La Crónica (San Juan, P.R.)
Junio 1986, página 4

CASTRISTA DIRIGE ARCHIVO DEL EXILIO

     El profesor castrista Miguel A. Bretos ha creado un llamado Archivo del Exilio cubano en Florida International University en Miami, que puede servir como fuente de información para los agentes de inteligencia de Cuba. Ocultando su historial de activismo castrista, Bretos ha conseguido el apoyo para su proyecto de distinguidas figuras del exilio cubano, como el doctor Guillermo Martinez Márquez, quien el 17 de marzo habló en el acto de apertura donde el Archivo recibió una donación de unos 3,500 periódicos publicados en el exilio desde 1959.
     Bretos salió de Cuba a principios de la revolución y estudió el bachillerato en Saint Bernard College en Alabama, graduándose en 1965. Obtuvo una Maestría en Historia de la Universidad de Nebraska en 1968 y después estuvo con la Universidad de Tennessee en Nashville.
 En 1974 era profesor de Historia en Oberlin College en Ohio, donde, según la revista castrista Cuban Studies/Estudios Cubanos, enero 1975, página 52, daba un curso titulado "La revolución cubana," auspiciaba una serie de conferencias sobre "La Cuba moderna," y exhibió las películas comunistas "Memorias del Subdesarrollo" y "Lucia," con un curso sobre "el cinema y la literatura de Cuba revolucionaria."
     El 12 y 13 de marzo de 1976, Bretos asistió a una llamada "reunión de consulta sobre la situación de Cuba" auspiciada en Nueva York por el grupo castrista Cristianos Cubanos Pro Justicia y Libertad, quienes firmaron un manifiesto pidiendo la normalización de relaciones entre Cuba y los Estados Unidos y en contra del embargo comercial hacia Cuba. Bretos firmó junto con la notoria agente de la Dirección General de Inteligencia (DGI) Lourdes Casal, y los "dialogueros" castristas Cecilio Arrastía, Rosa Curras, Lilia Fernández, Angelo W. Fuster, Alberto Gómez Galate, Francisco J. González, Angel Larramendi, Javier Lescano, José Reyes Caballero, Michael G. Rivas Marrero, Manuel Rodriguez y Manuel Viera Bernal, según aparece en la revista comunista Areito, primavera1976, Pags. 44-45.
     Ese año Bretos obtuvo un doctorado de Vanderbilt University en Nashville y fue con su esposa Conchita a la Universidad de Bogotá, Colombia, por un año. En 1977 se establecieron en Australia, donde Bretos fue profesor de historiador del arte en la Universidad de Nueva Gales del Sur y presidente de la Fundación Hispana de Australia. En 1982-83 fue consultor para Special Broadcasting Service en Sidney, haciendo documentales sobre el Caribe.
     En 1985, Bretos llegó a Miami sorpresivamente con su esposa y tres hijos, y con un subsidio del Florida Endowment for the Humanities, se autoproclamó director de los Archivos de Exilio Cubano que comenzó a recopilar, a pesar de que la biblioteca de la Universidad de Miami ya tiene un Archivo Cubano desde 1962 con una colección de más de 600 periódicos del exilio cubano.
     El archivo cuenta con un consejo asesor de la facultad de FIU que incluye a los profesores castristas Lisandro O. Pérez, fundador de Areito y miembro del Consejo de Dirección del Instituto deEstudios Cubanos (IEC) que dirige la dialoguera castrista María Cristina "La Coja" Herrera, y Anthony P. Maingot, también vinculado al IEC y presidente del Caribbean Studies Association, quienes en julio de 1982 celebraron su cuarta conferencia anual en el hotel Habana Libre en Cuba. 'El resto del consejo asesor lo componen los profesores Manuel B. Carvajal, Rodolfo Cortina, Isabel Castellanos, John B. Jensen, Antonio Jorge, Adolfo Leyva, Ramón G. Mendoza, Salvador Miranda, Raúl Moncarz, Carmen Pérez, Ana Roca, Mark B. Rosenberg, Jorge Salazar Carrillo, Reinaldo Sánchez y Maida Watson, quienes aparentemente no conocen el historial castrista de Bretos.
     Miguel A. Bretos declaró al Miami News, febrero 7, 1986, p. 4, que "fundamentalmente, lo que nosotros vamos a hacer es agresivamente ir en búsqueda de manuscritos originales y también comenzar una historia oral," a través de grabaciones de testimonios. Este inexplicable fanatismo de Bretos, quien durante los últimos 25 años ni estudió ni residió en Miami, tiene en alerta a los agentes de contrainteligencia norteamericanos, especialmente por su pasado castrista, ya que una de las labores de los agentes de la DGI infiltrados enEstados Unidos es recopilar todas las publicaciones del exilio y enviar la información a Cuba para engrosar los expedientes de inteligencia.
     Un panfleto del Proyecto Historia y Archivos del Exilio Cubano señala que "se propone preservar el legado documental e histórico del pueblo cubano en el sur de la Florida y . . . los papeles personales de familia, las cartas y diarios, los manuscritos inéditos, las actas y documentos de organizaciones y corporaciones cívicas y firmas comerciales, iglesias, municipios, asociaciones caritativas; los papeles legales y notariales, fotos, recortes, películas, dibujos, programas, impresos; los bosquejos y planos arquitectónicos, tarjetas postales, afiches, programas, folletos - la lista sería interminable - arrojan luz sobre la vida del ciudadano ordinario y, por lo tanto, sobre la historia de la comunidad." Esta información en manos de los castristas sería un desastre para el exilio cubano.