El Nuevo Herald
December 10, 1998
 

Violación como sistema

Vladimiro Roca Antunez


 Prisión de Ariza, 13 de noviembre-- La celebración del 50 aniversario de la
 promulgación de la Declaración Universal de Derechos Humanos y
 algunos artículos aparecidos en la prensa me han estimulado a hacer
 algunas consideraciones al respecto.

 El hecho de que hasta la prensa cubana esté dedicando artículos a dicho
 acontecimiento demuestra, sin lugar a dudas, la importancia y vigencia que
 mantiene dicha Declaración, incluso para el gobierno cubano; a pesar de
 haber pasado medio siglo de su promulgación.

 Existen criterios oficiales y oficiosos, sobre todo en países que tienen
 gobiernos de corte autoritarios o totalitarios, de que los derechos más
 importantes son: el derecho a la vida y los llamados derechos colectivos,
 como el derecho al desarrollo, derecho a la asistencia médica, derecho a la
 educación. Criterios que están fundamentados en la preponderancia que
 tienen estos tipos de gobierno sobre la sociedad civil.

 Estos criterios y opiniones se utilizan por estos gobiernos para tratar de
 ocultar las violaciones que realizan de los derechos consignados en la
 Declaración Universal de Derechos Humanos, alegando la primacía de los
 derechos colectivos sobre los individuales, los cual es, entre otras cosas,
 una contradicción jurídica mayúscula y un gran juego de palabras para
 deformar la verdad; pues, ¿cómo se puede hablar de respeto a los
 derechos colectivos si no se respetan los derechos individuales? Esta es
 una de las formas que utilizan dichos gobiernos para violar los derechos
 individuales de los ciudadanos y de cierta forma, burlarse de los
 organismos internacionales encargados de verificar las violaciones de
 dichos derechos.

 La base de derecho, en general, son los derechos individuales, ya que es
 precisamente el individuo el primer objeto del derecho en cualquier país y
 época, que junto con la familia, forman el verdadero fundamento de toda la
 sociedad humana.

 La sociedad civil se compone de individuos concretos diferentes y con
 intereses particulares y generales definidos y que se agrupan según sus
 intereses y característica generales.

 Anteponer los derechos colectivos a los derechos individuales es otra de
 las formas que tienen los gobiernos autoritarios y totalitarios de imponerle a
 la sociedad sus planes y deseos; que en los más de los casos, no son
 compartidos por la mayoría de la población.

 Veamos estos planteamientos desde un ángulo más concreto.

 ¿Cómo se puede hablar de derecho al desarrollo de un país, si no se
 permite a sus ciudadanos invertir en la economía de su país, lo que se
 permite a los extranjeros, y mientras tanto se mantiene a la mayoría de la
 población con un nivel de vida por debajo del que pudieran tener con el
 fruto de sus esfuerzos empresariales y laborales?

 ¿Cómo se puede hablar del derecho a la salud si a las personas no se les
 permite escoger la institución médica donde quieren atenderse y los
 médicos que desea consultar?

 ¿Cómo se puede hablar del derecho a la educación si la familia no tiene
 derecho a escoger el tipo de escuela y la educación que desea para sus
 hijos?

 ¿Cómo se puede hablar de dignidad de un pueblo si no se respeta la
 dignidad de cada miembro de la sociedad?

 ¿Cómo se puede hablar de soberanía popular si no se respeta el derecho
 individual de los ciudadanos a la libertad de expresión, de reunión y de
 asociación?

 ¿Cómo se puede hablar de autodeterminación de los pueblos, si no se les
 permite a los ciudadanos manifestarse libremente en los medios de
 comunicación sobre el sistema de gobierno, las medidas que toma y sobre
 la capacidad de quienes están al frente del gobierno?

 ¿Cómo se puede hablar de democracia, si se ofrece a los extranjeros
 bienes y servicios que se niegan a los nacionales por la decisión de una o
 varias personas; violando incluso derechos reconocidos en la Constitución?

 Las respuestas honestas, dignas y objetivas a estas preguntas pondrán en
 una perspectiva correcta la importancia y vigencia de los derechos
 recogidos en la Declaración Universal de Derechos Humanos y la
 necesidad de continuar la lucha por su defensa y su aplicación plena y sin
 restricciones en todos los países, como una de las vías principales para
 garantizar el pleno desarrollo de la persona humana y ayudar a alcanzar la
 paz, la fraternidad y solidaridad en todo el mundo.

 Preso político cubano, es uno de los cuatro autores del documento `La
 Patria es de Todos', y lleva 512 días a la espera de la celebración de su
 juicio por el régimen de Castro.
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