El Nuevo Herald
November 1, 1998
 
Hoy, `vivos' aprovechan Día de los Muertos
 

 OLGA LOPEZ OVANDO y JULIETA SANDOVAL

 Guatemala -- En vísperas de la conmemoración del Día de Todos los
 Santos, el 1ro de noviembre, los guatemaltecos comenzaron a llegar el
 viernes a los cementerios, para visitar las tumbas donde reposan los
 restos de sus seres queridos.

 Bajo un cielo nublado, los visitantes del Cementerio General compraban
 flores y coronas en las puestos ubicados en los alrededores, para
 depositarlas en la última morada de sus familiares y amigos.

 ``Vengo unos días antes a limpiar y dejar flores a la tumba de mi madre,
 porque el 1ro de noviembre hay mucha gente y no se puede adornar con
 tranquilidad'', dice Carlos Espinoza.

 Además, señala que la gente que alquila escaleras o vende agua se
 aprovecha de esta fecha para incrementar los precios exageradamente.

 ``Por ejemplo, cuesta cinco quetzales [el cambio está a 6.60 quetzales
 por dólar] un bote de agua ese día, pues la que está almacenada en el
 tanque público se agota rápidamente'', explica.

 Tradición se mantiene

 Pese a esos inconvenientes, la tradición se mantiene; en esta fecha es
 cuando más se recuerda a los seres queridos, coinciden en aseverar
 visitantes.

 ``Por otra parte, ese día se corre menos peligro de ser víctima de asalto,
 porque, habitualmente, el cementerio es un lugar solitario y sin vigilancia
 policial'', indica Estela de Gramajo.

 Otros expresan su inconformidad por la basura que hay en el lugar, la
 cual se acumula más en estas fechas.

 ``Las autoridades encargadas de este cementerio contribuyen al
 deterioro, porque no colocan botes de basura", señalan.

 ¡Le damos la corona, jefe!

 A la entrada del cementerio, varios niños se avalanzan sobre los
 conductores que ingresaban para ofrecerse a adornar los mausoleos,
 tumbas y nichos.

 ``¡Le damos la corona, jefe!'' ``¿Quiere su agüita?" ``¡Escalera, seño'!''
 Expresiones como estas vocean los vendedores, concentrados en puntos
 estratégicos del cementerio.

 Según comentaron estas personas, en esta época aprovechan para
 ``ganar unos centavos de más'', pues durante el resto del año no tienen
 mucha demanda.

 Del 26 de octubre al 2 de noviembre, aproximadamente mil vendedores
 ambulantes instalan puestos dentro y fuera del cementerio.

 ``El promedio de ganancia es de unos mil quetzales por la venta de
 lápidas, flores, alquiler de escaleras y ornato de las tumbas'', indican.

 No pierden el tiempo

 Tampoco faltan en la entrada principal vendedores de terrenos y
 mausoleos en cementerios privados, así como de servicios funerarios.

 Los más audaces instalan puestos de venta de comida dentro del
 cementerio, lo cual molesta a los visitantes, que lo califican de una falta
 de respeto a los difuntos.

 De todas maneras, en las afueras del lugar también hay variedad de
 comedores, para que los visitantes degusten, después de haber
 acompañado espiritualmente a sus muertos.

 Sin embargo, los vendedores se quejan de que este año las ventas han
 disminuido.
 

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