en 1962 en Nueva York.

                Pero en abril de 1965, Estados Unidos despachó a Santo Domingo 42.000 militares para sofocar un
                levantamiento civico-militar en apoyo al presidente izquierdista Juan Bosch, quien había sido
                derrocado por generales en 1963.

                Balaguer fue buscado en Nueva York y propuesto como "candidato" electoral en medio de la
                ocupación norteamericana y de una cacería de connotados rebeldes.

                A mediados de 1966, Balaguer vuelve al poder, nuevamente como "presidente electo". Con un estilo
                autoritario y represivo, fue reelecto luego para los periodos 1970-74, 1974-78, 1986-90, 1990-94 y
                1994-96, en comicios que solían ser denunciados como escandalosos fraudes por la oposición.

                Balaguer solo estuvo fuera del poder entre 1978 y 1986, periodo en el que se sucedieron los
                gobiernos socialdemócratas de Antonio Guzmán -quien se suicidó al fin de su mandato- y Salvador
                Jorge Blanco, quien fue ulteriormente juzgado y condenado por corrupción.

                El hombre le había tomado gusto al cargo, e incluso soñó con volver a presentarse en el 2000,
                cuando ya estaba ciego y sordo y era incapaz de mantenerse de pie durante más de diez minutos.

                Balaguer siempre gobernó con mano de hierro, y en sus últimas administraciones se preocupó por
                emprender obras que cambiaron la faz de Santo Domingo, tildadas como faraónicas por sus
                enemigos políticos.

                Las denuncias de fraude después de su última elección fueron corroboradas por varios organismos y
                decenas de observadores internacionales e impactaron en un amplio sector de la ciudadanía
                dominicana. El ya anciano gobernante perdió respaldo y estuvo amenazado por estallidos populares.

                Bajo presión de Washington, aceptó entonces la fórmula de no reelección y el recorte de cuatro a dos
                años de su séptimo mandato, que culminó en 1996.

                Su influencia, sin embargo, resultó decisiva en el triunfo presidencial del candidato Leonel Fernández
                con un "Frente Patriótico".

                Ya fuera del poder, Balaguer recibió en 1998 la visita de su enemigo histórico, el presidente cubano
                Fidel Castro, que lo superó en tiempo de permanencia en el poder (gobierna la isla desde 1959).

                Balaguer también tuvo una vida literaria, sorprendiendo a los 14 años con la publicación de los libros
                ‘Salmos Paganos’ y ‘Claro de Luna’.

                Su obra más conocida es ‘Memorias de un cortesano de la era de Trujillo’, verdadero legado político,
                y también se destacan ‘El Cristo de libertad’ e ‘Historia de la literatura dominicana’.

                Santo Domingo
                AFP