El Nuevo Herald
Jun. 20, 2004

Decenas se manifiestan contra las nuevas regulaciones de viajes a Cuba

DANIEL SHOER ROTH
El Nuevo Herald

"La familia cubana no olvidará la falta de respeto'', rezaba ayer una pancarta pegada a la ventana de un vehículo en una de las caravanas de protesta.

''Mami, regreso en 3 años'', decía otro afiche, que tenía una foto ampliada a color de Isidra Arias en su casa de Placetas, Villa Clara, soplando las velas del pastel de sus 95 años, que celebró en la isla recientemente junto a su hijo, Damián Díaz, quien reside en Miami desde hace dos décadas.

Parado en las escaleras de la Ermita de la Caridad antes de la misa del mediodía, Díaz, quien viaja anualmente a Cuba para compartir con Arias su aniversario de vida, cargaba el afiche tras llegar de una manifestación en Hialeah.

''Ojalá que Dios le dé salud para que pueda estar con ella en sus 98. Pero no creo que me pueda esperar tanto para celebrar su cumpleaños'', comentó, acongojado, Díaz, de 58 años. ``No puedo creer que me priven de verla, que nos priven de nuestros lazos naturales con la familia, que para los cubanos es tan primordial''.

Sentimientos como los de Díaz se pusieron de manifiesto ayer en Miami de forma patente en protestas contra las medidas anunciadas esta semana por el gobierno estadounidense que restringen los viajes y envíos de dinero a Cuba, las cuales entrarán en vigor el próximo 30 de junio.

Decenas de cubanoamericanos se conglomeraron en dos caravanas y otros actos de repudio durante una jornada que analistas definieron como el comienzo de un proceso de rechazo a las regulaciones aprobadas por la Oficina de Control de Bienes Extranjeros (OFAC) del Departamento del Tesoro.

Las medidas establecen que sólo se podrá visitar a familiares cercanos en Cuba cada tres años por un máximo de 14 días. Quedan excluidos tíos, primos y amistades. Entre otras restricciones, las remesas únicamente se podrán enviar a esposos, padres, hijos y abuelos.

Aunque el exilio está dividido entre quienes apoyan o critican las medidas, los cubanoamericanos que salieron a la calle a rechazarlas sostienen que éstas atentan contra la unidad familiar.

''Estas medidas no castigan al gobierno de Castro, sino a la familia cubana, a quien la administración [federal] le está determinando quiénes son sus parientes y a quiénes pueden o no ayudar'', opinó el abogado Alfredo Durán, dirigente del Comité Cubano por la Democracia (CCD). ``Esto no lo va a tolerar el exilio cubano''.

Otros, sin embargo, están a favor de la política aplicada por el gobierno del presidente George W. Bush, y sostienen que quienes están en contra son un grupo más pequeño.

''No creo que esa cantidad de personas [en las protestas] representa un rechazo mayoritario dentro de esta comunidad, pero están en su perfecto derecho de manifestar su descontento'', afirmó Ninoska Pérez Castellón, directora del Consejo por la Libertad de Cuba (CLC).

''Los que están a favor de estas políticas'', continuó la comentarista radial, ``las entienden como una forma de parar los ingresos que mantienen en pie al régimen de Fidel Castro, y así poner fin al sufrimiento del pueblo cubano''.